"¿TE LLAMARON COMO AL PERRO?"
6 grandes juegos de Indiana Jones: Del grial a la Atlántida
La saga fílmica de aventuras por excelencia ha dado grandes juegos. Y estos son algunos de los mejores.
Aunque es la más criticada de las 4 -y con razón Mister Lucas, lo de los monos...-, en El Reino de la Calavera de Cristal hay una escena en su portentoso inicio que sigue siendo la quintaesencia del personaje: unos soldados sacan a alguien de un coche, tiran un sombrero al suelo, tiran a un hombre también, que se levanta, coge el Fedora y, reflejado en sombra, aparece la silueta más icónica que existe en el cine de aventuras, mientras John Williams sólo necesita una mínima orquestación del tema musical para ponernos la sonrisa en los labios.
El látigo, el Fedora, la Aventura
Es Indiana Jones, quien aunque entró en el género de la Aventura en los años 80 recogiendo el testigo de otros como el Stewart Granger de Las Minas del Rey Salomón, se convirtió para siempre en el paradigma de los aventureros: escenarios exóticos, equis que marcan siempre el lugar, el toque sobrenatural divino / mesiánico de las reliquias del Cristianismo, el mal puro de las divinidades de La India, o el toque Sci Fi de los alienígenas ancestrales.
Esta semana, Bethesda nos soltó un órdago brutal con un teaser de un juego nuevo de Indiana Jones, así en frío. Una editora de renombre, con un estudio de desarrollo firmante de Triple Ases como los recientes Wolfenstein, y todo bajo el nuevo sello Lucasfilm Games. La poderosa maquinaria comercial se pone en marcha ahora que Indiana Jones 5, la despedida de Harrison Ford, está a año y medio de estrenarse -Julio de 2022 y no firma Spielberg, sino James Mangold, autor de films excelentes como el remake de El Tren de las 3:10 a Yuma o Logan, el adiós del Lobezno de Hugh Jackman.
El Indiana Jones de Bethesda
En este nuevo juego, cuyo teaser ha apostado por jugar a los iconos visuales -el Fedora, el látigo-, Indy arranca su aventura en el Vaticano, por lo que puede que el McGuffin de la trama sea la Lanza de Longinus -por muchos años la base del guión de Indy 5. Sea como fuere, un juego para las nuevas consolas y con un buen presupuesto atrás nos tiene enamorados/as ya de por sí a muchos/as de por aquí. De hecho será el primer juego del personaje en muchos años desde el fallido proyecto de PS3 - 360 que tan buena pinta tenía.
Y es que desde la Atari 2600 juegos de Indy ha habido, no muchos pero sí unos cuantos. Y entre ellos un puñado con alguno que puede presumir de ser una obra maestra en su género -y que da la bendita casualidad que el firmante de esto empezó a rejugarlo un día antes del anuncio del juego de Bethesda. ¿Os venís a repasar un Top 6 con lo que consideramos mejor de los juegos de Indiana Jones?
Indiana Jones Greatest Adventures
Super Nintendo - 1994
Aunque cuando salió, la saga del aventurero llevaba ya una decena de videojuegos desde el Raiders of the Lost Ark de 1982 para la Atari 2600, todos basados en sus tres películas y en la serie de El Joven Indiana Jones, verdaderamente este título de Super Nintendo se convirtió en el segundo mejor juego hasta la fecha basado en la IP. Porque Indiana Jones’s Greatest Adventures para Super Nintendo puso el listón de calidad en cuanto a las aventuras jugarles de Indy en la estratosfera.
En plena era dorada de la 4ª Generación, y justo el mismo año de Super Return of the Jedi, la Super Nes recibió la otra gran licencia de Lucasfilm. Una apuesta de JVC exclusiva para el cerebro de la Bestia que siguió los mismos pasos de la sagrada trilogía Super Star Wars -Top 3 de los mejores juegos de la Guerra de las Galaxias sin duda-, aunque metiendo las tres películas en un solo cartucho y no a juego por film.
De hecho, en un guiño divertido, el personaje tenía un movimiento de deslizarse sobre el suelo rodando haciendo la ‘croqueta’, exactamente la misma forma de rodar que tenía el personaje de Han Solo en los Super Star Wars de JVC y Sculptured Software -los otros personajes se deslizaban directamente.
