Leyendas Pokémon Arceus, Análisis. El brillo de un nuevo amanecer

Tienes un puñado de Poké Balls y una tarea por delante: hacerte con todos. Llegar allá donde permita ver el horizonte. Veinticinco años de un patrón que ha evolucionado y pulido su fórmula conquistando en el proceso a varias generaciones de aficionados. Mientras tanto, la serie encabezada por Game Freak ha continuado conociéndose a sí misma con etapas de mayor o menor acierto, con mayor o menor definición, pero siempre manteniendo unas pautas que conforman la idiosincrasia de ese nombre, Pokémon. Esta vez es diferente. Hacía falta un cambio. Esta vez dejas de imaginar cómo serían esos entornos abiertos y esos procesos de captura en tiempo real; esta vez lo haces en primera persona. Hay un momento en Leyendas Pokémon Arceus en el que interiorizas sus nuevas mecánicas, las ves compatibilizar con los combates por turnos tradicionales y… clic, las piezas encajan.

Es en ese instante cuando te das cuenta de que se ha dado un salto hacia delante, que la arriesgada jugada finalmente ha salido bien y que, a pesar de ciertos aspectos que ahora comentaremos, el resultado no es sino una celebración, un motivo de alegría que invita a pensar en una época de reconciliación para con sus aficionados. Y, sobre todo, la garantía de que los Pocket Monsters están en buenas manos. Nos habían enseñado la punta del iceberg: merece la pena vivir todas esas sorpresas, mecánicas, formas regionales desconocidas y misterios, leyendas, en primera persona. Leyendas Pokémon Arceus es un videojuego volcado con la tarea de servir como marco determinate en la saga; mirar tanto atrás como adelante. Por un lado, explicar cómo comenzó todo, el porqué de muchas cosas. Por otro, dejar claro que la innovación era tan justa como necesaria. El resultado final, de nuevo, es una cita obligada para prácticamente todos. No imaginábamos esta cantidad de momentos apasionantes escondidos en Hisui. El no querer dejar de jugar. Es la mayor revolución jugable desde su concepción original

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Dejaremos de lado la trama y las descripciones: vamos a hablaros de sensaciones. Esto es lo que nos ha transmitido el mejor juego de Pokémon de los últimos diez años.

Diario de un investigador: cómo se siente jugar a Leyendas Pokémon Arceus

Nos encontramos en Hisui, tierra como se conocía a la isla de Sinnoh en tiempos pretéritos, cuando la relación entre humanos y Pokémon estaba aún por construir. Nuestra tarea pasa por ingresar en la división de investigación del Equipo Galaxia y encabezar la creación de la primera Pokédex a través del estudio, observación y análisis de esas criaturas, que causan estupor entre los habitantes de Villa Jubileo. Aquí comienza un viaje por lo largo y ancho de este vasto conjunto de territorios donde los misterios, secretos y sorpresas son una constante.

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Cuando pones tus pies por primera vez en la Pradera Obsidiana, la primera zona explorable, es inevitable sentir que algo está cambiando. Esta forma de relacionarte con el entorno no se limita a ser la evolución natural del Área Silvestre de Galar (Espada/Escudo). Este planteamiento sube varios peldaños y establece una nueva categoría para la serie en lo que a diseño de escenarios se refiere. También para la propia Game Freak, que demuestra que las buenas vibraciones de las Nieves de la Corona (2020) no fueron sino el comienzo de una nueva etapa. Es esta la mejor cara del equipo nipón. Sin duda, se trata de su salto más cualitativo en materia de creación de entornos, movilidad, verticalidad y capacidad de acción.

Tu día a día en las expediciones respira elementos del bucle de juego de otras entregas paralelas de la franquicia como Pokémon Ranger; el carácter evaluador y estudiador de Pokémon Snap; la aproximación a la captura en grandes entornos dinámicos de Pokémon GO; y la filosofía de misiones de Mundo Misterioso. La diferencia es que aquí no tienes un único objetivo, tampoco un mapa repleto de iconos, sino una despejada configuración basada en el descubrimiento. El mundo se abre ante ti y eres tú quien debe cartografiarlo. En cada área de Hisui los iconos los pones tú. Si encuentras una especie Alfa —más grandes y violentos de lo normal, con ojos rojos brillantes—, te interesa guardar su localización porque son más poderosos y dejan caer objetos de gran valor. La memoria de tus hallazgos depende de ti.

