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The Big Con

The Big Con

  • PlataformaPC8XBO8XBS8NSWPS4PS5
  • GéneroAventura
  • DesarrolladorMighty Yell
  • Lanzamiento31/08/2021 (PC, XBO, XBS)01/06/2022 (NSW)31/08/2023 (PS4, PS5)
  • TextoEspañol
  • VocesInglés
  • EditorSkybound

Vuelven los 90

The Big Con, análisis. Una estupenda heredera para Thelma y Louise

Mitad road movie, mitad coming of age, analizamos una divertida aventura gráfica que rinde tributo al género, a los años noventa y al mundo del cine.

Actualizado a

Va sobre un videoclub de los noventa y derrocha humor, pero no es Clerks. Hace del carterismo un arte y es un continuo homenaje al cine, pero no tiene nada que ver con Pickpocket. Está protagonizado por una joven rebelde y divertida que se recorre todo el país huyendo de la policía y aprendiendo a ser libre, pero os juramos que no es la hija secreta de Thelma & Louise. Hay muchos modos de describir The Big Con, pero todos serían así, con alusiones a la gran pantalla y una sonrisa en los labios.

El juego de Mighty Yell Studios es una aventura gráfica muy sencilla que ronda las cuatro, cinco horas y parece una entrañable carta de amor al séptimo arte. Su propio planteamiento se asemeja al de una simpatiquísima road movie en la que interpretamos el papel de Ali, una adolescente que recorre una versión wannabe de Estados Unidos con la firme intención de robar y estafar dinero suficiente para salvar el videoclub de su madre de manos de unos prestamistas. ¿Qué podría salir mal en un viaje así?

La ejecución del mismo no tiene demasiada intríngulis. Recorreremos un puñado de escenarios de vista isométrica y lo haremos solventando puzles facilones, la mayoría del estilo ¿Dónde está Wally?, o lo que es lo mismo, de poco más que localizar personajes y objetos. Al llegar a un nivel, por ejemplo, a lo mejor necesitamos una determinada cosa que tiene una persona A, pero que ésta no querrá darnos hasta que no le consigamos algo que tiene una persona B, quien a su vez necesitará lo propio de una persona C, y así sucesivamente. De ese modo toca explorar hasta dar con la pieza final que hace caer el resto de fichas del domino.

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Por el camino también podremos colocarnos detrás de la gente y ejecutar un rápido QTE para birlarles la cartera, lo que nos permitirá ir acumulando dinero para ayudar a nuestra madre con su deuda. O buscar coleccionables para un mercader ambulante con muchas similitudes con el dueño de La Tienda, de Stephen King. O hacer misiones secundarias, como la que propone averiguar la receta secreta de cierta comida; un misterio que recuerda a cuando teníamos que descubrir la fórmula del escupitajo perfecto en Monkey Island 2. Por haber, hasta tenemos el típico laberinto de los bosques de Zelda (aquí en un desierto de Arizona o Nuevo México), de estos en los que el escenario tiene cuatro salidas y necesitamos acertar varias veces la correcta o volveremos al principio. Podríamos decir que no hay grandes desafíos ni innovaciones, tampoco evolución en sus mecánicas, pero su duración y variedad impiden que echemos en falta dichos factores. The Big Con es una aventura gráfica clásica, sencilla y agradable.

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La verdadera gracia del juego está en su ambientación y sobre todo en un guion brillante y excepcionalmente escrito. Sus diálogos son un alarde de ingenio y humor que nos mantienen con una sonrisa bobalicona durante todo el viaje. Pero es la relación de Ali con su madre y con su mejor amiga donde se aprecia una delicadeza de lo más emotiva, cálida y reconfortante. Es una road movie con alma de coming of age. Una historia cuyos temas y personajes te pueden gustar más o menos, pero a la que no se le puede poner un pero.

Además, como ya dijéramos en el análisis de Fire Tonight, siempre es una alegría volver a un mundo donde reinan los walkman, las cabinas de teléfono, las riñoneras y las cintas de cassette (o VHS). Un mundo de cortes de luz (o fuleros), tiendas de discos (videoclubes) y guiños a las consolas de 8 bits (o a las aventuras gráficas de los 90). ¡Pero si The Big Con narra hasta las luchas por hacerse con el Furby de turno! Tiene una maravillosa ambientación noventera repleta de detalles, sobre todo cinéfilos dada la herencia de Ali, quien lleva trabajando en la tienda de su madre desde que era una niña y saca a relucir decenas de referencias a la cartelera de entonces.

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Una muestra de esta preciosa sinergia con el mundo del cine se puede ver en los coleccionables, versiones paródicas de las cintas más populares de la época. Movida del 76 (aquí transformada en Movida del 78); Back to the Future (que pasa a llamarse Back to the Pasture y ahora va sobre viajes en el tiempo a una era donde las vacas dominaban el mundo); Viernes 13 (con su versión alternativa, Miércoles 13); o Abierto hasta el amanecer (aunque en esta ocasión trata de vampiros que comen maíz y se llama Hambriento hasta el amanecer). El humor es tal que en los ajustes del juego existe opción a poner risas enlatadas durante las conversaciones, como en las sitcoms de por entonces. 

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Mención especial merecen en este apartado Dani Romo Gutiérrez, Lusimi García Ramírez y Nacho Sendino, los encargados de la localización del juego. Porque la ambientación es genial, pero si incluye referencias a la Superpop o expresiones como “Chachi Piruli”, ya estamos hablando de otro nivel. Hasta los anacronismos que tiene son un deleite, con referencias a Aquí no hay quien viva o Amar en tiempos revueltos. Otro rollo.

Se podría decir que a nivel audiovisual también clava este tributo a los noventa, pues The Big Con es igual de hortera que aquellos años. Todo colores planos y chillones, con personajes y escenarios de cómic a los que por desgracia recicla por aquí y por allí. Su banda sonora cuenta con su propio temazo con el nombre del juego para el menú principal y termina de envolver un producto tan vergonzosamente reconocible como los estupendos capítulos de Cachitos para TVE.

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Conclusión

Seguro que podría ser más largo, más original, más profundo, más desafiante y tantos y tantos “más” que se le exigen a los juegos de hoy en día, pero The Big Con es una aventura gráfica cuya mayor virtud reside en su sencillez, en ese aroma old school y ese retrato de los noventa tan divertido y tan cinéfilo. El juego narra una historia de las que te dejan una sonrisa bobalicona y tierna en la cara; un relato a caballo entre la road movie y el coming of age que está excepcionalmente escrito y resulta tan hilarante como entrañable. Un tributo al género y la época con el que pasar cuatro o cinco horas estupendas.

Lo mejor

  • La historia, genialmente escrita.
  • La ambientación noventera y las referencias cinéfilas.
  • La localización del juego, de las mejores de los últimos años.
  • El humor. Cuatro o cinco horas con una sonrisa constante en la cara.
  • Una aventura gráfica con sabor old school.

Lo peor

  • A veces la sencillez se vuelve simpleza.
  • Recicla algunos diseños y mecánicas por aquí y por allí.
8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.