Pergeñada por los añorados magos de Factor 5, Greatest Adventures era la demostración de la calidad que se podía alcanzar adaptando bien una licencia. El juego, fiel a los cánones de la época, era un plataformas 2D con combate, disparos y muchísimos saltos. Pero también tenía elementos de puzzles -el laberinto en el nivel de Temple of Doom- e incluso fases de vehículos, como el descenso de la montaña en barca al inicio del Templo Maldito, o la parte del avión tras el dirigible en La Última Cruzada, todas resueltas con el portentoso Modo-7 de Super Nes tan bien como las fases de vehículos de la trilogía Super Star Wars. Y como no: el balanceo con el látigo, que era una gozada fanservice.
Difícil, bastante difícil en la época, a día de hoy es directamente jodido en cuanto a la cantidad de cosas que aparecen por el escenario y te quitan vida, acabando con la barra en un santiamén. De hecho hay partes frustrantes, pegar con el puñetazo exige un ‘timing’ perfecto, y se agradecía el sistema de passwords, pero era también la época en que como mucho nos regalaban 2-3 juegos al año, así que estaba hecho para durar.
Se tomaba alguna licencia que otra -la pelea con el esqueleto de Marcus Donovan-, pero su mejor baza era su increíble fidelidad para con los films. Eso y las ‘cutscenes’ que digitalizaban -a la resolución de la época- momentos clave de las películas. Un juego que a algunos/as se nos quedó grabadísimo en su momento.
Indiana Jones y la Máquina Infernal
Windows - 1999 Nintendo 64 - 2000 Game Boy Color - 2001
Después de quedar claro que tras The Last Crusade, ni Spielberg ni Lucas ni mucho menos Ford tenían intención de un Indy 4 en cines, Lucasarts se dio cuenta del potencial de seguir el universo Jones en otros medios, sobre todo tras la gran acogida de su Fate of Atlantis y otros títulos como The Lost Kingdom (1985) o Revenge of the Ancients (1987) en compatibles y sistemas de los 80. Y en el cambio de siglo, se decidió a contar otra gran aventura del personaje en La Máquina Infernal, estrenada justo en la mega-ola de popularidad de Lara Croft y su pentalogía inicial de la 5ª Gen.
Y es que el universo de Jones Jr., al igual que el de Star Wars, se expandió considerablemente más allá de las películas con comics y novelas. De hecho, tras Fate of Atlantis, George Lucas concibió una secuela a este llamada ‘The Iron Phoenix’, en la que Indy se metía en una carrera post-Segunda Guerra Mundial con los nazis para encontrar la Piedra Filosofal e impedir que estos resucitasen a sus líderes muertos. Hitler era el villano, y el proyecto acabó cancelado por varios problemas, uno de ellos la distribución en Alemania, que exigía que no aparecieran símbolos nazis. Si tenéis curiosidad por ver cómo habría sido su trama, Dark Horse publicó un comic homónimo basado en el guión del juego.
Lucas entonces ideó un título que versaría sobre Indy buscando la Lanza del Destino -volvemos a hablar de ella-, una aventura gráfica igual que Atlantis. Pero en 1996, el primer Tomb Raider supo traer la fórmula Indy a la generación PlayStation 90s, y Lucas decidió que Indy debía abrazar ese estilo. Así nació Indiana Jones y la Máquina Infernal.
Anticipando un poco lo que veríamos en la Calavera de Cristal, Indy se dejó de reliquias cristianas y optó por sumergirse en la búsqueda de una fuente mitológica de poder creada por los Babilonios, que abre portales a otra dimensión. Una misión con los soviéticos de enemigos buscando una fuente de poder mayor que la de la bomba atómica para ganar la Guerra Fría. En la misión nos acompañaba de nuevo Sophia Hapgood, y su trama dejaba ver su calidad porque todo el proyecto fue diseñado y escrito por Hal Barwood, el mismo de Fate of Atlantis.
Abrazando absolutamente el concepto de Tomb Raider, The Infernal Machine es una mezcla en 3D de plataformas, resolución de puzzles y combates. De hecho, los saltos y puzzles adquirían más protagonismo, y los había rematadamente difíciles a la par que soberbios como el de Egipto, que necesitabas un Jeep para ir de un lado a otro dada su extensión -igual que por ejemplo el de la pirámide en México del posterior Tomb Raider Underworld, que necesitabas la moto.
Con la dificultad y frustración propias de la época- la parte del raft en los rápidos exigía mucha pericia e infladores de repuesto-, The Infernal Machine ha pasado como otro de los grandes juegos de Indy, merced a su escala y atención a la trama. Exclusivo de un sólo sistema, el PC, un año después tuvo una versión mejorada en Nintendo 64 con cambios y ajustes -a la estupenda BSO de Clint Bajakian le añadieron piezas nuevas de Chris Hülsbeck-, pero por el camino se quedó el port a PlayStation, cancelado tras varios retrasos.