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Además, salir de expedición no entiende de tiempos límite ni de objetivos concretos. Tú eliges cuándo termina tu día de trabajo y en qué has basado ese tiempo. Tanto es así que puedes configurar desde el campamento base de cada área el momento del día (amanecer, mediodía, tarde y noche), si bien la climatología se rige al azar. Estos cambios repercuten en las especies que pueden aparecer en el entorno constantemente; motivo de más para volver, para insistir en tu búsqueda de aquellas especies que se te resisten o descubrir zonas antes inalcanzables porque no tenías la montura adecuada. Los tráileres han enseñado solo una de las muchas situaciones de captura que viviremos en la aventura, creednos. Es agradable saber que puedes completar una Encomienda —misión principal— y varias Peticiones —misiones secundarias— sin que la compleción de una interrumpa o impida la otra. Con un simple golpe de botón puedes cambiar cuál es el objetivo señalado en el mapa.

La magnitud de esta obra es tal que dará para semanas de entretenimiento, meses de conversaciones y constantes preguntas sobre dónde está aquello y para qué sirve esto otro. Algunos irán más despacio; otros, sin embargo, urgirán la finalización de misiones. Ideal para partidas relajadas o sesiones de juego que no te den un respiro por la tensión de los combates y la concentración de la captura. Un videojuego que se adapta a lo que le pidas, pero que constantemente reconoce tus progresos.

El juego de Pokémon más absorbente y adictivo de la saga; un bucle impecable

El resultado es la sensación constante de verte inmerso en un mundo vivo; uno que responde a nuestras acciones y que actúa independientemente de si nosotros intervenimos. Además, es un título muy sensorial e interactivo gracias a las monturas que se van desbloqueando, si bien poco reactivo. Los Pokémon duermen, caminan, bucean, vuelan, van en grupos. No quieren ser capturados porque en esa época la relación con el ser humano era diferente. Nunca nos habíamos sentido tan absorbidos en una experiencia de la saga como en este título gracias a un bucle jugable que funciona de maravilla. Aunque el ritmo natural es pausado, ello no es óbice para que la jugabilidad sea ágil, sin apenas transiciones ni tiempos de carga una vez entras en una zona —y con solo ligeros fundidos a negro cuando partimos desde la Villa—. En cuestión de un minuto puedes vivir una secuencia que comienza a lomos de tu Wyrdeer, continúa a pie tras solo unas décimas de segundo y culmina con el lanzamiento de una Poké Ball mientras estás agachado en la hierba alta para que nadie se percate de tu presencia. Tan pronto como las mecánicas encajan en tu cabeza, interiorizas el mapeado de botones y entiendes cómo moverte por el escenario, cómo aprovechar cada montura dependiendo del momento y el lugar, el tiempo se pasa volando.

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Y lo hace porque el juego se empeña constantemente en recompensar tus acciones. Todo cuenta. Todo lo que recoges, lo que capturas y lo que encuentras en el camino sirve. Las notificaciones emergentes son recurrentes. Se te recuerda cuánto has progresado en el registro de la Pokédex de cada especie (número de especímenes capturados, si los has visto usando un movimiento, si los has alimentado…) y se premia cada vez que alcanzas una cifra determinada. Hay tareas muy variadas. Cada mínimo avance influye en el progreso de la Pokédex, dado que ya no se trata solo de capturar una unidad de cada especie, sino completar las submisiones que forman parte de cada criatura. De esto depende nuestro progreso como investigadores y, por consecuencia, el rango de investigador, que es el que determina el nivel máximo de los Pokémon que podemos adiestrar o el tipo de objetos que podemos comprar o fabricar. Hay que progresar, en definitiva; la clave está en cómo de bien se ha diseñado la forma de invitarte a alargar tu partida unos minutos más, unos minutos más…

Fabrica, gestiona y no hagas mucho ruido

Al margen de un proceso de captura basado en mecánicas en tiempo real —una vez se establece el combate pasamos a los turnos—, hay dos elementos más que afectan directamente a la ecuación jugable de Leyendas Pokémon Arceus: el crafting (creación de objetos) y el sigilo. Son tres aspectos que van de la mano, en realidad. Para capturar criaturas necesitas Poké Balls, pero para fabricarlas necesitas materiales. Ir de un punto a otro implica recoger muchas cosas. Todo lo que se pueda coger, guárdalo. Esta insistencia en el grindeo es divertida, pero quizá llegue a cansar a parte del público al cabo de muchas horas. Así que constructivamente esperamos que, por la salud y la frescura de la propia fórmula, Game Freak siga profundizando en estas mecánicas basadas en la acción. Se puede cimentar mucho a partir de esta base.

