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Superhot: Mind Control Delete

Superhot: Mind Control Delete

SUPER! HOT! SUPER! HOT!

Análisis Superhot: Mind Control Delete - MÁS disparos, MÁS poder

Análisis de Superhot: Mind Control Delete, el tercer juego de la saga Superhot. MÁS disparos, MÁS poder, MÁS tajos. Vuelves a por MÁS. MÁS y MÁS.

SUPERHOT: MIND CONTROL DELETE
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SUPERHOT: MIND CONTROL DELETE

Superhot: Mind Control Delete es el tercer juego de la saga, tras Superhot (haced clic aquí para leer el análisis de Switch de nuestro compañero Nacho Requena), y Superhot VR. Tened en cuenta que no es una secuela al uso —la ausencia de un "2" debería hacer esto evidente—, sino una expansión o pack de niveles que, además, es gratuito si tenemos el original. Tras ser lanzado en estado de early access en Steam a finales de 2017, la versión completa de este título ha visto la luz en julio de 2020. Os dejamos nuestro análisis en profundidad a continuación:

SUPERHOT: MIND CONTROL DELETE, análisis

Superhot: Mind Control Delete es una expansión que no requiere tener Superhot para funcionar
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Superhot: Mind Control Delete es una expansión que no requiere tener Superhot para funcionar

Como hemos comentado en el párrafo introductorio de esta reseña, lo primero que se debe tener claro con Mind Control Delete es qué tipo de producto es. Estamos ante una expansión que no requiere tener el original, aunque si tenemos Superhot, podremos tener este nuevo título de forma completamente gratuita. Eso sí: no tiene soporte para VR.

La introducción del juego es tan sutil como una pedrada en el colodrillo. Sin mediar palabra, nos mete de lleno en la acción. Mind Control Delete asume que hemos jugado al original, de modo que inicialmente es poco amable para con los jugadores novatos, si bien es cierto que, una vez superado este pequeño tropezón inicial, el juego incluye tutoriales muy completos para todas y cada una de las nuevas mecánicas jugables.

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En Superhot: Mind Control Delete el tiempo solo avanza si nos movemos
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En Superhot: Mind Control Delete el tiempo solo avanza si nos movemos

Las bases de Superhot se mantienen en Mind Control Delete. Esto es, estamos ante un videojuego de puzles con presentación de título de disparos en primera persona. El tiempo avanza solo cuando nosotros nos movemos. Con estas bases jugables tan originales, que nos permiten esquivar balas y anticiparnos al movimiento de los rivales, debemos liquidar a todos los enemigos que nos salen al paso en los asépticos niveles de este título.

La gracia de Superhot: Mind Control Delete está en que no es tan lineal como su predecesor. En su lugar, avanzamos por la trama —aunque minimalista, la hay, como en el anterior— hurgando entre los archivos de un terminal con una interfaz de MS-DOS, consiguiendo nuevas habilidades —llamadas núcleos y hackeos—, y entrando en mazmorras. Mazmorras, como lo habéis leído. Mind Control Delete apuesta por el roguelike, y a nivel jugable se sustenta en completar varios niveles, elegidos al azar de entre los treinta y dos distintos que hay, de una tacada, y obteniendo habilidades aleatorias durante el proceso.

En las "mazmorras", podemos escoger habilidades al azar de entre todas las que hayamos desbloqueado
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En las "mazmorras", podemos escoger habilidades al azar de entre todas las que hayamos desbloqueado

Al principio pudiera parecer que esta unión de géneros tan impía no funcionaría, pero nada más lejos de la realidad. Superhot: Mind Control Delete es tremendamente divertido y adictivo. Las nuevas mecánicas jugables, en forma de habilidades tipo comenzar todos los niveles con un arma al azar, o que las balas reboten en las paredes y se dirijan automáticamente hacia los enemigos hace que cada partida sea distinta, especialmente si averiguamos cómo interactúan unas con otras, con lo que nos convertiremos en máquinas asesinas imparables.

