GRID Legends

  • PlataformaXBS7PS57XBO7PS47PC7
  • GéneroConducción
  • DesarrolladorCodemasters
  • Lanzamiento25/02/2022
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol
  • EditorElectronic Arts

Motor GRIpaDo

GRID Legends, análisis. Codemasters no termina de activar El Plan

Tras la decepción del último GRID, nos sumergimos en el nuevo juego de la saga y comprobamos hasta qué punto funcionan los cambios y mejoras de Codemasters.

Hay que tener agallas para lanzar un juego el mismo día que Elden Ring. Si además tu juego es de velocidad y queda una semana para el estreno de Gran Turismo 7, la apuesta es aún más arriesgada si cabe. Pero por si acaso, por si el desafío no fuera suficiente, Codemasters va y salta al vacío de la mano de GRID, una franquicia en el disparadero. Porque tras el decepcionante GRID de 2019, esta entrega se antoja vital para el devenir de la saga. Otro batacazo y adiós. A pesar de ello ahí tenéis a GRID Legends, a codazos entre Miyazaki y Yamauchi. Una muestra de la confianza que inspira el resultado final a sus creadores y un nuevo recordatorio de que el cementerio está lleno de valientes.

Y nos burlábamos de Fast & Furious...

Para que la franquicia recupere el lustre perdido, #ElPlan de Codemasters pasa por la inclusión de un nuevo modo campaña, Driven to Glory, en la línea del que diseñaron para F1 2021. Es curioso que se haya hecho tanta promoción del mismo porque precisamente es una de las características que menos nos ha gustado de GRID Legends.

La historia es un espanto. No hay trama, conflicto ni protagonista. Se compone de un puñado de escenas con imágenes del paddock y entrevistas a cámara que buscan emular la fórmula The Office, pero en plan intensito y sin el carisma y la chispa de la serie de Steve Carell. Es como si hubieran hecho un spin-off de Martin Nash. ¿Cómo? ¿Que no os acordáis de aquel personaje? Pues ese es precisamente nuestro punto.

Ncuti Gatwa, una de las estrellas de Sex Education, es un rostro recuerrente en Driven to Glory, el (terrible) modo historia de GRID Legends.

Somos un piloto genérico sin rostro, nombre ni voz que debe llevar a lo más alto a un equipo con la trayectoria de Haas. Otra vez David contra Goliat. Una sucesión interminable de clichés, estereotipos y situaciones ridículas sin ningún tipo de épica o emoción. Hay una cinemática en la que tratan una amputación, una venta, un despido y una dimisión a lo largo de tan sólo treinta segundos que aspiran desde ya a ser una de las cosas más sonrojantes que veremos este año a los mandos. Cringe button.

Lo peor es cuando estas incongruencias se trasladan a la pista. No importa ni afecta lo que hagamos. A menudo se dan situaciones como que un personaje te desafíe por radio a mantener el ritmo a tu compañera… aún cuando ésta va diez puestos por detrás. Y por otro lado, ¿los modos campaña no están pensado para vivir momentos especiales? ¿Situaciones distintas y difíciles de encontrar en otros modos? ¿Por qué entonces hay como cinco niveles que consisten en dar un puñado de vueltas SOLOS en un circuito VACÍO sin ninguna clase de objetivo? Hemos visto demasiado anime como para no saber detectar el relleno. Resumiendo, no hay nada en él que no encontremos en otros apartados.

Por suerte hemos venido a correr

Trama, personajes, actuaciones, música, puesta en escena... todo en las cinemáticas del modo historia da bastante cosita / cringe.

Alguno se preguntará, con toda la razón del mundo, quién juega a un título así por su historia. Es evidente que nadie, pero no deja de ser la novedad estrella y había que hablar de ella. Somos conscientes de que la verdadera gracia de GRID Legends y el motivo por el que darle una oportunidad se encuentran en su jugabilidad. Estamos ante un tipo de arcade muy particular, también llamado simcade o, como nos gusta decir a nosotros, “el más profundo de los arcades y el más arcade de los simuladores”.

Los rivales irán a golpearnos y chocar con nosotros, las curvas se pueden coger acelerando y hasta existe un modo de juego en el que atravesamos “puertas de energía” que nos dan una especie de turbo. Por el contrario, la mayoría de circuitos son de competición, nos sancionarán si nos salimos de la pista, cada piano se hace notar y el coche puede llegar a quedar inutilizado debido a los daños. Por no hablar de los ajustes mecánicos y las opciones de personalización, de lo más completo. Así que lo dicho, GRID Legends es un simcade, una propuesta que mezcla ambos géneros, tiene personalidad propia y funciona de manera notable.

Esta identidad jugable es la que catapultó a la saga y la que termina salvando la campaña de GRID Legends con una experiencia final entretenida, variada y divertida (aunque se nos antoja imprescindible poner la vista de cabina, habilitar los daños y seleccionar una dificultad de difícil en adelante). Brilla con volante y en general sabe a vieja escuela, a cuando entre los Horizon y los Motorsport también había sitio para los Ridger Racer o los Project Gotham Racing. Con todo, tampoco queremos llevaros a engaño. Tiene más parecidos con el último GRID que con los originales. Toma el de 2019 como base y aunque es cierto que lo mejora, sigue en el retrovisor de los dos primeros, nuestros favoritos.