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Todo ese acopio de plantas, bayas y restos de piedras requieren de unas recetas para dar lugar a objetos útiles. Dichas recetas se consiguen a través diferentes métodos; y una vez tienes los objetos, las herramientas, te podrás curar y trazarás estrategias. Por ejemplo, lanzarás una bola de humo para que nadie se percate de tu presencia; arrojarás una baya a un Pokémon para que se distraiga mientras se alimenta (cada especie tiene gustos y comportamientos diferentes); y siempre te acercarás poco a poco, porque ser silencioso es muy importante en Leyendas Pokémon Arceus. Si no, lo pagarás caro. Es un título desafiante.

El sigilo es el eje que vertebra todo lo anterior. No funciona todo lo bien que nos gustaría porque acertar en el intento de captura depende mucho de si estamos o no agachados. No está «roto», pero sí muy influenciado. Por ello es tan importante seguir el patrón de encogerse, dar de comer, apuntar y lanzar una Poké Ball. De ese modo podrás salir exitoso sin necesidad de combatir. No siempre es posible, claro; por eso funciona. Había miedo a que este título desequilibrase la balanza entre captura y combate. Por suerte, no solo capturas mucho, sino que también combates mucho.

Hazte con todos, ese es el mensaje

Leyendas Pokémon Arceus es el videojuego que mejor ha transmitido el lema «hazte con todos» en toda la serie. Y van veinticinco años. Sin renunciar al carácter reiterativo de la mecánica de captura, la diferencia no está tanto en el fin sino en el cómo. Cómo se alienta al jugador a estar constantemente echando un vistazo al inventario para saber cuántas Poké Ball le quedan, si tiene suficientes Bonguris y Guijarros Rojos para crear estas bolas de madera alimentadas por vapor con las que, por motivos que entonces se estudiaban en las escuelas, logran capturar a estas enigmáticas criaturas.

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Aquí hemos venido a capturar, a ser partícipes de la creación de la primera Pokédex; si bien también combatiremos (y mucho), sentiremos en nuestras carnes el peligro de la noche o la amenaza de un espécimen Alfa que nos saque veinte o treinta niveles. El debate sobre la dificultad no tiene lugar en este título: es un título retador. Gratificante. Siempre alerta. Todo lo que sucede a tu alrededor puede impactar directamente en ti, jugador, que puedes recibir un par de impactos en el momento menos pensado y dejarte en el camino un buen puñado de objetos.

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Game Freak ha buscado castigar el fallo para poner en valor la sensación de hostilidad, de estar incursionando en territorios salvajes, inexplorados. En los que la relación de los seres humanos con la raza Pokémon se está gestando y es, de forma bidireccional, de cierto miedo. A este respecto, la inteligencia artificial ha experimentado grandes mejoras por dos motivos. El primero, porque cada especie se comporta de una manera al percatarse de nuestra presencia. Algunos corren despavoridos; otros se acercan amigablemente. Otros ni se inmutan. El segundo, porque tanto especies salvajes como contrincantes humanos utilizarán la mejor estrategia posible para dejarnos K.O. Si un Pokémon puede usar un ataque superefectivo, lo usará. Si nos queda poca vida y simplemente resta ese último golpe fulminante, dará el paso. Sin medias tintas. La curva de dificultad está muy bien medida en los encuentros salvajes, con rangos de niveles muy acordes (o incluso superiores) a los del jugador de principio a fin, a diferencia de lo que ha venido sucediendo tradicionalmente en la saga. Igual con esas especies que hay que buscar y capturan de forma anómala (creednos, hay muchas sorpresas…), cuya complejidad crece proporcionalmente a como avanza el título. Los combates contra entrenadores son mucho menos complicados y, en ocasiones, deslucidos. Por fortuna, hay algunos de los enfrentamientos más difíciles de toda la saga. Entender la tabla de tipos se antoja fundamental. Es importantísimo llegar hasta el final para entenderlo todo. Para entender el porqué de todas esas preguntas que han sido motivo de conversación desde hace dos décadas. He aquí el mejor endgame hasta ahora.

