Trials Rising
Trials Rising, análisis. ¿Vuelve el Rey?
La saga de Ubisoft y Redlynx, reina del género arcade, estrena una nueva entrega que vuelve a sus orígenes y los mezcla con un buen número de novedades.
Trials está de vuelta. Tras dos entregas alejadas de la senda principal (Trials Frontier y Trials of the Blood Dragon), con las que Redlynx se soltó la melena, oxigenó y probó cosas nuevas, la saga vuelve a sus fueros y raíces. Han pasado más de cinco años desde el último capítulo de la serie principal, Trials Fusion (2014), y para muchos ha sido como una travesía por el desierto. Los rivales de Trials en todo este tiempo no han terminado de estar a la altura y el mono de motos, bunny hops y pistas imposibles empezaba a pasarnos factura.
Por fortuna, lejos de oxidarse, la saga parece haber rejuvenecido con los años. Trials Rising recupera y remoza los elementos que en su día convirtieron a la franquicia en la reina del género arcade. El juego llega dispuesto a convertirse en la mejor entrega de Trials hasta la fecha. Un reto mayúsculo y nada fácil de lograr. En 2020 la marca celebrará su 20 aniversario y a lo largo de estas dos últimas décadas, se ha consagrado en el sector con más de 15 juegos distintos para toda clase de plataformas y sistemas. La herencia y el legado sobre sus hombros son importantes.
Hoy en MeriStation ponemos a prueba Trials Rising para ver si ha conseguido tamaño objetivo. Los fans más acérrimos van a encontrar un título más purista y cercano a Trials Evolution que a Fusion, y por su parte, los que nunca hayan jugado a la serie van a encontrar una entrega que por primera vez en su historia les recibe y da la bienvenida con los brazos abiertos. ¿Habrá valido la pena la espera? ¿Serán suficientes las novedades? ¿Estamos ante la mejor entrega? ¿Sigue siendo Trials el rey del género arcade? Llega la hora de la verdad. Toca salir de dudas.
ADN 100% Trials
Primero las buenas noticias. Trials Rising hace como si Frontier y compañía no hubiesen sido más que una pesadilla y recupera la fórmula de la Coca-Cola. El juego vuelve a sus orígenes y rescata los tres ingredientes que han hecho de Trials una saga de éxito y renombre internacional. Los tres pilares sobre los que ha cimentado dicho éxito son, como decían los antiguos romanos, firmitas, utilitas y venustas. O dicho en clave millenial: firmeza, utilidad y belleza.
Trials Rising es firme porque se sustenta sobre una jugabilidad exquisita, refinada hasta niveles enfermizos. Es muy posible que estemos ante el juego con mejores controles de toda la franquicia. Sube un nuevo escalón cuando ya pensábamos que estaba en la cima y no había más. Parece sencillo y cualquiera diría que el juego apenas consiste en coger una moto e ir de un punto A a un punto B, atravesando un escenario bidimensional por el camino. Pero nada más lejos de la realidad. Profundo y muy técnico, Trials sirve de faro y referencia para todo arcade que se precie. Cuenta con una jugabilidad a prueba de bombas.
"Solo una más y lo dejo"
Es útil porque ofrece una cantidad de contenidos abrumadora. La longevidad de un elfo. Decenas de horas y horas de diversión. Completar el juego al 100% es un desafío tan complicado como adictivo y gratificante. La curva de dificultad es una delicia pensada al milímetro. Los niveles cada vez son más largos y complicados, al igual que los conceptos que debemos dominar y los desafíos y requisitos de cada prueba. “Una más y lo dejo” es el gran late motiv de Trials Rising, que si bien pareciera diseñado para partidas rápidas y cortas, nos tendrá pegados a los mandos durante horas cada vez que encendamos la consola y nos piquemos con su propuesta.
Y es bello porque cuenta con un diseño de niveles excelente. No solo a nivel visual, que también. Encontraremos toda clase de detalles en pantalla que han sido pensados para lucir palmito y crear impacto sin llegar a distraernos y hacernos fallar. Una tarea que también parece fácil, pero que tampoco lo es. Han de usarse toda clase de trucos, capas y profundidades, y distribuir muy bien el peso visual de cada composición para lograr algo así. Pero como decíamos, el diseño de niveles es excelente no solo a nivel visual, sino también jugable. Distintos caminos y rutas alternativas, variedad a la hora de afrontar una misma prueba, elementos destruibles, físicas realistas y sobresalientes...