Corrigiendo todo lo que falló en el anterior

No es un arcade total, pero tampoco un juego de simulación. Como el resto de la saga, GRID Legends mezcla géneros y ofrece una propuesta única y muy atractiva.

Volviendo a la historia con la que tan pesaditos estamos, ésta dura alrededor de 5-6 horas y si bien tiene mucho, muchísimo margen de mejora, le reconocemos la intención de incorporar un hilo conductor para las distintas pruebas. Fue una de las quejas (también muchas, muchísimas) que más se repitieron contra la anterior entrega. No es la única que GRID Legends ha corregido. En cuestión de contenidos no hay color. Definitivamente, Codemasters ha tomado buena nota del feedback de la comunidad. Otra cosa es que los parches puestos le hayan salido rana, como es el caso de la campaña.

Más ejemplos de mejoras con asterisco. A diferencia de su antecesor, el cual salió con dos míseros modos de juego (carreras, contrarrelojes y derivados), GRID Legends ofrece un buen repertorio en lo que a tipos de evento se refiere. Recupera las pruebas de derrape, las de eliminación y adelantamiento e incluso los cara a cara. Hasta añade alguna inédita como electric (aquella de las puertas de energía que mencionábamos antes) o multi-class (donde ver competir Volkswagen escarabajo contra camiones, entre otras locuras). Es decir que no comete el mismo error.

Muchos más modos de juego, sistema de progresión, garaje, un cuidado multijugador... Codemaster ha tomado nota de lo que falló en 2019.

A cambio, esta vez son las pistas las que se antojan pocas. Apenas 22. A las más de 100 que se prometieron sólo se llega contando las ligerísimas variaciones del trazado que tienen esas 22 localizaciones. Es como coger un circuito de cinco kilómetros, dividirlo luego en 5 secciones y contarte 6 pistas, el circuito completo y sus fragmentos. Además, casi todas son recicladas de GRID Autosport en adelante. Es una pena porque, aún faltando grandes escenarios, grandes nombres y licencias, el diseño de circuitos de GRID sigue siendo excelente. Lleno de cambios de rasante y en la anchura de la pista, de puentes y túneles, con una chicane tras otra, pero también espacio para rectas y óvalos. Y la ambientación suma y sigue. Las cuestas de San Francisco, las tormentas de nieve de Moscú, el polvo y los rascacielos de Dubái, pasar junto a la Torre Eiffel, ver la Sagrada Familia de fondo... Estupendas, pero a la vez pocas y recicladas.

Lo mismo sucede con el sistema progresión. En GRID (2019) era nulo y aquí se ha copiado y pegado el de la serie Forza. Hasta la interfaz es igual. Sumamos puntos por cada viguería que hacemos al volante y cada evento completado. Estos sirven para ir subiendo nuestro nivel como piloto y un segundo nivel específico de cada disciplina. A más nivel, más mejoras para nuestro mecánico (más impulso, más patrocinios, compras más baratas...) y para nuestro compañero de equipo (darle órdenes, reducir sus errores...). Incluso tenemos garaje y opción de personalizar los coches y nuestra escudería, elementos siempre bienvenidos.

El número de coches y sobre todo de pistas palidece al lado de los grandes nombres del género. Sobre todo el de pistas. 22 localizaciones y muchas de ellas son recicladas.

Sin embargo, las mejoras y recompensas son bastante limitadas. El número de coches y la libertad de diseño también palidecen al lado de otros grandes nombres del género de velocidad, pero siendo sinceros, a nosotros de vez en cuando nos gusta una lista más pequeña y manejable. Bueno, "pequeña", en torno a los 100 vehículos. Pero lo que verdaderamente nos decepciona es que todo está implementado de una forma un tanto extraña. Porque si ahora hay un sistema de progresión, ¿por qué vuelve a ser necesario grindear y farmear kilómetros con determinados coches para desbloquear según qué pruebas? ¿Por qué no depende del nivel o los campeonatos logrados? Inexplicable.

Un multijugador que por fin da la talla

Esa necesidad de repetir para progresar se da en el modo carrera profesional. En él formaremos una escudería e iremos ascendiendo y participando con ella en un montón de pruebas. Como el modo historia, vaya, pero con más eventos y menos cinemáticas. Más próxima a los contenidos inconexos del anterior. Y fuera de este modo encontraremos la opción de crear una partida a nuestro gusto. Podremos elegir disciplina, clase, vehículos, ubicación, ruta, condiciones climáticas, vueltas, pilotos, daños, dificultad de la IA, ayudas y cualquier detalle que se os ocurra. Pero aquí viene lo bueno: estas partidas podán ser contra bots... o contra el resto del mundo vía multijugador.

Esta vez sí se ha cuidado el multijugador y es francamente cómoda y rápida la transición entre bots y rivales online.