Grande, exigente, y puro Indy aunque sus controles eran algo frustrantes -imaginaos ahora, con ese lag en el salto-, lo mejor de Infernal Machine estriba en sus ‘huevos de pascua’, como esas figuras de Star Wars que Indy dibuja en las paredes. De hecho, en PC y tecleando el código correcto, podías convertir a Indy en Guybrush Threepwood nada menos. Y justo al final, en la locura interdimensional del Aetherium, podías encontrar el mejor huevo de pascua en la historia de Lucasarts… O casi el mejor.
LEGO Indiana Jones 1 y 2
Windows, DS, OS X, PS2, PS3, PSP, Wii, Xbox 360 - 2008 / 2009
Tras el ‘sleeper’ que fue el primer LEGO Star Wars -estrenado el mismo año que el Episodio III de Star Wars-, y el gran recibimiento que tuvo la secuela, en Lucasarts vieron el potencial que tenían entre manos. Y para el estreno de La Calavera de Cristal en 2008 lanzaron el primer LEGO Indiana Jones, una apuesta segura que seguía los mismos cánones de Lego Star Wars, pero con el skin Indy.
Repasando la trilogía inicial, LEGO Indiana Jones nos invitaba a recorrer las tres películas en diferentes fases que recreaban o potenciaban escenas de los films, añadiéndole toques de humor en las partes más oscuras de cada película -al fin y al cabo, estos son juegos para toda la familia. Todo ello unido por un ‘hub’ central en forma de las salas del Barnett College -donde Indiana enseña como profesor- para ver los tesoros que se van recuperando.
Con la misma jugabilidad de plataformeo, combates y puzzles marca de la casa, el cooperativo instantáneo permitía a un segundo jugador entrar en partida cuando quisiera, y salir también. Como sucede con los juegos LEGO, la dificultad es baja, nunca se puede morir -sólo perder piezas lego-, y el combate en estos primeros títulos LEGO era básicamente aporrear el botón. Pero a su favor cuenta con 2 cosas: el encanto absoluto que tiene, y la fidelidad extrema.
Sí, es verdad que algunas partes las reescribe, pero en cuanto a adaptar IPs, nadie como LEGO para ello. Si sus Star Wars fueron un ejemplo de cómo ser fieles al material de base, en Indiana Jones recrearon hasta las fobias de cada uno -Si Indy ve una serpiente, se para y debes rodearla o elegir a otro personaje, y lo mismo con su padre si ve una rata. Todo estaba ahí, desde el templo inicial de En busca del Arca Perdida y la icónica persecución de la piedra, hasta los elefantes y el sacrificio del Templo Maldito o la ‘X marca el lugar’ y posterior persecución en lanchas de La Última Cruzada.
Por tanto, si eres fan de la saga y logras pasar la reticencia de ser un juego LEGO -hay gente reticente a ello por considerarlos títulos “para niños”-, te encuentras con una gozada que además te suelta unos golpes de humor estupendos. Lo único es que este juego no estuvo tan bien como el anterior de Star Wars, la magia falló un pelín y sin duda se habría visto mejorado si hubiesen incluido diálogos, como ya pasó en los posteriores.
Después del mega-éxito que tuvo -en 4 años vendió 11 millones de copias-, lanzaron un LEGO Indiana Jones 2, que volvió a incidir en la trilogía original adaptando sus escenas a nuevos niveles y momentos que no habíamos jugado, y añadiendo además fases inspiradas en La Calavera de Cristal, que ocupaba la mitad del modo Campaña. Este no fue tan bien recibido -se les fue la mano en las licencias poéticas de la trilogía original-, y criticado por el ‘hate’ a Kingdom of the Crystal Skull, pero el poder jugarte momentos como el Area 51, la tumba de Orellana o la parte de Akator fue de lo mejor.
Indiana Jones y la Tumba del Emperador
PS2, Xbox, Windows, OS X - 2003
Tras los resultados de La Máquina Infernal, Lucasarts siguió apostando por aventuras originales de Indy, y en 2003, el mismo año en que el ‘infame’ Tomb Raider Angel of Darkness salió en PS2 y PC, tuvimos La Tumba del Emperador, otro de esos títulos que aunque no eran perfectos sí que daban de pleno lo que más ansiaba su ‘target’ principal: sentirte como Indiana Jones en todo momento mientras buscas la tumba del primer emperador de China, Qin Shi Huang.
Plataformas -pero sin pasarse-, peleas a puñetazo limpio con los sonidos icónicos de Ben Burtt, el uso del látigo, la pistola, set-pieces memorables, la portada del juego hecha por Drew Struzan y una BSO orquestal de nuevo de Clint Bajakian le daban todos esos toques que los fans buscan.
