The Legend of Zelda: Skyward Sword, el origen de la revolución
Skyward Sword llega como remasterización en Nintendo Switch diez años después de su salida en Wii. ¿Qué es lo que hizo especial el juego?
Cuando se anunció The Legend of Zelda: Skyward Sword, fue inevitable sentirse emocionado por lo que estaba por llegar. Nintendo había decidido reordenar toda la saga con una cronología oficial, y con el 25 aniversario de la serie, el nuevo título para Wii iba a ser el origen de todo. El origen de la espada maestra. La premisa ya era suficientemente atractiva, porque desde Ocarina of Time la compañía había cogido cierto compromiso con las conexiones históricas de la saga. Skyward Sword, además, quería ir un paso más allá en lo que habíamos visto.
La primera vez que jugué al juego fue precisamente en una campaña de Nintendo, que quería rememorar de parte de prensa e influencers esos mejores momentos con la saga. El primer impacto estaba precisamente vinculado a lo que veíamos en pantalla. El título supo encontrar un equilibrio entre los que disfrutamos del estilo cartoon de Wind Waker y aquellos que habían estado pidiendo una propuesta más 'oscura' con Twillight Princess. Colorido, con un estilo de acuarela y manteniendo cierta expresividad, Skyward Sword entraba fácilmente por los ojos, pero te atrapaba por su aspecto más importante: el jugable.
Siempre he dicho que la saga Zelda es el benchmark de todas las consolas en las que aparece. Si una plataforma de Nintendo tiene funciones concretas, el mejor exponente para explotarlas es la serie protagonizada por Link. Y eso ha pasado de la misma manera. Desde el mando de Nintendo 64 a través de la disposición y propuestas de Ocarina of Time hasta el uso del micrófono, el stylus y la pantalla táctil en Phantom Hourglass. En Skyward Sword no íbamos a ser menos, y el juego queda como uno de los mejores a la hora de usar el control por movimiento y las características del wiimote+nunchuk.
El salto cualitativo a la hora de combatir respecto al control por movimiento en Twilight Princess era evidente. Como también lo era que aquí se diseñó el juego pensando en este sistema de control y no al revés. El combate tomaba un papel relevante en todo lo que hacíamos, aportando un plus de complejidad y satisfacción a cualquier enfrentamiento. Seguramente todos hemos pensado en blandir la espada de Link en más de una ocasión, y en Skyward Sword lo pudimos hacer. Uno de los grandes momentos que nos quedan para el recuerdo es el enfrentamiento con Don Gera, o las batallas cuerpo a cuerpo con Grahim. Ya no se trataba de hacer siempre lo mismo en combate, sino que había cierta estrategia a seguir. Pero no solo destacó en esto.
Skyward Sword te atrapaba, hablando de manera simple, porque te empujaba a hacer cosas. Muchas. Sencillas. Pero entretenidas. Usar el escudo y la espada como si las tuviéramos en el salón de casa era solo el principio. Las mecánicas de los objetos también nos metían de lleno en lo que proponía el juego y el teleescarabajo se convirtió, bajo mi punto de vista, en uno de los mejores ítems de toda la saga. El uso de los objetos, como el cazamariposas, era diferencial: ya lo habíamos tenido en A Link to the Past, pero controlarlo aquí con el wiimote y no con un botón, era otra cosa. Todo ello hacía que estuviéramos en un juego con escenarios mucho más acotados, pero con una enorme cantidad de acciones a realizar en cada uno de ellos. Sin descanso.
Fórmula clásica y elementos rompedores
Se puede considerar Skyward Sword como un juego denso, que además tiene la capacidad de conectar muy bien con Breath of the Wild a pesar de ser muy diferentes. El sistema de barra de energía para realizar acciones físicas -y su gestión-, elementos como la escalada, correr o el poder mejorar nuestro equipo son propuestas que se presentaron en 2011 para Wii y que se han sabido trasladar a una idea totalmente diferente de juego como fue Breath of the Wild en 2017.
Por todo esto, el retorno de The Legend of Zelda: Skyward Sword es una buena oportunidad para quienes no conocen la saga tal y como era antes de Breath of the Wild. Porque la jugabilidad sigue siendo el eje central de de todo lo que hacemos, porque a pesar de ser un juego muchísimo más lineal, tiene un sistema de backtracking que te invita a revisitar lugares desde puntos de vista diferentes; y sobre todo, porque no falta la épica, el ingenio en rompecabezas que nos obligan constantemente a desarrollar la inteligencia espacial constantemente y una banda sonora que acompaña con brillantez los mejores momentos.
Skyward Sword no era un juego perfecto ni mucho menos, pero es un título que 10 años después puede servir para reivindicar otra manera más tradicional de entender la saga, aunque incluso dentro de esta categoría fue bastante rompedor. Y, de paso, demostrar que el Zelda de toda la vida todavía puede ser plenamente vigente.
The Legend of Zelda: Skyward Sword HD
- Acción
- Aventura
Descubre los orígenes de la Espada Maestra en The Legend of Zelda: Skyward Sword HD para Nintendo Switch. Esta aventura de acción clásica salió originalmente para Wii en 2011 y se ha optimizado para Nintendo Switch: además de contar con controles de movimiento más suaves, también es posible jugar usando los botones. El primer relato de la línea temporal de The Legend of Zelda lo protagoniza un joven caballero que deberá atravesar el cielo sin fin y la tierra mítica bajo este para encontrar a su amiga de la infancia, Zelda.