Steel Assault
- PlataformaPC7.5
- GéneroPlataformas, Acción
- DesarrolladorZenovia
- Lanzamiento28/09/2021
- EditorTribute Games
Steel Assault, análisis. Espectacularidad 2D
Nos enfundamos la ropa retro para tomar el mando de Steel Assault para PC y Nintendo Switch, un juego de disparos a la vieja usanza en dos dimensiones.
Zenovia Interactive ha estado desde 2015 desarrollando su pequeño homenaje a grandes sagas del pasado que, por A o por B, se acercaban al conocido género run ‘n gun. Inicialmente ideado como un videojuego de estética similar a los de la era 8 bits, Steel Assault, que así se llama su criatura, cambió drásticamente su propuesta gráfica por una con más adornos.
El videojuego recuerda en múltiples detalles a franquicias como Mega Man, Castlevania, Contra o, descaradamente, a Bionic Commando. Aunque también a muchas más, claro. En MeriStation hemos tenido la oportunidad de disfrutar con la versión para ordenadores, en concreto Steam, pero también se ha lanzado en Nintendo Switch y MAC. Te contamos qué nos ha parecido.
Steel Assault; año 2046
Sin rizar demasiado el rizo, la aventura propuesta por Zenovia Interactive nos traslada a un hipotético año 2046 donde una guerra nuclear ha dejado prácticamente inhabitable el planeta tierra. Con tal desolador paisaje el General Magnus Pierce —el antagonista de Steel Assault— se aprovecha de sus dotes en robótica para apoderarse de los pocos recursos que le quedan al mundo con un ejército de robots que nuestro héroe y su grupo de la resistencia planean detener.
El videojuego, como apuntábamos antes, es todo un homenaje a sagas clásicas que la mayoría de jugadores conocen. Y este cariño empieza pronto; desde la misma escena de introducción donde por un momento te detienes a mirar si el título que has cargado es el correcto o no. Y a pesar de esos coqueteos, todo fluye de forma natural y no desentona.
En concreto Steel Assault es un videojuego de scroll horizontal o vertical, según la fase donde estemos, en el que el protagonista, Taro Takahashi, limpia la pantalla de enemigos a base de latigazos mientras sortea plataformas y entuertos con la ayuda de dos ganchos al más puro estilo Bionic Commando. Y al contrario del icónico videojuego de Capcom, aquí los ganchos tienen más miga de lo que puede parecer.
Diseñado como un juego arcade y algo frenético en según qué momentos, la gracia del asunto está en que Taro está solo ante el peligro con una única arma, su látigo. Aunque se puede potenciar con algunos objetos que recogemos durante la aventura y agitarlo en hasta ocho direcciones posibles, su poder se desvanece pronto a menos que ataquemos cuerpo a cuerpo a los enemigos. Por desgracia no hay mucho que rascar en este apartado y es una pena, porque podría dar más de sí.
Los ganchos, tirolinas o como queráis llamarlo, por otra parte, es un gran añadido que te permite solucionar pantallas de diferentes modos. Actúan como agarraderas para nuestro avatar por lo que al lanzarlas entre dos paredes nuestro personaje quedará suspendido en el aire para poder realizar un salto más largo, disparar o evitar embestidas de enemigos. Hay un montón de situaciones donde usarlos y no siempre las vemos a la primera de cambio, pero donde más brilla su protagonismo es en las batallas contra los jefes finales.
Hay cinco de estos por lo que quiere decir que tan solo hay ese mismo número de pantallas o capítulos, y además son bastante pequeños. En nuestra opinión se nos antoja extremadamente corto para alguien entregado a este género y corto en general para los recién llegados a este tipo de juegos. Eso sí, si subimos su dificultad de entre las cuatro disponibles su dureza y duración se alarga considerablemente. También tiene un Modo Arcade donde los enemigos nos arrean de lo lindo, pero no hay muchas más diferencias. Y por si caemos en batalla en múltiples ocasiones, existen continuaciones infinitas para que no perdamos los pocos pelos que nos queden sobre la cabeza.
Las mejores partes del juego, sin duda alguna, se encuentran en el apartado técnico (que comentamos más abajo) y en la batalla contra los jefes finales. Tampoco son extremadamente innovadoras pero el hecho de usar el látigo y tener que trazar la estrategia con la ayuda de los ganchos y la zancadilla hace que los enfrentamientos sean muy especiales. Sobre todo por lo mismo que mencionamos más arriba, algunas soluciones ni se te pasan por la cabeza. La pista para derrotar al jefe está ahí, delante de nuestras narices, pero está tan bien integrada en la escena que ni nos damos cuenta.
Super 16 bits
Aunque el videojuego no es el mejor del género, otro gallo canta al amanecer cuando hablamos de poderío; es una gozada verlo en movimiento. Su estética pixel-art que recrea la dorada época de los 16 bits se entremezcla con el portento gráfico en dos dimensiones que mostraban las recreativas. Escenarios hasta arriba de detalles y muy trabajados, una paleta de colores extremadamente variada, animaciones de cine y varios efectos gráficos muy conseguidos. Todo está diseñado para entrar en los ojos. Por desgracia la calidad artística no se deja ver demasiado en el héroe o en muchos de sus enemigos, pero hay otros que siguen la misma tónica. Por ejemplo, los soldados antagonistas no destacan en nada y Taro, sin ir más lejos, ni tiene cara.
Para potenciar su carácter retro los desarrolladores han incluido una serie de opciones para acercarlo aún más a la época gloriosa del género. Por una parte tenemos un filtrado bilineal para enmascarar un poco los píxeles que aparecen en pantalla. Es una opción que recomendamos desactivar porque afea bastante el resultado final. En segundo lugar cuenta con un filtro CRT realmente conseguido y que es digno de activar desde el primer momento. La tercera opción es la de curvar la pantalla para que la imagen —junto al filtro CRT— se asemeje a la que podíamos ver en una máquina recreativa. Hay una cuarta opción y se centra en maquillar un poco las dos enormes franjas negras que aparecen a cada lado de la pantalla, fruto de ser un título que funciona a una relación de aspecto 4:3. Eso sí, no esperéis mucho de este arte lateral como así se llama porque solo tiene una piel para mostrar.
La música está compuesta por Qwesta y Luke McQueen y hay que decir que el trabajo es impresionante. La banda sonora es bastante variada abarcando el rock, metal, sintetizada y el chiptune. Algunas de sus melodías recuerdan bastante a piezas que dan vida a secuencias de animación japonesa —de temática mecha— y son capaces de ubicarse en tu cerebro hasta que te olvides de ellas. Los efectos sonoros, en la parte negativa, están poco trabajados y algunos de ellos se escuchan realmente mal, aunque en el fragor de la batalla es posible que ni nos fijemos en ello. Llega a nuestro país con textos en castellano y voces en inglés.
Conclusión
Steel Assault es un buen exponente del género run ‘n gun que peca de ser extremadamente corto y con pocas opciones en todas sus áreas. Lo único que le da “vidilla” al título es elegir uno de sus cuatro modos de dificultad —donde cambian algunas rutinas en enemigos también— o intentar conseguir el mejor tiempo en cada nueva partida. En lo técnico es una gozada pero salvo esto y el combate con unos jefes finales que a poco te sepas la mecánica es pan comido, no ofrece mucho más.
Lo mejor
- Bastante espectacular a la vista.
- La música es una gozada.
- El gancho y las situaciones donde se emplean.
Lo peor
- Duración relativamente corta.
- Jugablemente solo brilla en los jefes finales.
- Los efectos de sonido no están muy logrados.
- Se le saca poco partido a la única arma del héroe.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.