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PES 2020

PES 2020

  • PlataformaPCPS48.5XBO8.5
  • GéneroDeportes
  • DesarrolladorKonami
  • Lanzamiento10/09/2019
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol
  • EditorKonami

Viva el fútbol

eFootball PES 2020, análisis final para PS4, PC y Xbox One

Imparable con el balón en movimiento.

Actualizado a

El fútbol levanta pasiones, y lo hace también en el mundo de los videojuegos. PES y FIFA llevan años de lucha encarnizada, desde que uno se llamaba International Superstar Soccer y el otro nos mostraba el campo desde un punto de vista isométrico. Las cosas han cambiado durante estos años, y ha habido tiempo para el reinado de uno y otro según el momento y las generaciones. En el caso de PES, este 2019 llega con cambio de nombre, eFootball PES 2020, y con varias novedades jugables sobre la excelente base que ya disfrutamos hace doce meses. En esta primera parte del análisis nos centraremos en jugabilidad, Liga Master y licencias.

Rueda el esférico

La gran apuesta de PES vuelve a ser el balón en movimiento. Hace ya tiempo que decimos que la saga de Konami brilla en todo lo que sucede entre el minuto 1 hasta que el árbitro pita el final, y este año no es menor. La base sigue siendo la misma del año pasado, y eso es evidente y lógico: ya consolidó una manera de entender el fútbol. Por lo tanto, los controles, el sistema de defensa con presión propia y de la CPU o las distintas mecánicas marca de la casa que van desde las paredes hasta los pases en profundidad, sistema de disparo y pases manuales, etc. Se mantienen inalterables. Pero entonces, ¿qué es lo que ha cambiado en esta entrega? La conducción de balón y los movimientos sin él.

Cuando uno echa los primeros partidos con PES 2020, siente una familiaridad inevitable. El ritmo de partido sigue siendo el adecuado, lo suficientemente pausado para no estar en un correcalles y con el ritmo justo para que todo fluya de manera natural. Y a medida que uno va probando nuevas mecánicas y anotando nuevos matices, se da cuenta del avance jugable que supone esta entrega.

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Por un lado tenemos el nuevo sistema de conducción y regate con el balón pegado al pie. Con el stick derecho podremos hacer pequeñas fintas hacia un lado para, con el stick izquierdo, salir hacia otro costado. El clásico 1-2 de Iniesta, la croqueta de Laudrup y esos regates en una baldosa que hemos visto a jugadores como Benzemá hacen acto de presencia en esta entrega. Es un sistema sutil, que permite salir de la presión rival en ciertos momentos, pero que también te puede condenar si intentas abusar de ello en cualquier situación. El sistema acompaña una conducción del balón más pulida que nunca, tanto a ritmo normal como en velocidad.

Una mecánica que se ve potenciada por otra de las novedades, los movimientos sin balón. Hacer fintas hacia un lado para salir hacia otro, controles orientados de primera que te dejan en ventaja ante el rival que te estaba presionando y regates sin tocar el esférico son otras de las características que no solo se han implementado, sino que además funcionan. Se puede decir que hablamos del matiz, de detalles dentro de un bloque jugable inalterado 12 meses después. Y eso es cierto, pero también lo es que el fútbol es un juego vivo en el que cada jugador toma una decisión cuandon recibe el balón: y es ahí donde un dominio de este sistema marca la diferencia. Salir hacia un u otro lado es una delgada línea que marca el éxito o fracaso de la jugada. Y ahora tenemos más herramientas en nuestro poder.

De hecho, es en el movimento del equipo sin balón donde se nos da a conocer otra de las novedades: la inspiración. Se trata de unos atributos que los jugadores pueden tener destacados y que les permiten ser generadores de nuevas situaciones. Un buen centrocampista con pase largo o corto destacado hará que los atacantes busquen el desmarque cuando tenga el balón. Un regateador habilidoso verá como sus compañeros hacen rupturas de desmarque para dejarle vía libre. Volvemos a caer en el terreno de los detalles, pero que tienen incidencia real en como el equipo reacciona a nuestro alrededor.