También trae consigo varias sorpresas que lo hacen más arriesgado y brutal que el original, como enemigos solo vulnerables en ciertas partes de su cuerpo —al más puro estilo killer7— o la inclusión de varios enemigos indestructibles —el Ninja, el Perro y el Adicto— que aparecen cuando acampamos demasiado tiempo en un área.

El Perro es uno de los temibles nuevos enemigos
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El Perro es uno de los temibles nuevos enemigos

Además del sistema de mazmorras, mediante el cual avanzamos en la trama como tal de cara a completar el juego —por llamarlo de algún modo; la narrativa tiene mucha miga—, también vuelven modos clásicos del original como Interminable, en el que debemos superar oleadas ilimitadas de enemigos, y se añaden otros como Infinito, o Nodo 100, en los que debemos completar niveles de forma indefinida, o un total de 100 escenarios, respectivamente.

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El minimalismo visual es seña de identidad de los títulos de esta saga
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El minimalismo visual es seña de identidad de los títulos de esta saga

A nivel artístico, técnico y de presentación, Superhot: Mind Control Delete es idéntico a su predecesor. Y sigue funcionando tan bien como entonces. Nos movemos por entornos asépticos en lo que todo es blanco excepto varios elementos clave: los enemigos —y/o sus puntos débiles— son de color rojo, y en negro tenemos los objetos que podemos usar como armas. Y ya está. El juego es virtualmente idéntico en todas las versiones, aunque debemos aclarar, por aquello de la transparencia, que todas las capturas de pantalla que acompañan a este texto las hemos tomado nosotros mismos y pertenecen a la versión de Xbox One X del juego.

Por otro lado, como hemos comentado más arriba, las secciones del ordenador emulan el sistema operativo MS-DOS, lo cual hace que nos sumerjamos más en su narrativa ciberpunk. La música, por su parte, es bastante discreta: solo suena en los menús, en niveles con carga argumental, y en uno de los escenarios de combate. Por lo demás, solo oiremos la orgía de destrucción que provoquemos entre los tíos de rojo infinitos que nos salen al paso. Entendemos que esto que comentamos del apartado sonoro es deliberado y por estética, de modo que no lo consideramos algo negativo.

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Mind Control Delete tiene multitud de secretos que solo encontraremos si buscamos realmente bien
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Mind Control Delete tiene multitud de secretos que solo encontraremos si buscamos realmente bien

Aunque la base de Superhot: Mind Control Delete es sólida, no cuenta con la frescura del original. Otro gran "pero" que le encontramos es el hecho de que, de cara a los últimos compases del juego, se torna demasiado reiterativo. Los treinta y dos escenarios de combate distintos de los que hace gala se vuelven extremadamente repetitivos, especialmente cuando las mazmorras nos piden superar quince de ellos del tirón.

El Superhot Team no mentía en la nota de prensa inicial que nos hizo llegar con respecto a que Mind Control Delete es "cuatro veces más grande que el original"; de hecho, a nosotros nos ha durado prácticamente eso, unas ocho horas para llegar al final —Superhot puede ser completado fácilmente en un par de horas. No obstante, no podemos evitar sentirnos algo defraudados por las formas, ya que nos da la sensación de que Mind Control Delete se ha alargado de forma artificial. Y esto sin contar con su "final verdadero"; depende de a quien se le pregunte, puede ser un ejercicio brillante de metanarrativa, o una forma desagradable de reírse de los jugadores. O ambas.

Nota: este análisis se ha realizado gracias a un código del juego proporcionado por la compañía.

Conclusión

Superhot: Mind Control Delete es otro capítulo más de la saga Superhot, que no requiere del original para poder ser jugado, aunque si lo tenemos nos saldrá gratis. Es perfecto para los fans de la saga, y está pensado para jugar partidas esporádicas y desestresarnos; no obstante, su estatus de paquete de niveles hace que se vuelva reiterativo pronto si pretendemos completarlo cuanto antes.

Lo mejor

  • Jugabilidad sencilla y directa
  • Las nuevas mecánicas jugables
  • Completamente gratuito para los poseedores del original
  • Muchos secretos; el juego premia la exploración

Lo peor

  • Sin soporte VR
  • Se recicla demasiado contenido; se vuelve repetitivo, especialmente cerca del final
7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.