Si eres fan de Trials y te han gustado los anteriores, no tengas dudas. Trials Rising te va a encantar y tiene todo lo que ha hecho grande a la saga. Además, lo tiene en dosis aún más grandes y refinadas. Pero claro, si hay buenas noticias... también hay malas.
Trials Rising es como el típico alumno talentoso e inteligente que peca de vago y deja todo para el final. El que acaba estudiando el día de antes y se conforma con aprobar el examen con un cinco. Tenemos que ir poniéndole el listón cada vez más alto, porque es capaz de dar mucho más de lo que ofrece. Las pocas novedades que se atreve a aportar en esta ocasión salen casi todas muy mal paradas y son, como mínimo, cuestionables. También repite errores pasados y aparece con problemas nuevos, que hacen que la saga, aún manteniendo el nivel, no termine de ir mucho más allá y desperdicie parte de su potencial.
Los dos grandes añadidos de Trials Rising
Pero empezemos por las novedas que sí ha salido bien. Los dos grandes añadidos del Trials Rising son el nuevo cooperativo local y la llamada “Universidad de Trials”. Ambos elementos dan la mejor de las bienvenidas a los recién llegados y satisfacen una de las principales demandas de los veteranos.
El cooperativo, el llamado Modo Fiesta, permite correr carreras (hasta cuatro jugadores a la vez), hacer contrarrelojes y personalizar desafíos. Las carreras son como las de siempre, con cada jugador en una calle distinta y circuitos especiales, más cortos y sencillos. Aunque, también como siempre, son un poco injustas, porque la cámara siempre sigue al que va más avanzado y si éste llega a un punto de control, los que se hayan quedado atrás pueden saltar directamente a esa posición y saltarse las zonas en las que se hubieran quedado atascados. Por su parte, las contrarrelojes son fuera de este modo, se juegan de uno en uno y se basan en pasarnos el mando en función de a quién le toque. En cuanto a los inéditos desafíos personalizables, únicos de Trials Rising, se forman ajustando las leyes de la física y cambiando cosas como el peso y la velocidad de la moto, la gravedad, hacer a los pilotos invisibles, quitar los puntos de control, poner la moto en llamas, etcétera, Dan vida a momentos tan divertidos como disparatados.
El cooperativo local no ha muerto
Pero quizás el mejor añadido del modo cooperativo esté fuera del Modo Fiesta. Ahora todos los niveles del juego se pueden disfrutar con una moto tándem. Como su propio nombre indica, nos permite manejar entre dos personas una misma moto, pudiendo ambos jugadores acelerar, frenar y desviar el peso hacia delante o hacia atrás. Y sí. Es tan frustrante como suena. Los niveles más sencillos se convierten en un reto titánico con nuestros amigos, y están garantizadas las risas, los grandes momentos y sobre todo, los troleos.
Estando los modos cooperativos en peligro de extinción, Trials Rising es un rara avis, un juego perfecto para disfrutar en compañía. Original, innovador, variado y divertido. En nombre de todos los seguidores del juego local, chapeau.
El mejor juego para aprender a dominar Trials
Fácil de aprender y difícil de dominar. La jugabilidad de Trials siempre ha tenido más recorrido del que parece y muchos echaron en falta en el pasado una serie de tutoriales y niveles específicamente diseñados para aprender y mejorar. ¡Cuántos nos hemos visto en el pasado obligados a recurrir a canales de Youtube como Professor FatShady's University of Trials! Aquí eso se acabó. La Universidad de Trials se consagra como uno de los más importantes y agradecidos añadidos del juego. Perfecto para los nuevos jugadores, y para que aquellos más experimentados refresquen la memoria y no tengan que aprender a base de vérselas una y otra vez con el mismo segmento de un nivel en particular.
El control de aceleración, la inclinación, la rotación en el aire, el flujo, las transiciones, el aterrizaje en cuesta, los bunny hop, los obstáculos cuesta arriba, los obstáculos en plano, los bunny hop consecutivos, los rebotes en rueda trasera... etcétera, etcétera. Cada aspecto de la jugabilidad es desgranado y explicado en la Universidad de Trials, y todos tienen un nivel donde practicarlo una y otra vez hasta que lo hagamos de forma mecánica y lo dominemos.
