Un mercado volátil y cambiante
NFTs y escasez digital en los videojuegos
Los NFTs han llegado para quedarse, y muchas empresas los han recibido con los brazos abiertos. Pero, ¿acaso son lo que más le conviene a los jugadores?
¿A quién no le encantan los NFTs? No hay término que esté más de moda y en boca de todos que los PNGs fácilmente reproducibles de monos con cara de hastío que se venden por auténticas millonadas. Por si no fuera suficiente con saturar el mercado con obras especulativas que hacen ganar mucho dinero a unas pocas personas, y perder mucho más a muchas otras, los NFTs están llegando a la industria de los videojuegos, que los recibe o bien con grandes muestras de afecto (normalmente las empresas) o con el mayor de los rechazos (normalmente los jugadores).
Para quien todavía no conozca este término, un NFT (Non-Fungible Token, Vale No Fungible) es una obra digital de cualquier tipo (normalmente visual, pero también pueden ser vídeos, música, etc.) que se compra con criptomonedas (usualmente Ethereum) y que tiene una «factura» asegurada a través de la blockchain que demuestra la pertenencia de dicho elemento a una persona concreta. Sí, puede que otra persona haga captura de pantalla de tu rude golem y te lo «robe», pero tú tienes el certificado que demuestra que te pertenece a ti.
Los NFTs han abierto la puerta a un modelo de negocio especulativo en el que la gente compra una obra a un precio determinado para luego revenderla a uno mayor. Los casos en que una persona se compra un elemento a sí misma para aumentar su precio, conocidos como «wash trading», están más que documentados, así como aquellos en los que se utilizan para blanquear dinero de transacciones ilegales.
Por supuesto, la industria de los videojuegos no se podía quedar al margen de un modelo tan lucrativo. Después de haber explotado los DLCs y las microtransacciones hasta la saciedad, y de haber pasado por el modelo de juego como servicio, le ha llegado el turno a un nuevo estilo de negocio: el play to earn. ¿En qué consiste? Pues en que ahora ciertos objetos dentro del juego ya no son simples items, sino NFTs con los que puedes interactuar, subir de nivel, etc.; más adelante puedes vender estos objetos a cambio de criptomonedas. Por ejemplo, en el título Axie Infinity nos encargamos de criar y hacer crecer a criaturas llamadas Axies, que en sí mismas son NFTs, y podemos negociar con ellas. La diferencia entre vender esto y objetos raros de, por ejemplo, World of Warcraft, radica en que en este caso te aseguras de que el objeto es totalmente único, aunque sea similar en aspecto y funcionalidad a muchos otros.
La importancia de este movimiento es mayor de lo que parece: convierte a los videojuegos, que tradicionalmente han sido considerados una forma de relajarse y pasar el tiempo, en un trabajo, una forma adicional de hacer dinero. Hace poco se publicó una noticia de un niño que había ganado 90€ usando este tipo de modelo. Las consecuencias de esto son preocupantes: ¿significa que ya no podemos dedicar nuestro ocio simplemente a relajarnos? ¿Estamos perdiendo el tiempo si no estamos ganando dinero en todo momento, incluso cuando jugamos videojuegos? ¿Los niños ya no tienen permitido divertirse, a menos que puedan sacar provecho de ello?
Eso parece pensar el presidente de Square Enix, Yotsuke Matsuda, quien proclamó en su carta de año nuevo del 2022 que no solo espera que este tipo de negocio se vuelva más común en los años venideros hasta poder compararse con la venta de bienes físicos, sino que ve con malos ojos a aquellas personas que "juegan para divertirse» y en su lugar anima a la gente a «jugar para contribuir". En sus palabras, los juegos tradicionales no ofrecen incentivo para jugar más allá de la "buena voluntad" y "espíritu voluntarioso", mientras que el contenido generado por los usuarios no tiene sentido más allá de "la autoexpresión", no porque "existan incentivos ni recompensas". En definitiva, en su carta expresa todo su apoyo y emoción por un futuro en el que los NFTs sean comunes en los videojuegos, y afirma que pronto los veremos en aquellos realizados por su compañía.