Y al final, lo que nos encontramos es un juego con más fluidez y opciones a la hora de controlar el esférico, donde cada toque de stick analógico -izquierdo y derecho- ya no significa solo un cambio de ritmo o un regate -mejorados algunos y más sencillos- sino también significa la capacidad de deslizarte por el campo con mayor control en nuestra toma de decisiones. Son elementos que se suman a lo que hace especial a PES: un elenco de animaciones en controles, pases de primeras y refriegas con defensas digno de mención, un sistema en el que la posición del jugador determina de manera definitiva el éxito de un pase o un disparo. Si es anti natural, no tendrá recorrido. Y esto es así siempre.

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El balón es, simplemente, perfecto. Su respuesta a cada una de las situaciones es realista y convincente. Tanto en conducción como en pases rasos, y sobre todo en desplazamientos de larga distancia. Es una gozada ver como el esférico cruza todo el campo con una trayectoria y y una física realista, también en los disparos: sean más fuertes, más secos, rasos o con efecto. El peso, su reacción a los rebotes, a los postes o según el estado del césped nos convencen como el mejor balón creado para la saga.

Eso provoca que tanto el elenco de pases al primer toque (de tacón, con el exterior, de cara) como los disparos, de calidad o normales, respondan de manera fidedigna a lo que esperaríamos de ellos. No hemos notado grandes desajustes en disparos lejanos como en otros años, aunque seguramente hay algunas situaciones -centros desde dentro del área, pase atrás desde línea de fondo- que siguen siendo más exitosas de lo deseado.

De hecho, el tiempo también afecta al estilo de juego. Hemos vivido auténticos despropósitos de rebotes y segundas jugadas en partidos diluviando que son capaces de desesperar por un lado y por el otro, hacerte esbozar una sonrisa por lo bien recreado que está el cómo el balón y los jugadores -más pesados, menos precisos- se transforman con las condiciones adversas.

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Mención especial para los porteros, que siguen con sus grandes virtudes y un lunar destacado como pasaba en PES 2019. Las paradas, reacciones a todo tipo de disparos y compendio de animaciones es digno de mención. Es un auténtico gusto tener en frente equipos como el Atlético o el Bayern, donde Oblak y Neuer nos sacan una cantidad de manos imposibles que te dejan con ganas de probarlos una y otra vez para ver qué se sacan de la chistera. Pero tanto ellos como otros porteros más modestos siguen padeciendo el síndrome del portero que no sale bajo palos. Aunque en los centros hay más atrevimiento que en el año pasado, en los uno contra uno siguen sin responder de manera real. No puede ser que un jugador escape solo ante el guardameta, pise área y éste siga dentro del área pequeña, sin achicarse, sin encimar al atacante. Es algo que ya criticamos el año pasado, y que sigue sucediendo en este.

Y es un lunar no menor cuando jugamos con la CPU. Ante otros jugadores, seguro que sacarán el portero, pero la IA no responde como esperamos ahí. Y eso que en general, el juego en solitario es satisfactorio. Equipos con sus patrones más o menos marcados: Osasuna totalmente encerrado con dos líneas detrás del balón, el Atleti buscando pases largos para que prolongue Costa en varias ocasiones o el Barça tocando y tocando en espacios cerrados. Todo esto lo hemos visto y diferenciado. También cómo la IA va adaptándose a lo que sucede. Qué Lacazette ha marcado un gol y se escapa con facilidad, marcaje al hombre activado. Y así con otros detalles. Tan cierto es esto en niveles como Profesional y Estrella como que en Leyenda -e imbatible cuando se desbloquea, todo esto se diluye. Los equipos pequeños te dominan en posesión y en toque, y aunque mantienen alguna seña de identidad (como los pases largos), la experiencia ya no es tan cercana a su estilo de juego como en las dificultades anteriores.