Un combate con estilo; refinando una fórmula inagotable

El sistema de combate por turnos de esta entrega es una de sus mayores contribuciones de cara al presente y el futuro de la saga gracias al Estilo Rápido y el Estilo Fuerte. Si bien se ha respetado a pies juntillas la manera de pelear contra entrenadores o especímenes salvajes, es llamativo lo mucho que puede llegar a aportar a la experiencia algo tan aparentemente sencillo como desdoblar cada movimiento a merced de lo que más nos convenga en cada caso. La velocidad sigue determinando la prioridad de quién ataca primero, pero ahora se ve subordinada por los estilos. El Estilo rápido aumenta la velocidad del movimiento, adelantando asimismo la cadencia del siguiente turno y reduciendo el daño infligido. El Estilo fuerte, por el contrario, aumenta la potencia —la capacidad de daño—, pero atrasa nuestro siguiente turno.

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Es decir, es momento de usar la estrategia. Pensar si ante ese último Pokémon del rival nos merece más la pena jugárnoslo todo a un golpe aun sabiendo que después vendrán dos impactos del rival (todo ello sin saber si dicho contrincante planea usar alguno de los estilos). A la hora de capturar especies salvajes sucede exactamente lo mismo, dado que ya no es solo una cuestión de prioridades, sino de balancear de forma casi manual cuán doloroso será nuestro movimiento. Un modo multijugador PvP le hubiese sentado de perlas. En estos momentos, las opciones multijugador se limitan prácticamente a los intercambios en línea con otros jugadores.

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Sin duda, los Estilos son un añadido bien pensado. Nos encantaría que se mantuviese en una futura novena generación. Buena ejecución. Esta vez se da un giro de tuerca a la técnica, en consonancia con el tono del videojuego, tan empeñado en dar importancia a la enseñanza, el entrenamiento y las bases clásicas del dojo de la cultura japonesa: el aprendizaje supervisado por un maestro.

Hisui: tierra de lore, leyendas y misterios pendientes de ser resueltos

Leyendas Pokémon Arceus te habla contantemente del sentido de todo lo que nos rodea y ahonda en el trasfondo del argumento, el lore, con la determinación que requería la ocasión. Game Freak se dirige al fan de formas más o menos explícitas. Son guiños, referencias, las que harán esbozar una sonrisa a quienes disfrutaron de la saga en la era bidimensional de las consolas portátiles de Nintendo.

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Las misiones principales son las que hacen avanzar la trama, mientras que las secundarias tienen un alcance más reducido; aunque algunas nos han sorprendido por lo útiles que son de cara a obtener según qué cosas o desbloquear otras. Unas son meros recados; otras tienen una profundidad bastante inesperada y guardan relación con aspectos de la historia. Por primera vez en mucho tiempo sentimos que merece la pena hablar con todo el mundo porque lo que se cuenta no es banal: historias del pasado de Hisui, relatos sobre cómo era el mundo humano hace tantos, tantos años… La localización al castellano es absolutamente fantástica, cercana y pura, como suele ser habitual en títulos editados por Nintendo. Marca de la casa.

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Eso sí, es bastante desalentador que las animaciones de los personajes sean tan estáticas, hieráticas y sin doblaje de voz a estas alturas. Hacen falta mayores valores de producción.

Un discreto apartado técnico que impide aspirar a más

El tema técnico es la gran espina de un título que se siente cómodo en todo lo demás. Es descorazonador ponerse a volar y presenciar cómo van cargando los elementos lejanos del entorno poco a poco, incluidos árboles o la presencia de criaturas; por no hablar de texturas de muy baja calidad cuando se presentan en la lejanía. No es grave ni rompe la experiencia, pero el pop-inen ocasiones sí afecta a la misma. Esto es lo que nos preocupa, lo que queremos que cambie en el futuro. Puede que vislumbres un valle a lo lejos, pero hasta que no te acerques medianamente no sabrás si hay Pokémon o fruta en esos árboles. Como decimos, el juego sabe cómo pegarte al mando para que sigas explorando allá donde vayas y usa esta carencia a su favor para que nunca des nada por hecho, que te acerques. No obstante, en una franquicia de esta magnitud, con una reputación y ventas a sus espaldas al alcance de casi nadie, encontrarnos con este apartado gráfico nos hace recordar una época anterior. Y es una pena. Porque son estos detalles los que privan a Leyendas Pokémon Arceus de una calificación mayor. Game Freak ha encontrado la fórmula, el bucle más perfeccionado que recordamos y una jugabilidad deliciosa, pero un apartado técnico mejorable.

