Miyamoto: “Para mí Iwata fue un amigo más que otra cosa”
El genio japonés se sincera en un libro que repasa la figura de Satoru Iwata, que falleció hace unos años cuando todavía ejercía el rol de presidente de la compañía.
Iwata-san es el título del libro que recoge la trayectoria profesional de Satoru Iwata, el fallecido expresidente de Nintendo. La obra, que se publicará de momento exclusivamente en el mercado nipón, incluye además los comentarios de algunos de los personajes más cercanos del directivo, que fue también desarrollador de videojuegos. Para Shigeru Miyamoto, una de las figuras clave del éxito de Nintendo, Iwata fue un amigo.
Una historia de dos
“Para mí, fue un amigo más que otra cosa”, revela Miyamoto en el libro (vía IGN). “Nunca sentí que fuera mi jefe ni que estuviera trabajando bajo su mando. Nunca se enfadaba ni se peleaba por nada”. De acuerdo con sus palabras, el primer encuentro entre ambos se produjo cuando Iwata todavía trabajaba en HAL Laboratory. El creador de Mario recuerda que los dos fueron a cenar ramen, ya que habían estado trabajando hasta tarde.
Nintendo nunca pagaba este tipo de gastos, por lo que cada uno apoquinó con el precio de su cena. “Esto se convirtió en una tradición que duró incluso después de que fuera nombrado presidente de la compañía y se convirtiera en directivo”, resalta. Además, estas reuniones sociales fueron un hervidero creativo. El desarrollador confirma que en muchas de esas comidas se discutían las ideas de Miyamoto para futuros videojuegos.
El paso de Satoru Iwata por la compañía ha dejado su impronta personal. Muchas estructuras de trabajo y hábitos se han mantenido en los jóvenes empleados de hoy en día. “El único problema es que si se me ocurre una idea durante el fin de semana no tengo a nadie con el que compartirla el lunes siguiente. El hecho de no poder escuchar sus reflexiones, reconoce, le pone triste.
Shigesato Itoi, creador de Earthbound, también ha dejado unas palabras sobre Iwata. “En el día del funeral llovía a cántaros y Miyamoto y yo estábamos esperando”, comienza Itoi. “De repente, decidí preguntarle sobre si Iwata había pensado en sus oportunidades de curarse”. Entonces, Miyamoto le respondió que creía que la cosa mejoraría y que no tenía ninguna intención de morir. “Esa respuesta me hizo darme cuenta de lo cercana que había sido la relación entre Miyamoto e Iwata, y lo bien que se entendían entre ellos”.