The Batman, crítica. Un sórdido, enigmático y contundente thriller policíaco
La película dirigida por Matt Reeves explora la faceta detectivesca del Caballero Oscuro y reflexiona sobre el significado de la venganza.
En las calles de una Gotham neonoir donde la lluvia nunca amaina, la atmósfera plomiza y los charcos embarrados son igual de sucios y pesados que las artimañas que se forjan en el ámbito político y criminal. The Batman, el filme dirigido por Matt Reeves (El Planeta de los Simios), ofrece una visión diferente del hombre murciélago, un personaje atormentado por su pasado que lleva dos años buceando en las cloacas de los bajos fondos, sin que la situación haya cambiado un ápice.
Robert Pattinson demuestra su versatilidad a la hora de interpretar a un personaje quebrado, que se desliza por las callejuelas y se presenta como la venganza en sí misma. Al rico huérfano heredero de los Wayne se le ha retratado habitualmente con dos máscaras: la del murciélago de Batman y la del playboy filantrópico y fiestero. Nada de ese Bruce se atisba en The Batman, un joven de aspecto descuidado que apenas se deja ver en público y que se desentiende de los negocios de su padre, su herencia, su legado. Para él, el legado es proteger a los ciudadanos.
Batman, Enigma y la corrupción sistémica de Gotham
Matt Reeves firma una película de casi tres horas que adopta la forma de thriller policíaco, un thriller de tono sombrío, que bosqueja una ciudad en la que la podredumbre alcanza los cimientos más profundos. El alcalde, la policía, la justicia... todos los órganos públicos parecen estar al servicio de los poderosos capos. Se trata de hombres bien conocidos dentro del universo de DC, villanos como Oswald Cobblepot, alias el Pingüino (Colin Farrell), o el siempre peligroso Carmine Falcone (John Turturro).
El ambiente opresivo se estrecha como los dedos cuando aprietan la garganta, asfixiante, especialmente cuando la sangre de algunas de las personalidades de la urbe comienza a fluir por el suelo mojado. Los asesinatos son investigados por uno de los únicos agentes que no ha sucumbido a la los sobornos, James Gordon (Jeffrey Wright). Desde un primer momento, el policía de la GCPD invita a Batman a partir en las pesquisas. Selina, Catwoman (Zoë Kravitz), entra en juego con su propia historia personal y forja una relación de colaboración con el hombre enmascarado, que al final contribuye a hacer evolucionar ambas personalidades.
Cada paso del asesino es una pista, un rompecabezas, un puzle urdido por Enigma (Paul Dano). Juegos de palabras, adivinanzas, mensajes codificados, y de fondo, una trama más compleja que llega hasta el corazón de Gotham. Esta sucesión de hechos puede recordar al caso del Zodiaco, un asesino en serie cuya identidad nunca se llegó a descubrir. Los cineastas se han inspirado en este truculento modus operandi para confeccionar la trama argumental.
De ritmo pausado, The Batman ofrece asimismo secuencias de acción, aunque la película se centra sobre todo en la parte policial. El combate, fiel al espíritu del superhéroe, es pesado y contundente. Por otro lado, las coreografías de acción están fantásticamente pensadas y ejecutadas.
Un Batman muy humano
Lo que no cambia con respecto a otros productos es el vínculo familiar que Bruce mantiene con su familia fallecida, que se canaliza a través de las enseñanzas de su fiel Alfred (Andy Serkis). Los descubrimientos y las dudas amenazan con romper esa idealización idílica. ¿Por qué su progenitor actuó como actuó? ¿Era realmente un buen hombre? Esas preguntas retozan en la mente del joven tras la máscara, porque esta versión de Batman es más humana que nunca.
El filme se adapta a los tiempos actuales, inciertos por la influencia vírica de las redes sociales. Enigma utiliza estas plataformas para ganar adeptos y para difundir sus mensajes, si bien la película lo trata de manera un tanto superficial. La realidad contemporánea ha inspirado el mensaje político de The Batman, que recuerda por momentos al Estados Unidos distópico de Donald Trump, una presidencia que culminó con el asalto del Capitolio.
Oscura, de bella factura, visualmente impecable y con una banda sonora que impregna esa misma sobriedad, The Batman es una película que atrapa por su ambientación y por la construcción de su narrativa, pieza a pieza. El hecho de no estar conectada con ningún otro producto cinematográfico del universo DC le permite ir más allá, buscar huecos inexplorados y adoptar una identidad que se aleja de la fórmula que ya se ha repetido hasta la saciedad.