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Cine

Crítica El Contador de Cartas. Los demonios de Paul Schrader siguen en forma

La película del director estadounidense tiene muchos ingredientes para ser una pequeña joya de su tiempo, pero no lo consigue.

Crítica El Contador de Cartas. Los demonios de Paul Schrader siguen en forma

Sentarse en la butaca y esperar a ver que le pasa en un casino a un exconvicto que aprendió a contar cartas en la cárcel, es sin duda un buen planteamiento, o como mínimo prometedor. ¡Qué bien funciona el poker en el cine!. Y en esta película se demuestra.

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Heidi Hartwig

Se podrán encontrar muchos peros e imperfecciones a esta película, pero si algo tiene por encima de todo lo demás son sus personajes. Profundos y enigmáticos, en definitiva, vivos. Especialmente el principal, William Tell. Confeccionado sin ningún disimulo como una mezcla entre Travis Bickle (Taxi Driver de Martin Scorsese 1976) y Eddie Felson (El Buscavidas de Robert Rossen 1963 y El Color Del Dinero de Martin Scorsese 1986). Oscar Isaac sabe llevar este complejo personaje tan bien como los trajes que viste en la película. Sin apenas aparente esfuerzo carga toda la película a sus espaldas y nos lleva emocionalmente por donde quiere, a veces incluso por encima del guion.

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Courtesy of Focus Features

El contador de cartas tiene muchos ingredientes para ser una pequeña joya de su tiempo, pero no lo consigue. Tiene una historia con muchos recovecos, que al final, tal vez por ser demasiados, dejan algunas líneas argumentales descolgadas. Los personajes, bien construidos y con varias caras, están encarnados por un casting casi siempre acertado, y en los que no tanto, no desentona mucho. Pero no todo es bueno y por eso se queda en una película que pudo ser. El título es un buen ejemplo, es bueno, es evocador, “El contador de cartas”, porque te esperas que haya picardía, jaleo, suspense, pero más allá de metáforas no pasa nada de eso, bueno, casi nada. Resulta fallido porque nos sugiere lo que la película no es. Eso es anecdótico, en realidad el gran problema es la puesta en escena, que es simplemente inaceptable, por mucho que nos intente trasladar a la sobriedad y monotonía de una celda.

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Courtesy of Focus Features

No se puede decir que Paul Schrader sea un guionista que hace lo que puede en la dirección, no. Lleva dirigiendo películas desde los años 70. Cierto es que nunca ha destacado precisamente por su virtuosismo con la cámara, eso no es malo, pero la forma en la coloca las escenas, que está claro que es un estilo intencionado, al final no resulta sobrio o teatral o televisivo o simple, resulta pobre. A varios niveles, desde el vestuario, la composición de los elementos, la elección de los escenarios, y el arte utilizado. Supongo que Schrader quería llegar a ese sitio carcelario dentro de la psicología de su personaje al hacer unos casinos tan mal ambientados, pero al final se queda en eso, en mal ambientados. Y es una pena porque es cierto que, aunque las tramas quedan un poco en el aire, los elementos narrativamente están bien elegidos, como el juego entre cárcel-casino-habitación. Pero la película no llega donde podría.

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Courtesy of Focus Features

Dejando sin comentar las consideraciones técnicas como la luz y el sonido, por ser inapropiadas para una película profesional, otras partes, como el reparto, en general son acertadas. Como he dicho Oscar Isaac es un actor de primer nivel capaz de hacer que un personaje tan sobrio transmita tanta carga emocional. Hace alarde de registro de gran actor cuando solamente con su expresión justifica un giro en el guion que el guion no ha justificado suficiente. Willem Dafoe desgraciadamente tiene pocos minutos, pero los resuelve con oficio y solvencia. Tye Sheridan, que demostró tener tanta fuerza en su mirada cuando protagonizó la excelente Mud, está en esa etapa en la que los papales no van sostenidos por el encanto de la adolescencia. Y se le nota. Posiblemente es el más flojo de los cuatro principales, pero saca adelante su personaje. Y por último Tiffany Haddish, aunque normalmente más relacionada con la comedia, aquí cuesta reconocerla por su transformación interpretativa, dándole una más que digna replica a un inmenso Oscar Isaac.

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Courtesy of Focus Features

Que no se me entienda mal, la película se deja ver. Tiene un inicio excepcional, al mejor estilo clásico y un final potente y perturbador. Por otro lado, es una película de estilo necesario, que hace hueco a otro tipo de cine que también debe existir. El de personajes como motor dramático de la película. Paul Schrader nos trae un contador de cartas que vive recluido, encerrado o más bien penitente entre mesas de poker y black jack de casinos vacíos de vida. Solo puede salir de esa vida encontrando una redención por el camino de la autodestrucción, el problema es que su capacidad para contar cartas no le servirá esta vez.

Lo mejor

  • Oscar Isaac
  • Los personajes
  • La historia
  • El casting
  • El principio
  • El final
  • Parte de la banda sonora
  • La crítica social
  • William Tell = Travis Bickle + Eddie Felson
  • El Gordo de Minnesota

Lo peor

  • La puesta en escena
  • Los amigos del ucraniano animando
  • La iluminación
  • Paul Schrader lo intenta con la cámara
  • La escena de amor
  • La otra parte de la banda sonora
  • El personaje del ucraniano
  • La atmosfera
  • Estilo visual
  • Queremos más póker