GameStop cierra 2018 con 673 millones de dólares en pérdidas
La cadena de videojuegos más importante de Estados Unidos termina el último ejercicio fiscal con unos ingresos muy por debajo de lo deseado.
GameSpot ha cerrado un año para olvidar. La cadena de videojuegos líder en Estados Unidos, reflejo del estado de la venta de videojuegos en formato físico en Norteamérica, ha reportado unas ventas netas un 3% peores que en el ya mal ejercicio anterior, lo que se traduce en unas pérdidas de 673 millones de dólares.
La situación, cuando menos dramática, viene a confirmar que auguraban expertos analistas tras ver que en 2017 se vendieron acciones de la empresa cifradas en 700 millones de dólares para compensar las pérdidas, cantidad ahora esfumada por las pérdidas de 2018 (datos hasta el pasado 2 de febrero). Los motivos de esta situación pueden ser muchos; sin embargo, la situación de la generación en que nos encontramos, donde la base instalada de consolas PS4 y Xbox One es cercana a su compleción y el mercado digital continúa en auge, precipitan que las tiendas estén en una situación cada vez más sensible.
Rob Lloyd, COO de GameStop, ha indicado en un comunicado oficial que “De cara a 2019 y más adelante, reconocemos el desafío de encarar nuestro negocio de videojuegos seminuevos y estamos preparados para afrontarlo mientras continuamos haciendo evolucionar el modelo de negocio”. Renovarse es necesario para un sector como éste, agitado por un mercado digital que ya solo en 2018 reportó el 53% de los ingresos en países como el Reino Unido.
Desplome en bolsa en enero
El pasado mes de enero ya contamos en MeriStation el desplome en bolsa de GameStop tras el cese de su intento por vender la empresa al no poder garantizar unas condiciones de financiación oportunas para un posible comprador, que había varios candidatos. Los problemas económicos de la cadena vienen de lejos.
La junta lleva barajando diferentes opciones, pero incluso en marzo de 2017 se anunció el cierre de más de 225 tiendas en todo el mundo, pasando así de más de 7500 tiendas a poco más de 7000 en cuestión de meses. Ese mismo 2017 se cerraron los 58 establecimientos que tenían en España.