Como en los viejos tiempos, Shepard
Mass Effect 2 y la fuerza de los personajes
Bioware había concebido un universo repleto de aventuras y desafios en Mass Effect. Mass Effect 2 simplificó sus mecánicas y potenció una narrativa sustentada por grandes personajes que enamoraron a los jugadores.
Mass Effect se ganó la admiración de la crítica y la comunidad por la creación de un universo apasionante. Tres años después, el viaje de Shepard continuó hasta Mass Effect 2, la secuela que preparaba un giro radical.
El equipo de Bioware reformuló las bases del original para adaptarse a las tendencias imperantes y también realizó un reparto del peso de los elementos que funcionaron mejor. Mass Effect 2 posiblemente sea el título más equilibrado y el favorito de la comunidad. Veamos cómo consiguió Bioware tal gesta.
Un universo simplificado
La palabra que mejor define Mass Effect 2 es simplificación. Las mecánicas de la vieja escuela fueron sustituidas por otras más fáciles de dominar. Los espacios se vieron recortados, los tramos se tornaron más lineales y desaparecieron los planetas de exploración. Con el final de las zonas abiertas nos despedimos de las piruetas imposibles con el mako. En su lugar se implementó un sistema de prospección de minerales por la galaxia mediante un panel de la Normandy. Incluso el sistema de combate optó por mecánicas más cercanas al shooter que al RPG.
De esta forma, Bioware quería restar complejidad a las piezas que no generaban la mayor atención de los jugadores. La narrativa era el motor del juego y la mejor forma de reforzarla fue a través de más cinemáticas que intensificaran la dramatización y los giros de guión. Pero esos cortes de concepción cinematográfica no serían nada sin la banda sonora de Jack Wall. La pieza que suena en la misión final es simplemente alucinante. Podéis reproducirla y continuar leyendo.
A pesar de que la trama de los recolectores no era especialmente brillante, sirvió de excusa para expandir un universo donde habitaban viejos y nuevos camaradas. Un preludio hasta la conclusión en Mass Effect 3 y la puerta de entrada perfecta para nuevos jugadores.
La importancia vital de los personajes
En el bello arte de la narrativa frecuentemente surge la siguiente pregunta: ¿es la trama la que hace avanzar a los personajes o son los personajes los que mueven la trama? Podríamos decir que en el caso de Mass Effect 2 la respuesta es evidente, el jugador se percata rápidamente de que la tripulación de la Normandy es el eje del juego. En los personajes recae el peso de la historia y son la razón por la que se consolidó una comunidad entregada.
Los personajes excepcionales se construyen a través de arquetipos clásicos perfectamente adaptados y caracterizados a las necesidades del guión. Estos evolucionan a través de los sucesos de la trama y emprenden acciones que, junto a las decisiones del jugador, son determinantes para el porvenir de la galaxia.
Las misiones de personaje, que en otros juegos serían consideradas menores, aquí pasan al primer término. Shepard no puede conseguir la paz en solitario, necesita reclutar un escuadrón fiel y capacitado para su gran hazaña. Nuestros compañeros se hallan en un espacio que define con astucia su perfil psicológico y las acciones que ejecutan en la trama. A diferencia de Mass Effect, donde los personajes pecaban de ser un tanto simples, en su segunda parte fueron dotados de una fuerza que traspasaba la pantalla.
El jugador pudo desarrollar rápidamente una conexión afectiva a través de diálogos posmisión que exploraban sus vivencias, por lo cual los hechos aciagos cobraron mucha más repercusión. El vínculo de los personajes llegaba a su clímax con una implicación romántica con el jugador mucho más trabajada e intensa que en Mass Effect.
Viejas rencillas
Uno de los dilemas que explora la saga, y que llega a su punto álgido en esta entrega, es la guerra quariano-geth. Sin embargo, mientras que en el juego original la problemática era meramente parte del trasfondo para justificar la hostilidad del enemigo, en Mass Effect 2 pasa a ser un tema de primer orden. El jugador debe encarar el conflicto desde su origen y aplicar la diplomacia en ambas razas. Sus portavoces son Tali y Legion, compañeros muy queridos, quienes esgrimen argumentos sólidos para una larga guerra que se ha cobrado millones de vidas. No existen ya vencedores ni vencidos, solo el deseo de ponerle fin.
La galaxia también alberga otras rencillas entre razas. Los turianos y los krogan llevan años enemistados por el conflicto conocido como Rebelión Krogan. Tras décadas de guerras y el temor del Consejo debido a su poder y política expansionista, un arma biológica llamada genofagia fue la respuesta de los salarianos para neutralizar la amenaza krogan. Han pasado décadas desde entonces, pero la galaxia aún desconfía de las intenciones de paz. Sobre la mesa se ponen interesantes cuestiones como hasta cuándo tiene que pagar una raza las acciones de sus ancestros.
En el juego original se aplicaron algunas pinceladas al dilema, pero en esta parte tuvimos la oportunidad de explorar sus complejas capas desde el punto de vista de todos los actores implicados. Nuestro papel en este conflicto levantó muchas ampollas con la presión desde diferentes grupos por el pasado bélico y la numerosa descendecia de los krogan, que causa temores especialmente en el Consejo, un órgano de gobierno con bastantes claroscuros en su administración.
Algunas de las decisiones de Mass Effect tuvieron impacto inmediato y marcaron un camino sin vuelta atrás. No obstante, en el horizonte aparecieron nuevas y difíciles preguntas. ¿A quién estás dispuesto a traicionar? ¿Pesa más la galaxia o tus camaradas?
La supremacía racial
A través de la historia hemos observado cómo la supremacía de una raza se construye sobre creencias y argumentaciones pseudocientíficas. Estas indican que una raza, por el mero hecho de pertenencia, es superior al resto y, por lo tanto, merece privilegios y una posición superior en una escala jerárquica. El dogma se transmite por grupos de diversa índole que hacen llegar el mensaje para captar nuevos acólitos.
En Mass Effect 2, la organización que vocea esta clase de peligrosas consignas es Cerberus, un grupo que lleva a cabo todo tipo de acciones para que la humanidad tenga un papel de liderazgo en la comunidad galáctica. Su red de tentáculos se expande por todos sus confines, por lo que la organización dispone de poder militar, político y social.
Si analizamos la figura de su cabecilla, el Hombre Ilusorio, hallamos el habitual perfil de líder político: carismático, con un alto nivel de retórica y un argumentario que repite creencias verosímiles. Su mensaje es puramente emocional, lo que consigue persuadir a nuevos humanos para su causa. Shepard puede dejarse seducir por su influjo y considerar que, tal vez, las metas de este grupo no son tan descabelladas.
Mass Effect fue la ejecución narrativa más sobresaliente de la saga gracias al elenco de personajes, los cuales dejaron una profunda huella en el jugador. Perder a alguno de ellos era un duro golpe que nos llevaba a cargar partida para intentar por todos los medios evitarlo. Incluso cuando sabíamos que nuestras malas decisiones anteriores habían sentenciado su futuro. Pero no hay dos sin tres, sin embargo, ahora no es momento de hablar del fantástico Mass Effect 3, lo guardamos para el siguiente reportaje.