The Artful Escape, análisis. El poder de la música

Las llamadas aventuras narrativas reciben un nuevo y llamativo exponente con The Artful Escape, la primera obra del estudio australiano Beethoven & Dinosaur bajo la batuta de Annapurna Interactive, un videojuego con un marcado componente musical que nos narra el viaje introspectivo de su protagonista, Francis Vendetti, sobrino de la desaparecida leyenda del folk John Vendetti. Y es que los que gusten de riffs y solos infinitos de guitarra eléctrica e incluso aquellos con una mínima sensibilidad musical, encontrarán en este nuevo título para PC, Xbox One y Xbox Series X|S toda una celebración del rock más setentero, de los macroconciertos con láseres y humo y de los ritmos más cañeros. Así es The Artful Escape, un videojuego que sacrifica la parte jugable para ofrecer un auténtico festival psicodélico tanto en lo visual como en lo sonoro. Analizamos la opera prima de Johnny Galvatron, cantante del grupo The Galvatrons, en el terreno del ocio interactivo.

El viaje cósmico de Francis Vendetti

Pero empecemos por el inicio de la partitura de The Artful Escape, el primer videojuego del joven estudio australiano Beethoven & Dinosaur, cuyo fundador, Johnny Galvatron, pretende explorar una faceta de la música para él aún desconocida. Y es que el vocalista y guitarra del grupo de rock The Galvatrons emprendía un proyecto con el que quería ampliar sus horizontes creativos, recalando en la industria del videojuego con una obra que destaca por un diseño artístico y audiovisual de primer nivel. La historia de The Artful Escape pretende mostrar el viaje psicodélico de un artista en su búsqueda interior, tratando temas como la inseguridad, las decisiones vitales, los conflictos internos o el nacimiento de un alter ego que determine el futuro de su carrera musical.

Somos Francis Vendetti, sobrino de John Vendetti, un cantante folk que ha dejado un enorme legado tras su fallecimiento, y del que los fans esperan que continúe con la exitosa carrera de su maestro a través de su primer concierto ante sus vecinos de su pueblo natal, Calypso. Desde luego, sus responsables no ocultan las inspiraciones de una obra que abraza la psicodelia y el surrealismo sin titubear, con un despliegue audiovisual arrollador que se hace con todo el protagonismo de la obra. Desde el referente Bob Dylan para la figura de John Vendetti hasta la búsqueda de la personalidad y el personaje sobre el escenario de tantas estrellas del glam rock más setentero, como podría ser el mismísimo David Bowie y su famoso Ziggy Stardust. En este sentido, hasta podremos elegir un nombre y un aspecto único entre centenares de combinaciones de ropa, peinados, complementos y guitarras holográficas para Francis en su periplo al llamado Cosmos Extraordinario.

The Artful Escape se desarrolla en estrictas 2D mediante una jugabilidad de estilo plataformas (aunque plasmadas de forma extremadamente testimonial) con combates o desafíos al más puro estilo del juego clásico “Simón dice...” y numerosos diálogos de lo más hilarantes, con posibilidades para elegir respuestas que poco influirán en el desarrollo de la aventura más allá de desbloquear una reacción u otra. Aunque el verdadero protagonismo del primer videojuego de Beethoven & Dinosaur se lo lleva su genial ambientación y las estimulantes interpretaciones que se desprenden de ella. Y es que visitaremos toda clase de universos y planetas de un cosmos rebosante de ficción y utopía junto a personajes para el recuerdo, carismáticos, que logran atraparnos por lo alocado de sus planteamientos existenciales.

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Básicamente, avanzaremos por los diferentes niveles sin más desafío que algunas secciones de plataformas y saltos, dejando que los propios escenarios, soberbios en diseño y puesta en escena, nos abrumen por su espectacularidad cromática, con juegos de luces y partículas absolutamente brillantes. Desde frondosos bosques alienígenas a planetas con infinidad de rascacielos, pasando por desiertos, grutas, naves espaciales y estampas galácticas propias de las mejores obras de ciencia ficción.

Aunque la interacción visual con los diferentes niveles llegará mediante nuestros eternos riffs de guitarra; en realidad, esta habilidad no aporta nada a nivel de jugabilidad más allá de alargar el doble salto o aterrizar bruscamente con mucho estilo, además, claro está, de disfrutar de épicos y emocionantes solos de guitarra. Porque The Artful Escape va de esto, de hacer aflorar emociones al jugador a través de las notas de nuestra guitarra eléctrica; y también de los instrumentos de los demás personajes que se cruzarán en nuestro camino.

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En su viaje, Francis se irá alejando cada vez más del estilo más clásico de su tío para encontrar su verdadera personalidad rockera. Y es que lejos de encasillarse en el folk de siempre, Francis afrontará una serie de desafíos guitarra en mano contra criaturas de toda clase y condición, una especie de combates uno contra uno en lo que tendremos que seguir secuencias de hasta 5 botones, algunas más complejas y largas que otras, aunque en general bastante accesibles. Los que busquen un mínimo de desafío o dificultad en The Artful Escape no lo encontrarán en su propuesta, eso seguro.

Y es que a lo largo de las 5 o 6 horas que tardaremos en completar la aventura no tendremos que superar ningún obstáculo relevante más allá de alguna combinación de guitarra que se nos pueda atragantar; aún así, la penalización es nula, ya que al fallar una nota reiniciaremos en el tramo inmediatamente anterior, lo que nos facilitará mucho las cosas. Lo mismo ocurre con las plataformas y saltos; si fallamos, regresaremos prácticamente al mismo lugar para intentarlo de nuevo. Tanto es así, que The Artful Escape no es un reto en sí mismo, sino que pone todo de su parte para invitarnos a disfrutar de una propuesta audiovisual única, como si de un plataformas 2D sobre raíles se tratara.

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Imaginación y creatividad

Una vez tengamos claro lo que pretende The Artful Escape a nivel interactivo, llega el momento de dejarse ir y degustar su vertiente artística, que no es baladí. Fácilmente estamos ante uno de los títulos con una de las apuestas audiovisuales más rotundas y brillantes de los últimos años, más si hablamos de su condición de videojuego independiente. Y es que tratar de describir con palabras las sensaciones que ofrece el título se queda corto ante el despliegue a nivel de diseño artístico y musical.

Un absoluto espectáculo que parece mentira que haya sido creado por un pequeño grupo de artistas, diseñadores, animadores y músicos. Además, los diálogos, en perfecto inglés, cuentan con las voces de Michael Johnston, Caroline Kinley, Lena Headey, Jason Schwartzman, Mark Strong y Carl Weathers, ofreciendo interpretaciones que casan a la perfección con las estrambóticas personalidades de sus avatares cósmicos. Por suerte, contamos con textos localizados al castellano para que no nos perdamos ningún detalles, a pesar de que nos cruzaremos con alguna que otra frase sin traducir.

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