Desarrollado por The Collective, que haría el juego oficial de Star Wars Episode III -y también uno basado en El Código Da Vinci, la potencia de la 6ª Generación y los sistemas permitió que ese control ‘acartonado’ y con cierto lag de La Máquina Infernal se puliera para dar uno más natural, con Indy moviéndose mejor. ¿El problema? La puñetera cámara, siempre la asignatura pendiente en estos títulos, y que las versiones de PS2 y Xbox venían con ciertos bugs y problemas gráficos que en PC no tenían.
¿Por qué lo metemos en el listado? Aparte de porque si no el maestro Relaño me cruje -y con razón-, porque como decimos, la sensación de ser Indiana Jones era plena: Desde un castillo de Praga lleno de agentes de la Gestapo a una ópera en Hong Kong, una base de submarinos o la Gran Muralla China, en una historia con sabor y misticismo genuinamente orientales -y algo de Déjà Vu a Tomb Raider 2. A día de hoy, el título tiene mejor ‘feedback’ del público, que puede redescubrirlo en Steam o GOG. Y sobre todo, su final: guiño directo a una de las entregas fílmicas que no desvelaremos, pero que te ponía la sonrisa en el acto en un juego canónico de la saga.
Indiana Jones & The Last Crusade: The Graphic Adventure
DOS, Amiga, Atari ST, Macintosh, FM Towns, Amiga CDTV - 1989 / 1990 / 1992
De los mayores estrenos de 1989, La Última Cruzada es para muchos su film favorito de Indiana. Un no parar como el Templo Maldito al que se le añade todo el misticismo sacro de El Arca Perdida -aunque no su seriedad-, la inclusión de ese prólogo en el que descubrimos el origen del personaje -hola, Uncharted 3- y sobre todo, el padre de Indy -INMENSO Sean Connery-, la convierten en una joya.
Y como tal, tuvo su versión jugable en una época ciertamente intensa para ser ‘gamer’: La 3ª Gen en su apogeo, la 4ª Gen comenzando y los compatibles de la época enseñando músculo. Así, Indiana Jones y la Última Cruzada tuvo una versión 2D plataformera para todas las consolas y sistemas de la época, y una segunda en forma de aventura gráfica que es la que a la postre ha sido más recordada.
Tras coquetear con el género con una aventura conversacional unos años antes, Lucasarts se decidió a crear una aventura Point & Click bajo su popular motor SCUMM -era el tercer título que lo usaba y el primero adaptando una licencia. Siguiendo la historia de forma muy fiel y con Ron Gilbert, Noah Falstein y David Fox a la cabeza como diseñadores, The Last Crusade se adaptó a un entorno de comandos y acciones que nos llevaba de Venecia a las catacumbas, al castillo Brunwald, a Berlin a recuperar el diario -y sí, supongo que todos/as hicimos eso de pegarle un puñetazo a Hitler…- y hasta al Zeppelin.
De hecho, aunque era una aventura gráfica, tenía sus momentos de cambio de perspectiva a isométrico, y de acción en cuanto a peleas a puñetazos -de ahí el divertido tutorial de Indy en calzones de boxeo al inicio- y hasta controlar un avión. Eso sí, elementos como la Hermandad de la Espada Cruciforme, Sallah o la persecución en lancha de Venecia se quedaban fuera. Lo mejor es que los momentos que se salían del guión del film eran añadidos que los propios Lucas y Spielberg idearon durante la producción de la película, y por tanto canónicos y que convierten al juego en una especie de ‘montaje extendido’ de la peli.
Estrenada en el mismo año del film, The Last Crusade se convirtió en un best-seller, en el juego Lucasarts -ahora Lucasfilm Games ya en manos de Disney- más vendido y en un título que acaparó sobresalientes en la crítica especializada de la época. Hoy día es habitual verlo en listados de los mejores juegos de PC, y es que precisamente su acabado gráfico le dan actualmente ese toque característico ‘Pixel art’ tan de moda. Pero si os apetece jugarlo, sabed que no es un paseo por el campo, sino un maravilloso reto a vuestras habilidades con los puzzles a la par que una recreación fabulosa del film. Una obra de arte que sólo otra ‘pièce de résistance’ podía superar.
Indiana Jones & the Fate of Atlantis
DOS, Amiga, Macintosh, FM Towns, Wii 1992 - 2009
Lo mejor para el final: Estamos en 1992, la saga de películas ha terminado, y hay una serie llamada Las Aventuras del Joven Indiana Jones. En Lucasarts quieren seguir con los juegos Point & Click, sobre todo después de ver el mega-éxito de Last Crusade. Así que una nueva aventura gráfica bajo el script de SCUMM es planificada.
