A Plague Tale: Innocence, análisis

Tras una larga etapa de desarrollo de juegos destinados a un público infantil (al contar con algunas licencias de Pixar y con ello traernos adaptaciones al videojuego como Toy Story 3, Up, WALL-E o Ratatouille), Asobo Studio cambia de estilo para presentar A plague Tale: Innocence, una obra oscura en la que hallaremos muerte y desesperación…Pero también esperanza y superación. Con la ayuda de Focus Home Interactive, quienes recientemente han publicado títulos como Call of Cathulu o Vampyr, ya tenemos entre manos la historia de la joven Amicia y su hermano pequeño Hugo, para Playstation 4, Xbox One y PC.

Un oscuro contexto histórico

La historia de A Plague Tale: Innocence arranca en 1348 (siglo XIV), Francia. Se trata de un momento histórico nefasto en el que confluyeron diversos hechos políticos tales como la Guerra de los 100 años, un conflicto que enfrentó a franceses e ingleses en una de las guerras más duraderas de la historia. Por otro lado, la Inquisición tuvo un papel importante al haber reunido un gran poder y haber sumado tantos adeptos a sus filas. Y por último, las plagas de ratas contribuyeron infectar ciudades y campos y a expandir la peste negra por la que murieron miles de personas.

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Todos estos puntos se ven representados en el título que nos ocupa, pero a pesar de estar basado en una época real, Asobo Studio plantea un argumento con matices sobrenaturales que ayuda a aportar sorpresas e intriga a la trama, además de elementos jugables que comentamos más abajo.

En cuanto a los protagonistas, principalmente se trata de dos hermanos pertenecientes a una familia adinerada: Amicia y Hugo de Rune. En los primeros compases del juego, cuando podemos disfrutar de unos instantes de calma antes de que se desate la tormenta, vemos cómo la relación entre ambos no era demasiado afectiva hasta ese momento. Esto es debido a que el pequeño tiene una misteriosa enfermedad y por ello estaba confinado en su habitación, bajo los atentos cuidados de su madre Beatrice.

Aun así, esta calma no dura demasiado, ya que la trama no tarda en dar un giro que nos hace aprender bien pronto que en esta historia nos enfrentaremos a la pérdida y al horror. Con ello, ambos hermanos deben escapar de su hogar y enfrentarse al mundo exterior, lleno de peligros que se manifiestan en forma de soldados de la Inquisición, aldeanos enloquecidos y una terrible plaga de ratas que nos recuerda constantemente que no podemos bajar la guardia ni un solo instante si pretendemos seguir con vida. Además de la misión de sobrevivir también tenemos que descubrir el misterio de la enfermedad de Hugo y protegerlo, hecho que dirigirá el hilo argumental principal.

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La honda, un arma de supervivencia

En el juego encarnamos a Amicia, una adolescente aventurera que no se separa de su fiel honda, con la que practica en los terrenos del castillo de la familia. Como hemos avanzado, a lo largo de la trama nos acompañará Hugo, un infante de apenas 5 años que casi no ha visto la luz del sol debido a la debilidad que le produce su enfermedad. Por ello, la joven tendrá que proteger a su hermano haciendo todo lo que sea necesario para lograrlo.

A pesar de que en un inicio no podamos hacer mucho más que escondernos en matorrales y distraer a los enemigos al lanzar piedras y jarrones para que vayan a investigar y nos podamos escabullir a sus espaldas, Amicia no tardará en aplicar todas sus habilidades con la honda. Gracias a sus potentes tiros podremos derribar de una pedrada en la cabeza a aquellos enemigos que no la lleven protegida por un casco. Para los que vayan más armados también hay solución, ya que al avanzar en la trama uno de los aliados que conozcamos por el camino nos ofrecerá una fórmula alquímica que podemos mezclar con una roca para lanzarla y derretir el metal. Además, también aprenderemos una fórmula somnífera para dormir a un enemigo si nos acercamos sigilosamente por la espalda o bien salir de un apuro si nos atrapan.

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Un ejemplo que nos sirve para explicar estas habilidades es el primer jefe contra el que nos enfrentamos. Sí, a pesar de que no sean muchos, A Plague Tale: Innocence nos propone algunos grandes enemigos para vencerlos de formas estratégicas y únicas. En este caso, al no tener todavía el material que derrite el metal, tendremos que esquivar al caballero enemigo y colocarnos a su espalda para poder apuntar y lanzarle piedras en las juntas que unen cada pieza de armadura. Cuando se le caigan revelará su rostro y ahí le podremos atestar una pedrada para que caiga en redondo.