Primeros problemas
Por desgracia, esos nuevos tutoriales no se extienden al editor de niveles, que está de vuelta. Juega, crea y comparte, que dirían en LittleBigPlanet. Cuenta con juego cruzado, así que nos permite probar las creaciones de cualquier usuario, sea cual sea su plataforma de juego, y gozar así de contenido infinito. En Trials Rising hasta se han incluido nuevos assets y sets de herramientas. Pero lo dicho, con manuales e instrucciones más escuetas que las de Ikea.
Y del mismo modo, al igual que el multijugador local es una maravilla, el online es cuanto menos mediocre. No ofrece grandes recompensas de cara a subir de nivel y mejorar (la progresión es compartida con el modo singleplayer) y solo hay un tipo de prueba: carreras en pistas muy concretas con cada jugador por un carril distinto. A veces es mejor jugar con fantasmas o con la IA. Además, tarda en encontrar partida y muchas veces no se llenan. Peor aún, el multijugador privado con amigos no está disponible de salida, y tal y como ocurría con Trials Fusion, llegará tarde al juego.
Pero estos problemas, que no dejan de ser anecdóticos, no son nada comparados con las lootboxes, las dichosas lootboxes, y el nuevo sistema de desbloqueo de pruebas.
Subir de nivel, un dolor de muelas
Trials Rising tiene aspiraciones de RPG y su menú consiste en un enorme mapa mundi por el que vamos viajando y haciendo eventos en cada continente. Visitaremos Hollywood, Francia y la Torre Eiffel, las pirámides de Egipto, los monasterios del Himalaya, la tomatina de Buñol, la muralla China, etcétera, etcétera. Las pruebas pueden consistir en superar un recorrido, en hacerlo sin tener cierto número de caídas, en batirlas en un tiempo límite, superar al fantasma de otro usuario o en lograr un determinado número de piruetas y trucos antes de llegar a la meta. En función de cómo de sobrados superemos esos objetivos se nos premiará con una de las clásicas medallas de la saga. Bronce, plata, oro y platino. Cuando hemos superado varios eventos en un continente se desbloquea un torneo (distintos enfrentamientos con otros fantasmas y jugadores de la IA en los que no podremos reiniciar), y, si también lo superamos, viajaremos a otra región del mapa y abriremos nuevas pistas.
Por desgracia, a los torneos y lo que estos desbloquean no se accede ganando medallas de oro y de platino, como en anteriores Trials. Aquí nuestro personaje tiene un nivel, como si de un juego de rol se tratara, y de él depende a qué pruebas podemos entrar y cuándo se desbloquean unos contenidos u otros. No tendría por qué tener nada malo, sino fuera porque para subir de nivel (a partir del 50) tendremos que grindear hasta el infinito. Es decir, repetir una y otra vez las mismas fases y pruebas para seguir subiendo. La experiencia para llegar a pistas como Inferno V es exagerada, un dolor de muelas y un disparate.
En el pasado, repetíamos niveles para mejorar tiempos, batir fantasmas de otros jugadores y superar las marcas de nuestra lista de amigos. Ahora lo hacemos obligados, para ganar más experiencia y desbloquear nuevas pruebas. De hecho, hasta el competir con fantasmas pierde algo de gracia, pues ahora se hace desde la primera vez que pisamos una pista, sin darnos elección alguna. La experiencia no está balanceada y se acaba estropeando por completo al cabo de un puñado de horas. Desbloquear es difícil e irritante.
Es una pena porque echa a perder uno de los aspectos más gratificantes de la saga. Repetíamos niveles y actuaciones encantados, pero hacerlo obligatorio y que prácticamente nos digan cuando hacerlo es terrible. Por lo demás, el título tiene pruebas muy curiosas, como los Contratos, nuevos e hilarantes minijuegos, toda clase de estadísticas y secretos, y parecía destinado a ser el mejor de la saga. Lástima.
Las lootboxes, más molestas que útiles
Las lootboxes también se dejan sentir en Trials Rising. Es cierto que no influyen en el juego y que no es un pay-to-win ni nada por el estilo. Se limitan a elementos cosméticos que también nos pueden tocar a base de subir de nivel, o al comprar más cajas con la moneda existende dentro del universo del juego. Para aquellos interesados, no podemos comprar directamente cajas de botín, sino que tenemos que comprar monedas de la divisa de Trials Rising (las bellotas) y, con ellas, ya sí, las lootboxes. El problema no es que den elementos para personalizar al personaje, algo superfluo y en lo que no entraremos demasiado, sino en lo continuamente que están molestándonos en pantalla con ellas y con abrirlas.
