Ghostrunner
- PlataformaPS5PS48.2NSW8.2XBSPC8.2XBO8.2
- GéneroAcción, Aventura
- DesarrolladorOne More Level
- Lanzamiento27/10/2020 (PS4, PC, XBO)10/11/2020 (NSW)28/09/2021 (PS5, XBS)
- TextoEspañol
- VocesInglés
- Editor505 Games
Ghostrunner, análisis
Acción frenética en un universo cyberpunk a golpe de katana; así podemos definir lo nuevo de One More Level y 505 Games para PC y consolas.
Regresamos una vez más al futuro distópico más cyberpunk y que tan de moda está últimamente en la industria del videojuego, aunque esta vez de un modo verdaderamente frenético y sanguinario. Y es que Ghostrunner, lo nuevo de los polacos One More Level junto a los especialistas en FPS 3D Realms y Slipgate Ironworks bajo la batuta de All in! Games y 505 Games, nos sumerge en un futuro tecnológico y decadente en la piel (o más bien metal) de un cyborg ninja con grandes habilidades para el parkour y el asesinato más despiadado katana en mano. Todo ello mientras nos movemos a velocidades vertiginosas a través de las diferentes plantas de la llamada torre Dharma, el último refugio de la humanidad tras un devastador cataclismo. Descubramos más sobre Ghostrunner, un videojuego violento, despiadado y desafiante que apuesta por la acción y las plataformas más frenéticas y que ya está disponible en PC, PS4 y Xbox One. La versión para Nintendo Switch se ha retrasado a noviembre de este año, mientras que en 2021 aparecerá en PS5 y Xbox Series mediante actualización gratuita para aquellos que lo adquieran en la actual generación.
La última oportunidad de salvar a la humanidad
Pero antes detengámonos en el contexto argumental que propone este nuevo exponente del cyberpunk en su vertiente más salvaje y desenfrenada. En este sentido, Ghostrunner nos lleva a un futuro en el que la supervivencia de la humanidad pende de un hilo tras un cataclismo universal, malviviendo en el último reducto humano, la colosal torre Dharma, lugar en el que la violencia domina las calles y en el que solo sobreviven los más fuertes o los más desalmados. Todo ello bajo la implacable tiranía de Mara, la ama del complejo que gobierna con mano de hierro sobre la cada vez más diezmada población. ¿Nuestro objetivo? Alcanzar la cima de la torre para poner fin a todo este sufrimiento irracional y encontrar las respuestas que atormentan a nuestro ágil y misterioso protagonista.
Y es que tras despertar sin recordar nada, nuestro Ghostrunner emprende una huida hacia lo desconocido mientras recibe ciertas comunicaciones por parte de entes misteriosos, unas voces que nos van introduciendo tanto en la historia como en las diferentes habilidades que tendremos que aprender y desarrollar a medida que avanzamos en tan peligrosa escalada. Aquí es cuando debemos detenernos en el verdadero eje central del título: su endiablada jugabilidad. Ghostrunner, en esencia, es un juego de plataformas y acción en primera persona con especial predilección por el parkour y el combate cuerpo a cuerpo y en el que la movilidad lo es todo para sobrevivir y no caer en “Fallo crítico” o muerte cada dos pasos; algo que, no obstante, será muy habitual a lo largo de la aventura.
El título bebe de diferentes experiencias que rápidamente podemos identificar; tanto es así, que coge de aquí y allá para proponer un estilo de juego con mucha personalidad y bastante único, todo sea dicho. Elementos como la movilidad de Mirror's Edge, la imaginativa de Dishonored, la inmediatez de Hotline Miami o el desafío de Superhot son solo algunos de los conceptos que Ghostrunner maneja con bastante éxito, posicionándose como una propuesta con la suficiente entidad propia. Una vez a los mandos, y tras cierto periodo de adaptación y la búsqueda de la combinación de control adecuada, empezaremos a movernos con relativa soltura, saltando, deslizándonos, corriendo por las paredes, usando una suerte de gancho cibernético y, cómo no, blandiendo la katana despedazando a nuestros rivales antes de que nos aniquilen.
Y es que la velocidad es la clave para sobrevivir, ya que moriremos de un solo impacto, disparo o golpe de los enemigos; tanto es así, que quedarnos quietos es sinónimo de “volver al checkpoint más cercano”. Eso sí, el constante número de puntos de reinicio favorece la manida mecánica del ensayo-error, provocando que cada enfrentamiento se convierta, en sí mismo, en un rompecabezas que hay que aprender a solucionar sobre la marcha y sin bajar el ritmo, sin apenas respiro.