No nos gustaría dejar pasar el tema de las tácticas, que aunque no llevan novedaes, siguen siendo muy completas y profundas. Poder escenificar el estilo de juego, presión, cercanía en los apoyos, intensidad y movimientos generales es una gozada, más cuando podemos cambiar de formación e idea según si tenemos o no el balón, y podemos ir moldeando todo esto con directrices en directo que funcionan y tienen incidencia real. Algo que por cierto también hace la CPU con bastante acierto y más frecuencia que el año pasado.

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Por último, la nueva cámara espectador también ayuda a dar un toque más fresco al juego. Tanto su profundidad como su altura se puede moldear para ajustarla como queramos, pero la perspectiva que ofrece le da un toque más espectacular que otras sin perder visibilidad como pasa con la dinámica.

En definitiva, a nivel jugable PES 2020 pule y mejora a base de detalles la excelente propuesta del año pasado, sin grandes cambios significativos pero sí visibles a medida que pasan los partidos, aunque manteniendo ciertos desajustes que no parecen haberse solventado pero que no impidan que estemos ante un juego que respira puro fútbol por los cuatro costados.

Liga Master: Cruyff, Messi y el juego de posición

Todavía no hemos podido probar ningún modo online, ya que los servidores se activan con la salida del juego, pero sí hemos podido jugar a la Liga Master en profundidad, que vuelve a dejarnos elegir entre equipos reales o personalizados y que quiere acercarse al jugador con ciertos detalles interesantes. El primero de ellos, que podremos escoger leyendas como entrenadores, tales como Cruyff o Maradona.

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El segundo, que hay cierto espíritu cinematográfico a la hora de narrar los acontecimientos. Explicaremos en rueda de prensa nuestro estilo de juego, debatiremos con el Director Técnico los objetivos a cumplir durante la temporada y lanzaremos mensajes motivadores a los jugadores en las vísperas de un clásico. No tiene una gran incidencia en el día a día, pero algunos detalles tienen su peso. Si el segundo entrenador y la prensa piden que Aleñà juegue un partido de Copa, y éste marca, su motivación subirá por las nubes y también su rendimiento.

Y así van pasando las jornadas. Asignando entrenamientos de habilidad para aprender nuevos regates. Poniendo a Ansu Fati y a Riqui Puig para que se consoliden como promesas y suban rápidamente la media, personalizando entrenamientos para que Piqué, en lugar de irse al ataque cuando el partido está cuesta arriba, mejore en la creación desde la zona defensiva. Vendiendo a Vidal y Rakitic para dar paso a los jóvenes... Y cuando fichamos a un jugador top, que la directiva nos dé un toque sobre los abusos financieros que hemos hecho.

El desarrollo de las dos temporadas realizadas hasta el momento tiene de todo. Por un lado, la liga identifica el nivel de los equipos de manera coherente, con Atlético y Madrid perdiendo muy pocos puntos en su carrera por el título. Algo similar pasa en Champions, donde aunque los grupos iniciales pueden ser poco proporcionales, de octavos en adelante los grandes equipos marcan la diferencia. Menos convicente es el período de fichajes. No tanto por los fichajes de algunos clubs, sino más bien por algunas ofertas recibidas. Que el Everton quiera fichar a Suárez y el Celta de Vigo a Piqué no es muy verosímil. Aunque cuando el PSG me ofreció 195 millones por Messi, me entraron los sudores fríos. Es inevitable a mi edad y sufriendo a Bartomeu de presidente, supongo.

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Naturalmente podremos gestionar renovaciones, ojeadores para buscar nuevos cracks, aceptar ofertas de otros equipos y de selecciones nacionales y seguir al detalle todo tipo de estadísticas como entrenador. La sensación es que el gran cambio de la liga Master aún está por llegar, pero que ya se van perfilando de cara, seguramente, a la próxima entrega.