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Y no, esto no tiene nada que ver con el apartado artístico, que una vez más brilla con luz propia en prácticamente todo. Cada área tiene personalidad: las animaciones de los Pokémon y los movimientos han mejorado considerablemente respecto a las anteriores entregas tridimensionales —sigue habiendo margen de mejora—. De hecho, la paleta de colores se ha intensificado respecto a los materiales originales del pasado febrero de 2021, que presentaban una tonalidad más descolorida. El producto final cuenta con una gama más saturada, más nítida y definida. Afortunadamente, la resolución es alta en todo momento, independientemente de cuántos elementos aparezcan en pantalla; igual con la tasa de refresco, que salvo en contadas ocasiones se mantiene en el rango de los 30 FPS.

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En nuestro caso, que hemos jugado la mayor parte del tiempo en modo portátil en una Nintendo Switch OLED, el resultado es óptimo a este respecto, con alta resolución; sin elementos borrosos ni esa incómoda sensación de malla que ensucia algunos títulos de la consola.

Por su parte, la banda sonora es un regalo que sabrán apreciar especialmente aquellos que conozcan Sinnoh, con arreglos que erizan la piel y se impregnan en la memoria sin darnos cuenta. La elección del piano como eje instrumental es un acierto por cómo comunica lo que sucede en cada instante. Su intensidad, su tono y el uso de los silencios prolongados son dignos de mención. Tanto la música ambiental como las melodías están a un nivel realmente alto y repercuten positivamente en ese proceso de inmersión. Enorme trabajo.

Reflexiones finales: la mayor revolución en Pokémon hasta la fecha

No habíamos sentido algo parecido a la experiencia que nos ha transmitido Leyendas Pokémon Arceus desde, seguramente, las ediciones Blanco 2 y Negro 2 (2012, Nintendo DS), que encumbraron la era bidimensional. Esa sensación de no querer dejar de jugar en ningún momento. De seguir capturando. De ver qué se esconde en la cima de esa montaña. De no saber cómo llegar a un punto del mapa y empezar a observar a tu alrededor. De continuar recabando información, objetos y descubrir qué tiene que decirnos cada una de las zonas explorables de Hisui. Un título que ha hecho encajar los engranajes necesarios para que la jugabilidad sea ágil, divertida, adictiva y fiel a lo que llevamos viendo veinticinco años aun habiéndole tendido la mano a la acción.

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Es quizá esto lo más parecido a lo que imaginábamos de niños cuando pensábamos en una experiencia de Pokémon en su propia naturaleza. Y es, al mismo tiempo, un regalo para el amante del lore, el jugador que lleva teorizando y analizando los orígenes de este cosmos de los Pocket Monsters sin demasiadas respuestas. Esta entrega se encarga de dar respuestas y ser coherente con todo lo que ha sucedido hasta ahora en estas ocho generaciones.

Este es el camino, en definitiva. Uno compatible con la saga clásica canónica JRPG, pero que con total seguridad influirá en muchos aspectos mecánicos, de diseño y de planteamiento. Queríamos cambios, aquí los tenemos. Queríamos riesgo, aquí lo hay. Queríamos un título inabarcable, aquí hay un sinfín de horas por delante. Queríamos alicientes para reconciliarnos con Pokémon: he aquí una obra indispensable para el aficionado y una invitación para aquellos que nunca estuvieron o se quedaron por el camino.

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Leyendas Pokémon Arceus manda un mensaje muy claro tanto a su comunidad como a sí misma: era necesario comenzar una nueva etapa, respirar savia nueva y reinterpretar una fórmula inagotable. Hay motivos para celebrar, para sentir de nuevo felicidad y júbilo. Como en la era dorada de Nintendo DS. Ahora solo queda construir sobre esta base, pulir detalles del gameplay y dar el tan necesario paso de ofrecer un apartado gráfico a la altura de las circunstancias. Ese gran lunar que no desaparece y que tanto padece. Por lo demás, un absoluto imprescindible para los seguidores de las criaturas de bolsillo. Amanece de nuevo, Pokémon vuelve a mirar a lo más alto.

Hemos realizado este análisis mediante un código de descarga suministrado por Nintendo.