Total War: Warhammer III
- PlataformaPC8.7
- GéneroEstrategia
- DesarrolladorThe Creative Assembly
- Lanzamiento17/02/2022
- EditorSEGA
Total War: Warhammer 3, análisis. La épica conclusión de una trilogía imprescindible
Analizamos Total War: Warhammer 3, el cierre definitivo a la trilogía de Creative Assembly bajo la licencia de Games Workshop. Imprescindible.
Total War: Warhammer 3 marca el cierre a un capítulo glorioso para la franquicia de Creative Assembly. Acostumbrados a que los británicos se centraran en contextos históricos del pasado, su colaboración con Games Workshop cumplía los deseos de los fans de la rama Fantasy. Y es que la lucha iniciada en 2016 ha repasado prácticamente todos los escenarios y facciones con un cuidado excepcional. El trato a la licencia ha sido uno de los factores clave para el éxito de la trilogía.
Con la tercera entrega llegamos a ese punto donde se pone en práctica el aprendizaje adquirido durante los años. Es más y mejor en planteamiento, a lo que se le añade la introducción de mecánicas nunca antes vistas en la franquicia. Jugar como Demonios del Caos es entrar en un juego completamente diferente a si eliges los Reinos Ogros, por ejemplo. La creación de un Dios lleva a la saga a abrazar el RPG, otra capa más de profundidad a una fórmula ya de por sí compleja.
Antecedentes: las claves antes de jugar
La franquicia Total War siempre ha mantenido una curva de aprendizaje importante antes de disfrutar plenamente de sus posibilidades. Hasta el momento los tutoriales dentro de la campaña llevaban de la mano a quienes se introducían por primera vez. Algunas entregas, como Total War: Rome 2, servían como una introducción general al bucle jugable que propone Creative Assembly, tanto en batalla como en la gestión del imperio.
El estudio ha querido aliviar a esta parte de la comunidad con la introducción de un prólogo a la campaña El Reino del Caos. Nada más arrancar te sumergirás de lleno en una minicampaña de alrededor de cinco horas a modo de tutorial interactivo. Se te mostrarán todas las mecánicas básicas y las novedades introducidas en esta entrega.
Los veteranos deben estar tranquilos: en absoluto es una imposición para acceder a la oferta completa. Sin embargo, lo que nos encontramos en este prólogo tiene bastante más valor que un tutorial más. Los hechos que se narran te permiten contar con la perspectiva completa de la campaña El Reino del Caos. No queremos reventar las sorpresas: lo que sí podemos decir es que vives de primera mano qué es lo que desencadena el enorme conflicto posterior.
Los esfuerzos narrativos son palpables. Durante todo el prólogo vas observan el desarrollo de los personajes principales y cómo algunos terminan cuestionando sus propias convicciones. Todo el envoltorio a la acción clásica de Total War tiene un empaque importante. El tratamiento de la narrativa sorprende por momentos. Las escenas argumentales, desarrolladas a través de imágenes de arte, ganan fuerza por la fuerza de las interpretaciones. El doblaje se encuentra en perfecto inglés salvo los comentarios del consejero, que está doblado al castellano. Eso sí, todo cuenta con subtítulos a nuestro idioma.
Ursun y la voluntad del Caos
La campaña El Reino del Caos es el plato fuerte de una oferta diversa, tal y como nos tienen acostumbrados a lo largo de la franquicia. El conflicto enfrenta a ocho facciones jugables en un mapa donde se encuentran más de 100 grupos autóctonos. De base es un número importante. Se dobla la cifra de las facciones bajo nuestro control respecto al lanzamiento de Total War: Warhammer 2. Pero en este aspecto va más allá de aumentar el catálogo disponible: su éxito radica en las importantes diferencias que hay en sus estilos de juego.
Manejar a cada facción se convierte prácticamente en un Total War diferente. Podrás manejar a Kislev, Demonios del Caos, Reinos Ogros, Gran Catai, Khorne, Nurgle, Tzeentch y Slaneesh. La primera es la recomendada para nuestros primeros pasos. La Reina de Hielo defenderá a la Madre Patria con todos los artilugios mágicos a su disposición. Destaca por la creación de La Corte de Hielo, una escuela de doncellas y brujas que usarán la magia de hielo en pleno combate.
La mecánica es muy sencilla. Cada turno desde su creación te pedirá que selecciones cómo quieres enfocar al personaje. ¿Será una doncella de la tempestad? ¿O prefieres que siga los preceptos tradicionales del hielo? Puedes elegir a mano una serie de rasgos que determinan su versión final, que se añadirá a tus filas como héroe (doncella) o señora (bruja). Serán factores decisivos para mantener el trono alejado de las garras de otras ramas creyentes de Ursun.