Licencias: PES planta cara

El fútbol más real vuelve a jugarse en una cancha de Konami, que cada vez sube la apuesta incluso en aquello que parecía no importarle. Y la Juventus es un buen ejemplo. El acuerdo con los bianconeros, exclusivo del juego, se suma al de otros equipos que están recreados al milímetro en el nuevo PES. Barça, Manchester United, Arsenal, Bayern de Múnic, Milan, Mónaco, Celtic, Boca Juniors, River Plate y Rangers son algunos de los destacados, que se suman a ligas totalmente licenciadas como: Serie A, Ligue 1 y 2, Brasileirao serie A y B, liga rusa, liga belga, liga danesa, Superliga argentina y Thai League. A ello se le añaden otras ligas no licenciadas pero que Option File mediante se soluciona en 10 minutos (salvo en Xbox One). Por lo que la apuesta de Konami es potente, sobre todo si contamos con la exclusiva de la Eurocopa con 50 selecciones, algo que llegará de manera gratuita en los próximos meses.

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Sí, siguen faltando tres de las cuatro grandes ligas europeas: la española, la Premier y la alemana, siendo el último caso el más grave por la falta de slot propio, pero a cambio se han recuperado las segundas ligas, como la nuestra, que desaparecieron en la anterior entrega. Seguimos pensando que viendo el potencial de los Option File, deberían dar todavía más slots para editar y crear contenido, pero al menos se ha solventado un error evidente del juego de 2018.

Si damos el salto a otros modos offline, la realidad es que parece ser que Konami no quiere avanzar en ese sentido. Tenemos un elenco de posibilidades para jugar contra la CPU, con el modo azar con jugadores mezclados y opciones cooperativas. Esto se completa con todo tipo de ligas y copas, y el entrenamiento con varias pruebas donde podemos sacar nuestras mejores puntuaciones y el extenso editor que, Option File mediante, permite cambiarlo absolutamente todo: camisetas, escudos, jugadores, nombres de equipos e incluso reordenar las competiciones para dejar una Bundesliga con los 18 equipos reales. Por desgracia, en Xbox One no podemos aprovecharnos del trabajo de kits de la comunidad, algo que hace perderle bastante atractivo a la versión. Aunque, eso sí, este año los nombres “falsos” son mucho más cercanos a la realidad. El Athletic se llama Bilbao, los equipos de Madrid, llevan el nombre de Madrid; y así con todos.

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La sensación, en términos generales, es que se sigue sin apostar por novedades potentes a nivel de modalidades. El único gran gancho para el jugador offline está en el modo Liga Master y en el Soy Leyenda, donde jugamos con un único jugador -ya sea creado o uno de real- y ambas modalidades estrella siguen sin apostar por novedades ni cambios que merezcan la pena respecto la temporada pasada. Sí, el tema de las escenas y diálogos en la Liga Master está bien, pero parece poco avance cuando seguimos teniendo algunos elementos -como los fichajes- que no convencen del todo.

MyClub y otras opciones en línea

Las opciones para jugar en línea siguen el mismo camino que en el offline, con escasas mejoras. El ejemplo más claro es MyClub, que vuelve a ofrecernos un sistema de Fantasy Football con todo tipo de jugadores para conseguir mediante ojedores (los clásicos sobres de otros lados), y montar un equipo que tenga química entre ellos y que tenga un nivel cada vez más alto. El formato de buscar jugadores, entrenarlos y mejorar algunas habilidades sigue siendo similar al que ya conocíamos, y con distintas variantes para jugar en línea, offline o en torneos periódicos, que destacan por la gran cantidad de puntos GP que te dan y que permiten luego invertirse en nuevos jugadores. A medida que jugamos a eventos, se nos desbloquean de nuevos, por lo que al menos en este arranque de juego conseguiremos muchos puntos con facilidad.

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Los premios y bonus por jugar y ganar partidos nos aportan dinero del juego (GP) para poder comprar jugadores (o pedir cesiones, o buscar algunos nombres concretos), mientras que tenemos los puntos MyClub que se pueden comprar también con dinero real para acceder a dichos jugadores por la vía rápida. Es una fórmula ya conocida, agradecida en el sentido que no tardaremos mucho -sobre todo por el boost inicial- en tener un buen equipo para empezar a jugar, pero que tampoco llega con cambios relevantes.

