Lemnis Gate, impresiones en exclusiva: otra forma de entender el shooter competitivo

Es muy difícil hacerse un hueco en la escena competitiva. En pleno 2021 tenemos gigantes como Rainbow Six Siege, Counter-Strike: Global Offensive y Call of Duty repartiéndose los focos dentro del first person shooter. Sin embargo, no cesa el empeño de algunos estudios por intentar dar con la fórmula que agite el avispero, como lo hizo el título de Ubisoft tras un lanzamiento repleto de problemas.

Para triunfar no debes ser diferente per se, sino reunir una serie de requisitos que se vean impulsados por el destino. No solo basta con ser el mejor, o ofrecer la calidad que se espera en el género: debes llegar en el momento adecuado. Desconocemos si este será el caso de Lemnis Gate; lo que sí sabemos es que el título editado por Frontier Foundry nos ha sorprendido para bien. Ratloop Games Canada reinterpreta el campo de batalla con elementos pocos vistos en la misma mezcla.

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¿Qué es Lemnis Gate?

El estudio describe Lemnis Gate como un “shooter estratégico de combate por turnos”. Aunque la mezcla de filosofías de juego puede chocar, en la práctica es un título de estrategia donde nuestras acciones son activas a través de los elementos del FPS tradicional. Los turnos, en este caso, quedan relegados a la sucesión de bucles entre ambos equipos.

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Parece muy lioso, ¿verdad? A nosotros nos tomó una sola partida comprender cómo funciona en la práctica. En Lemnis Gate no saltas al terreno de juego como un personaje individual, ni tampoco debes rellenar un contador de bajas para alzarte con la victoria. Simplemente debes colocar tus piezas donde desees teniendo en cuenta el hacer del enemigo. Como si de un ajedrez interactivo se tratara, el título te anima a cambiar de chip completamente: el combate se basa en la anticipación, en la toma de buenas decisiones frente a la habilidad o la precisión.

¿Cómo se juega?

Las reglas son sencillas: tienes 25 segundos para realizar los movimientos que desees en el campo de batalla. Completar objetivos, colocar objetos en puestos defensivos, etcétera. Una vez se acabe, es el turno del rival, que verá en su tirada los movimientos en tiempo real de tus anteriores 25 segundos. Esta sucesión de bucles se van completando con las otras tiradas tuyas y de tus rivales hasta que finalicen las cinco rondas.

En los turnos finales, el escenario se vuelve un caos. Debes tener presente todas tus tiradas anteriores y las del rival. Amoldarte, nunca mejor dicho, a las acometidas del otro jugador y aportar decisiones positivas a lo que habías hecho hasta el momento. Ahí entra en juego el componente estratégico. De nada sirve que te lances contra los enemigos como cualquier otro shooter multijugador que se precie. Aquí tienes que trazar tus pasos para que cobren sentido cuando la partida entre en la fase final.

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Para ello se cuenta con la introducción de personajes predefinidos al más puro estilo hero shooter. Durante la sesión pudimos acceder a siete: Karl, Vendetta, Deathblow, Striker, Rush, Toxin y Kapitán. Cada uno de ellos se centra en un estilo de juego concreto, con su propio rasgo exclusivo, habilidad y arma principal. Por ejemplo, Toxin lanza una balizas que te teletransportan al punto donde la has lanzado; a la hora de combatir utiliza su poderoso lanzagranadas de veneno. Otro, en cambio, coloca cápsulas de escudo que protegen a los personajes que permanecen dentro. Así con torretas, minas y otros dispositivos de calado ofensivo o defensivo.

Modos de juego: clásicos reinterpretados

Dadas las circunstancias tan especiales del combate, no serían menos sus modos de juego. Lemnis Gate nos sumerge en combates 1 contra 1 y 2 contra 2 por objetivos. Uno de los modos consistía en recuperar unas esferas que debíamos llevar a nuestra base. En las primeras rondas era habitual ver a los dos jugadores cogiendo las bolas más cercanas, pero cuando llegaban las finales el plan cambiaba: matabas al portador e intentabas hacerte con el botín.

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Por otro lado, el segundo modo de juego era una reconversión del dominio que todos conocemos. Las zonas de captura se intercambiaban por unos pilares que se decantaban al lado de tu equipo cuanto más las dispararas. Este era, sin lugar a dudas, el modo con mayor miga. Era fácil perder una torre a poco que el contrario colocara sus balas en tus pilares. Debías equilibrar muy bien tus acciones en un solo bucle. Una parte de esos 25 segundos los invertías en seguir empujando tus pilares, mientras que el tiempo restante sembraba el camino para los siguientes turnos.

Grandes sensaciones

Lo mejor de la jornada fue, sin lugar a dudas, tener la sensación de que tan solo habíamos rascado la superficie. Más allá de esas casi dos horas a los mandos parece haber un título profundo, complejo. Cumple los requisitos de un juego de gen competitivo. La frase “fácil de jugar, difícil de dominar” es una máxima en el recorrido como jugador de Lemnis Gate.

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Aquí la habilidad con el propio arma no interviene tanto. Es fundamental conocer el escenario, comprender los usos de los héroes y tener agilidad en la toma de decisiones. No son pocas las veces en las que notas que has podido perder el rumbo de la partida. Pero la incertidumbre, el saber que una mala pieza puede derrumbar tu plan de juego, forma parte de su ADN. Siempre juegas con la presión de que tus decisiones determinan los 25 segundos de tus próximos 5 intentos. La presión es una compañera de viaje.

¿Cuándo llegará?

Lemnis Gate tiene previsto su lanzamiento en algún punto del próximo verano en PS5, PS4, Xbox Series X|S, Xbox One y PC. Tendremos que esperar un poquito más para conocer la propuesta en mayor profundidad. La primera toma de contacto, como hemos venido diciendo, ha sido positiva. Solo el futuro dirá a qué punto le llevará.

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