Comidas virtuales: cómo la tecnología puede engañar a tu lengua
El aparato recrea multitud de sabores sin que en ningún momento tengas que comer nada, sólo tocando la lengua.
El cuerpo humano y el cerebro que lo mueven son una máquina sorprendente, el bio-ordenador más complejo y perfecto que existe. Las sensaciones que percibimos al tocar algo, oler algo, comer algo, son impulsos eléctricos nerviosos que recorren el cuerpo hacia el cerebro y viceversa. Y como tal, se pueden ‘hackear’, engañar al cerebro.
¿No? ¿Parece esto una novela de esas futurista de robots muy humanos que cazan a otros robots e imposible hoy día? Pues no es imposible hoy día, porque no fue imposible conseguirlo hace ya 3 años…
Piratear el cerebro humano
A finales de 2017 unos investigadores de la Universidad de Singapur diseñaron lo que a simple vista parece un vaso tradicional de cocktail sobre una peana impresa en 3D que parece sacado de una escena de bar futurista. Llamado Vocktail por sus creadores, este vaso era capaz de conseguir milagros tales como llenarlo de agua y que al beber nos sepa a vino, a un gin-tonic, a cerveza o a un refresco.
¿Cómo? Mediante una combinación de moléculas de olor para el olfato, impulsos eléctricos que estimulan el sentido del gusto para la boca, y luces LED de color para la vista. De esta manera, ‘manipulando’ el gusto, el olfato y la vista a la vez y en tiempo real, se logró el milagro bíblico de que el agua supiera a vino.
Saltamos al año actual y a la Universidad de Meiji, en Japón, que prueban un dispositivo aún más ambicioso: un aparato capaz de recrear cualquier tipo de sabor de forma existencial sin recurrir siquiera al agua. ¿De qué manera? Pues cogiéndolo con la mano y pegándotelo a la lengua como si fueras a chupar un cable con grosor de tendido eléctrico… No, en serio.
Hackear la lengua: los 5 sabores
Desde hace mucho se acepta que la lengua posee diferentes regiones para los 4 sabores que hay clasificados en Occidente: Dulce, Salado, Amargo, Ácido -aunque en teoría las papilas gustativas de toda la superficie de la lengua son sensibles y reconocen los cuatro sabores, si bien ciertos nervios tienden a responder mejor a uno u otro de estos estímulos. En Oriente, en la India se describen 6 sabores, con el Picante y el Acre o Astringente junto a los cuatro anteriores,
Pero también hay otro sabor, el Umami, descubierto por el científico japonés Kikunae Ikeda en 1908 nada menos, que se traduce como el sabor agradable o sabroso. Por tanto, partiendo de estos 5 sabores -dulce, salado, amargo, ácido, umami-, otro científico nipón, Homei Miyashita, ha creado el Norimaki Synthesiser, un aparato surgido de la idea de que si es posible engañar a la vista humana y crear elementos visuales a todo color creados partiendo sólo de la combinación de los básicos rojo, verde y azul, también se puede engañar al gusto.
Norimaki Synthesiser.
Muy adecuadamente bautizado Norimaki (por el tipo de sushi / plato que viene hecho con rollos de alga nori), este ‘sintetizador’ de sabores consiste en un tubo grande con 5 tubos más pequeños en su interior que terminan en un extremo, dentro de un panel con cinco pequeños círculos, cada uno con un tipo de gel distinto compuesto para activar uno de los 5 sabores:
- Glicina para crear el sabor Dulce
- Ácido cítrico para crear el sabor Ácido
- Cloruro de sodio para crear el sabor Salado
- Cloruro de magnesio para crear el sabor Amargo
- Glutamato de sodio para crear el sabor Umami
Al presionar el aparato contra tu lengua te hace sentir esos 5 sabores a la vez. Pero la gracia del Uramaki Synthesiser es que puede personalizar la cantidad e intensidad de cada elemento que sientes en la lengua, por lo que combinando estos 2 parámetros con los 5 sabores, el aparato puede engañar a tu lengua y hacerte creer que estás comiendo cualquier sabor, sin que físicamente estés comiendo ni bebiendo nada.
Siguiendo el mismo principio de los píxeles RGB en una pantalla, este aparato ‘engaña’ tu sentido del gusto. El truco es que cada tubo de sabor termina en una lámina de cobre que crea un circuito eléctrico al ser apoyada contra la lengua y facilitando así la técnica conocida como Electroforesis, que mueve las moléculas dentro de estos geles cuando una corriente eléctrica está siendo aplicada. Aplicada al Norimaki Synthesiser consigue que cada ingrediente de los 5 tubos llegue en más o menos cantidad a la lengua del usuario.
Chocolate virtual sin calorías
En las pruebas del aparato, los sujetos han podido sentir el sabor de un caramelo o de una pieza de sushi sin comer nada. Y cuando se piensa en sus posibilidades, hablamos de un aparato que te permite darte el gusto de sentir por ejemplo el sabor del chocolate blanco, de un batido de fresas o de un paquete de doritos extra salados, sin comerlos y por tanto sin ingerir una sola caloría.
De momento, el Norimaki Synthesiser está en pruebas, aunque su diseño permite miniaturizarlo en un dispositivo compacto que llevar encima y usar en el momento, como una barra de labios o de caramelo. ¿Qué pensáis? ¿Llegaremos a saciar las ganas de dulce en un futuro lamiendo una barrita de estas para sentir que estamos comiendo chocolate?