El resto de modalidades parecen casi inalterables. Por un lado tenemos las Divisiones en línea, los partidos cooperativos en línea de hasta tres contra tres, partidos informales y torneos en línea. Una apuesta similar a la que ya conocíamos sin nada que llame la atención, más allá del Match Day. Son eventos que se realizan durante unas horas, en unos días concretos, y donde nos hacen escoger un bando: local o visitante. En cada lado hay una serie de equipos. Una vez escogemos lado, podemos escoger el equipo que defenderemos. Es entonces cuando el juego nos busca rivales del otro bando para jugar online, con la diferencia que aquí nos dan varias recompensas.

Como más partidos se juegan, más puntos se ganan. No va solo de ganar partidos, por lo que se empuja a la gente a jugar, ya que, según las estadísticas, se seleccionarán jugadores para competir en la Gran Final en nombre de su equipo escogido.

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El primer Matchday de esta semana se basa en partidos de la Euro 2020 (licencia exclusiva). Una vez cogemos un equipo podíamos empezar a jugar. Entre las recompensas: ojeadores, puntos GP y monedas MyClub. Por perder nos daban 3.000 GP, por lo que vale mucho la pena si se va a jugar MyClub. Incluso por ver la gran final, aunque no la juegues, te dan puntos. Por último, señalar que netcode del juego funciona correctamente si tenemos rivales de tres líneas de conexión. Jugar con menos de eso puede ser una tortura. Si la conexión antes de aceptar marca algo óptimo, el partido rinde de manera perfecta.

A nivel sonoro, habiendo y detallado lo bien que se ve y se mueve el juego -incluida la recreación excelsa de los estadios- el título no avanza. Las mismas frases y la misma sensación de que Carlos Martínez y Maldini están desaprovechados, tanto por las frases grabadas como por el uso que se le da. Que en un Clásico que decide la Liga con Messi, Benzemá, Bale, Suárez, De Jong o Modric en el campo, el jugador que puede marcar las diferencias y decidir el enfrentamiento sea Piqué, según el análisis de Maldini, no queda muy verosímil.

Conclusión

eFootball PES 2020 sigue siendo el juego más realista en cuánto a ritmo de partido y situaciones que se dan en el campo. Mantiene la base jugable del año pasado y la mejora con un balón simplemente perfecto y con varios nuevos movimientos y acciones de regates cortos que amplían el elenco de posibilidades a la hora de controlar a los jugadores. Todo lo que pasa durante los 90 minutos de partido es de muchos kilates, aunque siga habiendo algunos elementos mejorables como la salida de los porteros en el uno contra uno. Las mejoras, como el sistema de inspiración, están ahí y se agradecen, aunque suponen una evolución ligera de un juego que, eso sí, ya era poderoso. <br><br> El problema sigue siendo que Konami no apuesta fuerte por agitar, renovar y retocar los modos de juego. Las novedades en la Liga Master son más estéticas que de fondo, y MyClub añade más maneras de ganar recompensas -vía Match Day y eventos- pero tampoco amplía horizontes. El gran fútbol que se respira en PES 2020 merece mucha más ambición a nivel de producto general y opciones.

Lo mejor

  • Ritmo, animaciones y nuevos detalles: el fútbol más real
  • Un balón perfecto en su respuesta en cualquier situación del partido
  • Se recuperan slots de Segunda División y hay nuevas licencias...
  • Más recompensas Para MyClub vía desafíos, MatchDay...
  • El editor y la comunidad, una combinación brutal

Lo peor

  • Los porteros siguen con fallos en las salidas que merman la experiencia contra la CPU
  • ... Pero en licencias siguen faltando las tres mejores ligas europeas
  • Las novedades en los modos son muy escasas: hace falta más ambición para elevar el producto general al nivel de su jugabilidad
8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.