Y es en este aspecto, precisamente, cuando más brilla Ghostrunner. El control es muy intuitivo y nos permite completar todo tipo de diabluras, tales como saltar entre muros o plataformas verticales, deslizarnos por debajo de tuberías o dar pequeños impulsos en el aire al estilo tiempo bala, ya sea para alcanzar plataformas más lejanas o esquivar proyectiles o disparos para ganar la posición de un enemigo y darle la estocada mortal, acción que normalmente termina con el rival en dos mitades o más; y sin escatimar en sangre y salpicaduras, por cierto.
Su desarrollo es completamente lineal y alterna secciones de plataformas puras, donde la habilidad a los mandos será esencial, con otros tramos en los que eliminar cierto número de enemigos para pasar al siguiente bloque; aquí es cuando el juego se vuelve ciertamente reiterativo y predecible, aunque el propio reto de superar cada enfrentamiento de la forma más creativa hace el resto. No obstante, las posibles soluciones a cada encuentro suelen reducirse bastante, apostando normalmente por una única solución.
Prácticamente, todos los enfrentamientos se solucionan a base de morir y volver a probar, una mecánica que ciertamente se vuelve adictiva pero que en ocasiones puede llegar a desesperar; mención especial para los duros jefes finales de la segunda mitad del juego. También nos enfrentaremos a fases “virtuales” con plataformas puras y puzles de lógica, añadiendo algo de variedad a su desarrollo. Y es que Ghostrunner es un juego exigente, tanto por dificultad como por concepto, poco recomendable para jugadores que se rinden a la primera de cambio. Tampoco ayuda un sistema de guardado que puede dar al traste con una buena parte del avance conseguido si no prestamos suficiente atención; y es que en ocasiones no queda muy claro qué es un checkpoint y qué es un punto de guardado.
No obstante, tenemos varias ayudas a nuestro alcance, desde armas o power-ups que se usan solo en determinadas zonas a habilidades propias por desbloquear, como el golpe de telequinesis o el tiempo bala para aniquilar a varios enemigos de un tajo, entre otras. Además de un curioso sistema de personalización en el que desbloquear y encajar piezas de habilidades especiales al más puro estilo Tetris y que podremos configurar según la situación en la que nos encontremos, para obtener unas ventajas u otras, como desviar más disparos con la katana, disponer de un impulso extra o localizar a los enemigos más fácilmente, entre muchas otras.
A todo ello debemos sumar un buen puñado de coleccionables y katanas de los más variados diseños repartidos por los 17 niveles de los que se compone la historia, una campaña que podemos completar en unas diez horas de media, pero que pueden ser muchas más dependiendo de nuestra habilidad o si queremos completar todo al cien por cien. Por último, al final de cada nivel se muestran varias estadísticas como el tiempo empleado, elemento clave para los speedrunners.
Ya en lo audiovisual, Ghostrunner se muestra realmente sólido, con un diseño artístico muy llamativo y logrado y una puesta en escena más que convincente, especialmente a nivel de toda clase de efectos gráficos, tales como la iluminación, las partículas o las animaciones. A nivel de rendimiento se mantiene estable sin contratiempos destacables, algo esencial en un título tan rápido y frenético como el que nos ocupa, con 60 fps constantes.
Eso sí, ciertas melodías sí pueden hacerse un tanto repetitivas, todas ellas, de marcada personalidad electrónica a cargo del compositor David Deluxe; los efectos son contundentes y casan muy bien con la ambientación, mientras que las voces llegan en perfecto inglés con subtítulos en castellano. Lamentablemente, si el jugador no tiene un buen nivel del idioma, puede perderse buena parte de los diálogos, ya que tal es el frenetismo que no podrá prestar atención a subtítulos mientras trata de no perecer una y otra vez.
Conclusión
Ghostrunner irrumpe con fuerza como uno de los sleepers del año, de eso no hay duda; un título que ha pasado bastante inadvertido durante su desarrollo y que se ha ganado el derecho de posicionarse como uno de los juegos de acción más convincentes de los últimos meses. Motivos no le falta: frenetismo, exigencia, ambientación, jugabilidad... Lo nuevo de One More Level cumple con nota en la mayoría de sus apartados, un título que si bien no encajará con toda clase de jugadores, aquellos que gusten de los desafíos extremos y las mecánicas ensayo-error encontrarán en su fórmula un título verdaderamente satisfactorio. Un poco como son los Soulslike, que hasta el momento que el jugador no hace ese “clic”, puede convertirse en una pesadilla; pero cuando se adapta a su desarrollo y explota todo su potencial, resulta tan apasionante como adictivo.
Lo mejor
- Ambientación cyberpunk muy lograda
- Jugabilidad exigente aunque muy bien calibrada
- Variedad de situaciones y desafíos
- Técnicamente sólido con gráficos llamativos
Lo peor
- Reparto discutible de puntos de guardado
- Desarrollo demasiado predecible
- Dificultad para seguir el argumento
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.