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Cámara Razer Kiyo Pro, análisis. Un salto de calidad en los streams

Probamos en profundidad la nueva Kiyo Pro, una cámara que destaca por su resolución sin pérdidas y el buen rendimiento en entornos sin demasiada luz.

Cámara Razer Kiyo Pro, análisis. Un salto de calidad en los streams

El mundo de las cámaras para realizar streams se encuentra en un mar competitivo de primer nivel. No solo porque son varias las marcas que están lanzando cámaras con distintas funcionalidades y opciones, sino porque los usuarios también se están acostumbrando a probar muchos otros dispositivos. Desde cámaras profesionales que no estaban pensadas para esto hasta los propios móviles. En medio de todo esto, Razer sacó el año pasado su Razer Kiyo, una cámara con un buen rendimiento que contaba con un anillo de luz integrado en el mismo dispositivo. Poder calibrar dicha luz era su principal añadido. Pero ahora llega Kiyo Pro, un salto cualitativo importante en el que la nitidez juega en otra liga, simple y llanamente.

Hace algunos días ya hablamos de las características principales de la nueva Razer Kiyo Pro, que se encuentra ya a la venta por 209,99 euros. Una cámara que brilla con luz propia por la gran fidelidad de su imagen, ya sea en streams o en conferencias. La posibilidad de emitir a 1080p y 60fps no es nueva, pero sí el hecho de poder ofrecer imagen sin compresión, lo que eleva la calidad de la misma de manera destacada. En un mismo entorno sin demasiada luz, el resultado es de lo más sorprendente. En esta ocasión, Razer no apuesta por el anillo integrado sino por un sensor de luz con tecnología STARVIS que se ajusta según las necesidades de cada momento.

Kiyo Pro arriba, con una diferencia enorme de nitidez y uso de la luz.
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Kiyo Pro arriba, con una diferencia enorme de nitidez y uso de la luz.

Las palabras son muy bonitas y destacar lo que hace una cámara es relativamente sencillo en texto, pero lo que marca la diferencia es el rendimiento que sacamos de ello cuando lo estamos probando in situ. En la imagen que que tenemos justo encima podéis ver las diferencias notables entre una cámara actual y la Kiyo Pro (haced click para verlo con mayor detalle). Con el mismo grado de luz, la absorción que hace la cámara que nos ocupa es más que notable, mientras que a nivel de definición más de lo mismo (y eso que ambas son a 1080p). Podéis identificar las consolas de detrás de la captura y muchos detalles que en la otra imagen, simplemente, se ven borrosos.

La Razer Kiyo Pro nos ha dejado sorprendidos con la calidad de imagen en todo tipo de condiciones: teniendo cierta contraluz desde un lado de la escena, cuando tenemos la imagen apagada si queremos hacer un streaming de terror o en un estado normal de luz, sin contar con focos ni otros elementos profesionales. A todo esto, se le añaden otras características que también la hacen recomendable. Por un lado, el HDR que es capaz de aplicar (a 30fps) y que le da un subidón de colores a la imagen importante. A esto tenemos que sumarle la presencia de una lente de gran angular para captar mucho más ancho de pantalla. Tenemos tres tipos angular: la normal (80 grados), una más alargada (90 grados) y la que usa el gran angular (103 grados) para conseguir una sensación extra de profundidad.

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Todo ello se puede llevar a cabo con Synapse, la aplicación de Razer que nos permite trastear no solo con las características que acabamos de comentar, sino también con el trato de la imagen a través del brillo, contraste, saturación o equilibrio de blancos. También nos da un control de la cámara a través del zoom, el foco, la exposición y posibilidad de compensar, todavía más, la poca luz presente. Es verdad que en medio de un stream echamos en falta seguramente poder accionar algunas de estas posibilidades de manera rápida, sin pasar por Synapse (por ejemplo, cambiando el gran angular desde la propia cámara fija), pero hacerlo con la app no es nada complejo.

Hay dos detalles más que vale la pena destacar de la cámara. Por un lado, que su conexión es USB 3.0, algo clave para poder entender la imagen sin compresión y de calidad sin pérdidas. Así que sin una entrada de estas, ya habituales en PC actuales, se puede perder parte de su encanto. Por el otro, la base y manejabilidad que tiene la cámara para adaptarse y colocarse de muchas maneras distintas. La cámara puede rotar sobre sí misma, elevarse o hacer picados con facilidad y tiene un brazo que permite manejarla y colocarla de muchas maneras diferentes. Por último, destacar que llega con una tapa de privacidad para quienes quieran tapar la lente cuando no la están usando y un micrófono integrado que funciona bien, aunque no es una solución para streams porque la calidad naturalmente está lejos de lo que se necesita en estas situaciones y eso solo te lo da un micrófono para tal efecto. Para más detalles de la cámara:

Kiyo a un lado y Kiyo Pro al otro.
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Kiyo a un lado y Kiyo Pro al otro.

Conclusión

Razer Kiyo Pro es seguramente la cámara que más buen rendimiento nos ha dado a nivel de imagen y de posibilidades a la hora de hacer streams. La mejora respecto a la ya de por sí notable Razer Kiyo es evidente, y destaca especialmente por la calidad de imagen, por el gran angular y por como se adapta a todo tipo de situaciones donde la luz no es la mejor. Estamos hablando de una cámara premium, pero con altas prestaciones y una respuesta sorprendente en casi todo lo que ofrece. En nuestras pruebas, streamings incluidos, hemos quedado muy satisfechos del salto cualitativo que nos ofrece de manera sencilla: plug and play.

Echamos en falta poder cambiar directamente algún aspecto sin pasar por Synapse, y el micrófono -como pasa en el 99% de cámaras- no es un sustitutivo real para streamings, aunque sí es más que suficiente para ciertas reuniones o vídeo llamadas. Más allá de esto, Kiyo Pro marca un estandarte de calidad en imagen y trato de la luz que vale mucho la pena.