Otro jugador que se ha subido al carro es Ubisoft, con su plataforma Quartz. Se trata de "una nueva experiencia para los jugadores" donde se pueden conseguir Digits, NFTs específicamente creados por esta compañía. Cada uno de ellos pertenece a una edición que tiene una cantidad limitada de elementos y su propio número de serie; se trata únicamente de elementos puramente cosméticos, como skins para el personaje, su equipamiento, sus armas, o incluso vehículos. Esperan que este tipo de obras traigan originalidad, una experiencia exclusiva y nuevas oportunidades, aunque dejan claro que no tendrán ninguna influencia en la jugabilidad ni ofrecerán ventajas a quienes los posean. Sin embargo, su éxito hasta ahora ha sido menos que moderado.
A la palestra se ha subido también Konami, con su subasta Castlevania 35th Anniversary NFT; en esta ocasión se trataba de imágenes, GIFs, BGMs e ilustraciones pertenecientes a dicha saga para conmemorar su 35º aniversario. Adicionalmente, aquellos que compraron por primera vez una obra podían poner su nombre o nick en la página web para que todo el mundo lo viera desde febrero de 2022 hasta diciembre del mismo año. Esta iniciativa contaba hasta con un tutorial sobre cómo abrir una cartera de criptomonedas, usar Ethereum y subastar elementos en OpenSea.
Incluso tiendas de videojuegos como GameStop están interesadas en este mercado, por lo que quieren crear, en conjunto con Inmutable X, una plataforma para la compra y venta de estos elementos. Para persuadir a los desarrolladores de que la usen, van a establecer un fondo de inversión con un total de 100 millones de dólares; si lo consiguen, se convertirán en un mercado al que acudir para adquirir este tipo de tokens.
Por supuesto, no todas las compañías que se han pronunciado al respecto lo han hecho para elogiar los méritos de los NFTs. El presidente de EA, Andrew Wilson, ha comentado que no está interesado por ahora; Josef Fares, el director de Hazelight Studios (responsable de It Takes Two), aseguró que "prefiere que le disparen en la rodilla" a incluirlos en futuros juegos; Phil Spencer, director de Xbox, advirtió que hay mucha especulación y explotación en este terreno; el CEO de Sega, Haruki Satomi, muestra recelo sobre cómo implementar NFTs paliando todos sus elementos negativos; y Tim Sweeney, CEO de Epic Games, ha asegurado que ni se acercará a ellos porque el terreno está lleno de estafas.
Toda esta situación puede ser inquietante más allá de que las compañías estén buscando nuevas maneras de sacar provecho de los jugadores. Por una parte, están abriendo las puertas al mercado especulativo a su audiencia, lo cual puede desencadenar en problemas grandes como hacer inversiones arriesgadas o acabar apostando; mientras que sirven de puerta de entrada a jugadores menores de edad, que podrían acabar sufriendo series problemas de ludopatía por culpa de este tipo de transacciones. A menudo se ha dicho que este colectivo está a salvo porque el proceso es demasiado complejo como para que caigan en él, pero ya hemos visto que las compañías interesadas, como Konami, ofrecen tutoriales para hacerlo lo más fácil posible.
Otro problema que traen los NFTs consigo es el alto coste en el medio ambiente que tiene minar las divisas necesarias para adquirirlos, ya que requieren un nivel de esfuerzo computacional tremendo para realizar transacciones en el mundo de las criptomonedas. Esto conlleva que su huella de carbono sea muy alta, aún a pesar de los esfuerzos que compañías como Ubisoft o GameStop están haciendo por minimizar su impacto medioambiental. Tampoco podemos olvidar que es por culpa del minado masivo de dichas divisas que el mundo está sufriendo una escasez generalizada de chips semiconductores (ya que las criptomonedas requieren procesadores muy potentes), lo cual está afectando muy negativamente a industrias como la de los videojuegos, la de los móviles o la automovilística. En otras palabras: si no tienes una PS5 o Xbox Series, es probable que sea por culpa de las criptomonedas y los NFTs.
A pesar de todo esto, lo más seguro es que los NFTs tengan éxito y lleguen para quedarse; modelos igual como los gachapon ya son comunes en juegos tan populares como Fire Emblen Heroes o Genshin Impact, lo que demuestra que las decisiones mercantiles de las compañías siempre salen adelante sin importar cuánto rechazo provoquen entre los jugadores.
Aunque los NFTs en sí mismos no son el mal encarnado y pueden acabar resultando interesantes (así se han expresado múltiples artistas) si se desarrollan lo suficiente con unas sanas dosis de ética, tal y como existen hoy en día parecen más enfocados a la especulación que a otra cosa, especialmente por las cuestiones que se han considerado arriba. Mientras tanto, seguiremos analizando el terreno de juego y viendo cómo evoluciona esta tecnología tan cambiante.