El online, del que ya os hablamos aquí en profundidad, ha dejado de escoger aleatoriamente circuitos y reglas. Ahora cada jugador crea su evento y decide las normas. Además, la transición entre offline y online es estupenda. ¿Que no entra nadie a tu sesión? Puedes empezar contra bots y que otros tomen el control más adelante, al unirse. Funciona con naturalidad, evita esperas y genera partidas siempre llenas. Si le sumamos el juego cruzado, una estabilidad loable, las nuevas listas de amigos de EA y la solvencia de la jugabilidad e IA, el resultado es genial. Lástima que justo aquí no haya nivel de piloto, otro fallo del sistema de progresión. Echamos de menos rangos y clasificaciones. Al menos las carreras online también sirven para cumplir los requisitos de los contratos de patrocinio singleplayer y el farmeo del que hablábamos, haciéndolo más llevadero. Si hubieran dado marcha atrás con la decisión de quitar la pantalla partida, Codemasters lo habría bordado.

La saga necesita un cambio de imagen

A nivel técnico, GRID repite como la saga de Codemasters más desfasada en lo visual. Ni DiRT, ni DiRT Rally, ni mucho menos los juegos de Fórmula 1. Hemos tenido que comprobar varias veces a qué versión estábamos jugando, o si es que no había optimización alguna para Xbox Series X. También hemos trasteado con la tele y los ajustes (tiene un HDR pobrísimo), pero nada, que no era fallo nuestro. Es simplemente que se asemeja demasiado a la última entrega… que ya en su momento (2019) no era precisamente puntera. Siendo sinceros, por momentos parece una remasterización subida de vueltas de GRID 2.

A nivel técnico, la saga va necesitando un lavado de cara. Bien de resolución y framerate, vistosa en IA y daños, pero justita en todo lo demás.

Vegetación escalofriante, texturas planas, mucha construcción poligonal, sin clima dinámico, con unas físicas que hacen extraños (ojo a esos aterrizajes) y el tema de las retrovisores, los cuales vienen desactivados por defecto. ¿Será porque al ponerlos, la imagen que reflejan tiene una framerate lamentable y sobreabundancia de popping? Es como si te persiguiera la muerte... o la obsolescencia. Al embalaje se le sumen unos efectos de sonido correctos sin alardes y una banda sonora cargante y machacona. Como alargar eternamente el clímax de una peli de acción.

Eso sí, al César lo que es del César. GRID Legends tiene sus cosas buenas. Por ejemplo, pasa de 16 coches por partida a 22. Deja de sufrir para alcanzar los 1080p, como le sucedía al anterior, para permitir una resolución de 4K nativos. Y además, si no tuvimos PS4 Pro o Xbox One X, en la nueva generación saltaremos de 30 a 120 fps relativamente sólidos. Ha dejado de ser un referente en daños, pero estos siguen siendo de lo más vistoso, y la iluminación tiene sus momentos, sobre todo cuando a ella se suma efectos como la lluvia o la nieve (aunque estos vuelven a carecer de influencia jugable). Por último, rescatar el infravaloradísimo modo Némesis de su IA. Estrenado con su predecesor, provoca que los rivales se piquen y vuelvan más agresivos con nosotros en mitad de la carrera en función de lo que sucede (un adelantamiento al límite, un toque, etc). Ojalá se extienda en el medio. Nos encanta.

Por resumir, GRID Legends tiene margen de mejora en muchos campos y queda lejos de los originales, pero tampoco tiene nada que ver con la última entrega. Está lleno de contenido y a los mandos, donde importa, es divertido, entretenido y variado.

Conclusión

GRID Legends toma la anterior entrega de la saga como base y añade tantos parches y mejoras como problemas tuvo aquella (no precisamente pocos). ¿Faltaron modos y contenido? Pues marchando dos tazas. ¿Las partidas online elegían las reglas y circuitos al azar? Tranquilos que esta vez lo editamos absolutamente todo nosotros. La jugada no siempre le sale bien, como demuestran el modo historia y un sistema de progresión todavía errático, pero hay intención y se agradece. La única pega es que con algunas cosas, como el apartado gráfico, ya no es cuestión de retoques, sino de que no aguantan el paso del tiempo. Bueno, está eso y que la base tendrían que haber sido los originales y no la entrega de 2019. Pero incluso con semejante desgaste y aún admitiendo que tiene mucho margen de mejora, GRID Legends lava la imagen de la franquicia y es divertido, entretenido y variado allá donde importa, es decir a los mandos y al volante. Una de esas mezclas de arcade y simulación que tanto nos gustan y que tan poco abundan. ¿Suficiente para ver otro? Esperemos.

Lo mejor

  • Su jugabilidad. Un simcade en una época de sequía para el género.
  • Más variado y con más contenidos. Codemaster ha aprendido la lección.
  • Las mejoras del multijugador.
  • La IA en modo Némesis y el diseño de circuitos...

Lo peor

  • ... aunque muchos son reciclados.
  • La historia.
  • Gráficamente discreto.
  • El sistema de progresión sigue fallando.
  • Toma de base el anterior y se parece más a éste que a los originales.
7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.

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