Pero no todos los rivales son humanos ni se vencen de la misma forma. Las ratas serán otro problema, pero tenemos a nuestro favor el recurso del fuego y la luz. Les asusta, por lo que aprenderemos a crear “Ignifer” para encender brasas, antorchas y demás y otra habilidad que las hace explotar y será imprescindible para poder zafarnos de ellas si nos rodean. Por otro lado, podremos crear una sustancia que atrae a todas las ratas de la zona al punto en el que la lancemos y otra que apaga las llamas, para poder ser estratégicos y dirigirlas dónde queramos.

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Para crear cada tipo de munición tendremos que haber recogido previamente diversos materiales que encontramos repartidos por los escenarios, tales como cuero, cuerda, salitre, alcohol y demás. En ciertas zonas encontraremos también mesas de trabajo, en las que craftear elementos para mejorar nuestro equipo. Así, podremos aumentar la capacidad de munición, mejorar la honda (reduciendo el tiempo que se necesita para la precisión máxima, por ejemplo) y reducir el sonido de nuestras pisadas, entre otros.

Con ello se desbloquearán varias formas de enfrentarnos a cada situación. A pesar de ser un juego lineal que nos lleva a través de sus capítulos de forma bastante guiada, podremos decidir entre acabar con los enemigos de forma letal (y cómo hacerlo) o bien si pasar de forma sigilosa y sin herirlos. Aun así, cabe decir que todo ello es limitado y que no modifica la trama y su desenlace, tal y como ocurre en títulos como Dishonored. Por otro lado, la inteligencia artificial enemiga no es nada del otro mundo, ya que caerán en las típicas trampas de acudir a investigar un sonido, perseguirnos de forma predecible y demás.

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En cuanto a los compañeros que vengan con nosotros en determinados tramos de cada capítulo, son útiles para utilizar sus habilidades personales y así abrirnos paso. Por ejemplo, una de ellas sabe abrir cualquier cerradura, mientras que otro puede derribar puertas y acabar con enemigos pesados. Para que lo hagan tan solo debemos apuntar al lugar y hacerles una señal. Con su ayuda también podemos resolver diversos puzles de escenario que se presentan. Ya sea accionar una manivela para levantar una estantería y que podamos pasar o bien coordinarnos para que muevan un brasero y nosotros lo acompañemos evitando así las ratas, no son puzles complicados pero sí de agradecer para aportar variedad y sorpresas al juego.

Ritmo y apartados gráficos y técnicos

A Plague Tale: Innocence se desarrolla a lo largo de 17 capítulos con una duración total aproximada entre 10 y 12 horas. Dadas sus características, la duración parece bien ajustada, ya que haberlo alargado más podría haber producido demasiadas repeticiones en el gameplay y quién sabe si haber bajado la calidad general del juego. Con el ritmo actual, que pone en un lugar de la balanza la historia (acompañada con sus cinemáticas) y en otro la jugabilidad, creemos que Asobo Studio han acertado.

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En cuanto a su grado de rejugabilidad, no es demasiado alto ya que como hemos mencionado tan solo hay un final para la trama. Aun así, en cada capítulo hay una serie de coleccionables que se dividen entre “El herbario de Hugo”, “Regalos” y “Curiosidades”, por lo que los jugadores más meticulosos pueden pasar un buen rato buscándolos todos.

Gráficamente el título aguanta muy bien, con rostros de los personajes detallados y escenarios que reflejan muy bien lo que se debe contar: ya sea oscuridad y podredumbre para los tramos más oscuros o bien luz y calidez para aquellos en los que nos sentiremos seguros. No se trata de lo mejor de la generación actual, pero tampoco se pretende y el resultado obtenido es más que digno. Por otro lado, en lo técnico hemos de aplaudir al estudio por haber logrado añadir cientos de ratas en pantalla sin que los FPS bajen (al menos en nuestro caso no lo notamos, jugando en una PS4 normal) y no presentar bugs notables.

El apartado sonoro también destaca por un buen trabajo de voces de los personajes (en inglés con acento francés al no disponer de español, pero sí de subtítulos en nuestra lengua) y de una banda sonora que nos ayuda a situarnos en cada momento, sentir el peligro o bien saber que estamos a salvo en función de la melodía que nos acompañe.

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