Pero el elemento más diferenciador y atractivo de entre los elegidos pasa por las fuerzas de los Demonios del Caos. Podrás dar forma y nombre a tu propio Príncipe Demonio a través de una campaña en la que buscarás agradar a varias deidades. Como si de un juego de rol se tratara, puedes personalizar su rendimiento en combate con multitud de partes del cuerpo intercambiables.
Cuando captures un asentamiento o derrotes a un ejército, el Príncipe podrá hacer una ofrenda a los dioses que tu desees: los tuyos propios del Caos, Khorne, Nurgle, Slaanesg y Tzeentch. Eso sumará puntos en su casillero que irá desbloqueando progresivamente nuevas partes. Si construyes edificios en su honor o eliges decretos concretos, todo formará parte de un global que te abrirá nuevas oportunidades jugables.
Y es que la cantidad de builds que puedes crear es bastante alta. Hasta 10 huecos puedes ocupar. Puedes combinar, por ejemplo, un brazo izquierdo de Khorne con unas alas de Tzeentech. Todos ellos te darán multitud de rasgos, acciones pasivas y activas con las que moldear tu propio ejército del Caos. Dada la naturaleza bélica de estos monstruos deformes, observarás en la batalla que son unas tropas de control errático, pero que no dudan en lanzarse contra el enemigo sea el coste que sea.
Camino al dominio mundial
Olvidad por un momento la guerra por el control del Gran Vórtice. En Total War: Warhammer 3 librarás una batalla global por alcanzar la posición de Ursun, el Dios Oso de Kislev, que se encuentra agonizando en las entrañas de los Reinos Oscuros. Durante los primeros turnos de la partida tendrás que lidiar con las potencias que amenazan tus asentamientos; no será hasta antes de entrar en el ecuador cuando se muestren las verdaderas cartas.
Las facciones tienen una meta diferente. Kislev, por ejemplo, quiere curar a su Dios, mientras que Khorne busca la ofrenda definitiva: la calavera de una figura ancestral. Sea cual sea, durante la partida Ursun rugirá, lo que abrirá portales que variarán su finalidad. Algunos te llevarán a otras dimensiones para combatir con fuerzas del Caos; permanecerán activos durante un periodo limitado de tiempo. Eso sí, no debes perseguir a rajatabla este objetivo. Hay otras condiciones de victoria para quienes solo están interesados en el dominio global. Ganarás si controlas 50 provincias tras capturar varios puntos clave de otras facciones.
Los jugadores habituales de Total War encontrarán algunas mejoras relevantes en el sistema de diplomacia. La más útil bajo nuestro juicio es la advertencia de expulsión de nuestras fronteras. Si una unidad de otra facción entra en nuestro territorio, podemos mandar una advertencia sobre él para que abandone el lugar en un plazo de dos turnos. En caso de que persista, entablarás una guerra con ellos sin penalizaciones con el resto de los participantes.
El multijugador se refuerza con la posibilidad de jugar a la campaña con una versión para hasta ocho jugadores. Además, encontrarás otras dos experiencias conducidas por la narrativa para tres y seis jugadores. También encontrarás los clásicos escenarios de guerra y las partidas igualadas vía matchmaking.
Conclusión
Total War: Warhammer 3 es la épica conclusión a una trilogía que ha elevado la fórmula de Creative Assembly. El mimo y cuidado tratando la licencia de Games Workshop nos deja un título imprescindible para los amantes de la estrategia. Porque los esfuerzos del equipo por mejorar algunos elementos se hacen notar desde el principio. Ese prólogo a modo de tutorial interactivo pero con peso en la campaña, el protagonismo de la narrativa cuando toca avanzar la historia, lo diferentes que se sienten las facciones al controlarlas… Lo aprendido desde 2016 está presente aquí, sin filtros, en una de las mejores entregas de toda la trayectoria de Total War.
Lo mejor
- El trato y cuidado al usar la licencia.
- El prólogo, una excelente oportunidad para aprender a jugar Total War.
- Los esfuerzos narrativos por elevar la épica.
- Las diferencias entre las facciones. Jugar con cada una es experimentar un Total War diferente.
- La personalización del Príncipe Demonio al controlar al Caos. Total War salta al RPG.
Lo peor
- Algunos bugs visuales al entrar en combate.
- La inteligencia artificial a la hora de tomar decisiones en el mapa global.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.