El problema es que muchos del ’staff’ de La Última Cruzada están liados con The Secret of Monkey Island y The Dig -menuda época para ser ‘gamer’…-, así que el diseñador Hal Barwood -que luego haría La Máquina Infernal- es puesto al frente. Sólo ha hecho dos juegos, pero ha trabajado con Lucas en films como THX 1138 y con Spielberg en Sugarland Express y Encuentros en la Tercera Fase. Barwood y Noah Falstein rechazan un guión de Chris Columbus -Solo en Casa, Harry Potter- para una peli de Indiana y en su lugar crean una nueva historia, eligiendo como escenario la Atlántida. El resto es historia, historia pura del videojuego.
Ambientada en la década de los 30, la misma de la trilogía fílmica inicial, Indiana Jones se embarca en una aventura junto a una antigua colega de arqueología, Sophia Hapgood -sí, la misma de La Máquina Infernal-, que se ha convertido en una psíquica experta en la mitología Atlante. Ambos colaborarán para detener a los nazis antes que estos consigan llegar antes a la Atlántida y hacerse con una fuente antigua de poder que podría ayudarles en la siguiente guerra mundial -y sí, también suena al McGuffin de poderes antiguos de La Máquina Infernal, estrenada 7 años después.
Puliendo lo que consiguieron con Last Crusade, Barwood, Falstein y su equipo se documentaron a fondo para darle seriedad a la trama, al tiempo que no olvidar el toque de acción y aventura de la IP. El objetivo era hacer otra aventura gráfica que conservase esos momentos de acción de la anterior, pero en Lucasarts decidieron expandir los límites del género y entregar a los usuarios no una, sino básicamente tres aventuras en un mismo juego. ¿Cómo lo hicieron posible? Dándole al usuario la opción en un momento dado de la trama de elegir entre tres caminos, aportando tres modos de juego distintos:
La magia es que cada camino tiene sus cinemáticas, puzzles y escenarios propios, por lo que el propio juego te anima a su rejugabilidad, aunque en un momento dado los tres senderos convergen en el mismo punto.
Tras dos años de desarrollo, en 1992 se estrena Indiana Jones and the Fate of Atlantis, y el resultado es una obra maestra absoluta, un portento y el exponente máximo de lo que Lucasarts podía conseguir en el género. El juego, que arrasa en notas, hace lo mismo en ventas y se convierte en un clásico instantáneo del estudio y del género, simbolizando todo lo grandioso del género Point & Click.
Un año después, en 1993, LucasArts estrena una versión en CD del juego que aparta los textos en los diálogos y los sustituye por un doblaje de voz -en inglés- que aumenta aún más la calidad de la aventura, pasando de ser Muda a Sonora -y que viene incluida en el Port de Wii de Indiana Jones and the Staff of Kings, juego de 2009. Y a día de hoy, aún más que the Last Crusade, Fate of Atlantis es un fijo en listados de los mejores juegos no solo de PC, sino de los mejores en la historia del videojuego. Un ‘entente cordiale’ absoluto entre jugabilidad, narrativa, gráficos -hoy día puro pixel art-, dificultad, etc.
Para terminar, y a modo de nota personal, desde que salió, Fate of Atlantis ha sido considerada la 4ª película nunca hecha de Indiana Jones, porque podrías coger ese guión y rodarlo con Harrison Ford tal cual sin hacer un solo cambio y resultaría en un film a la altura -o más-del resto. Para que os hagáis una idea del canon y la importancia que Lucasfilm le ha dado siempre a su juego, a finales de 2013 salió una edición coleccionista de la Tetralogía Indiana Jones en bluray de puro lujo, que incluía como extra más destacado una recreación del diario del Grial de La Última Cruzada. En él no venían sólo las páginas que salían en el film, sino otras sobre el Templo, el Arca y la Calavera… Y también sobre Fate of Atlantis.
Sólo eran 2 páginas, pero en un diario oficial de Lucasfilm que repasaba los documentos, dibujos, mapas, pistas y bocetos de las tramas cinematográficas de Indy, se colaban cosas como el medallón de Sophia o los tres discos de piedra. Y si eso no es considerar que Fate of Atlantis es oficialmente la película nunca hecha de Indiana Jones, que venga Nur-Ab-Sal y nos pegue un grito a todos.
Y por qué no decirlo: el mejor juego de Indiana Jones. ¿Cuál es tu favorito?
Indiana Jones and The Infernal Machine
- Aventura
- Acción