Trials siempre ha tenido muchas pantallas de carga, recurrentes y molestas, pero no eran demasiado largas y se entendían. El juego permite respawn y reinicios inmediatos, sin carga alguna, algo que bien vale unos segundillos al entrar a los niveles. El problema es que ahora se duplican debido a que, al acabar un nivel, el juego tiene que cargar los fantasmas de otros jugadores para que hagan una animación de victoria o de derrota. Aparecen hasta la primera vez que pisamos una pista. Y también encontraremos tiempos de carga para mostrarnos si hemos desbloqueado una caja de botín y preguntarnos si queremos ir a abrirla. No es nada exagerado, pero molesta y acaba cansando.
Un espectáculo más sonoro que gráfico
Gráficamente, Trials Rising luce bien, sin alardes, si bien no hay una gran mejora o evolución desde Fusion. Para la próxima vez habrá que ir exigiendo un nuevo lavado de cara. Como decíamos al hablar de las buenas noticias y del apartado venustas, el diseño de niveles es excelente. Son más realistas que en el pasado y muchos de ellos podrían pasar por recorridos montados en el mundo real. Cuentan con fondos llenos de detalles, una gran distancia de visionado y toda clase de elementos móviles. Público, trenes y coches pueden pasar de fondo, atravesar el “circuito” o quedarse en medio y ayudar o dificultar nuestro camino. Siguen estando llenos de easter eggs y secretos, como las ardillas y los miles de finales distintos que hay al acabar cada nivel. Eso sí, por desgracia encontramos algunos tirones y ralentizaciones. A día de hoy no está todo lo optimizado que debiera y hasta se nos ha congelado un par de veces, obligándonos a salir y reiniciar. Suponemos que es cuestión de que lleguen un par de actualizaciones y lo arreglen, pero estáis sobre aviso.
A nivel sonoro, no nos engañemos. A base de repetir y repetir niveles, la playlist va a terminar pareciéndonos pequeña y repetitiva. De hecho es un poco pequeña. Los más veteranos saben que, llegado un punto, uno prefiere quedarse a solas con los efectos de sonido o con su propio remix. Pero en cualquier caso, se nota un esfuerzo. Un esfuerzo importante y pocas veces hecho antes. Aunque los efectos son prácticamente los mismos de siempre, a nivel de canciones contamos con temas de Billy Talent, Chester Bennington, In Flames, Jurassic 5, Motörhead y The Bouncing Souls. Tiene espacio para el rap y el punk, pero los que van a disfrutarla de verdad son los amantes del heavy metal y la electrónica. Id subiendo el volumen.
Análisis realizado en la versión de PlayStation 4.
Conclusión
Trials Rising es la mejor entrega de la saga en muchos aspectos, pero quizás no sea la más redonda de todas. El juego se ha quedado estancado en algunos campos (como el multijugador online y los gráficos), y a ciertos problemas del pasado que repiten aquí (parte del online volverá a llegar tras el lanzamiento), ahora le añade varios nuevos (no está del todo optimizado y tendremos nuestras idas y venidas con el rendimiento). Las dichosas lootboxes y el nuevo modo de representar a los fantasmas han aumentado los tiempos de carga y, lo peor de todo, ahora para desbloquear nuevas pruebas se nos obliga a repetir hasta la saciedad un mismo nivel, lo que aburre y frusta al más pintado. Han estropeado uno de los aspectos más gratificantes de la fórmula original, el repetir por voluntad propia para batirnos a nosotros mismos y a nuestros amigos. Es una pena, porque a pesar de estas lamentables decisiones de diseño, el juego sigue siendo un imprescindible para los fans de Trials. Contiene todos los elementos que han hecho grandes a los anteriores y además los tiene en mayores dosis que aquellos. Una jugabilidad de hormigón armado, que es sólida, profunda, técnica y muy muy rica. Una cantidad de contenidos abrumadora y casi infinita, con una curva de dificultad excelente que lo hace adictivo y gratificante. Y por último, un diseño de niveles muy inspirado, variado y espectacular. Además suma los tutoriales de la Univesidad de Trials (¡¡por fin!!) y un sensacional modo cooperativo local. Aunque se sobrepone a la sensación de que muchos de los añadidos restan más de lo que suman, nos preguntamos dónde hubiera podido llegar Trials Rising si no le hubieran cortado las alas. ¿Quizás a ser el mejor de la saga?
Lo mejor
- Puro Trials. Jugabilidad a prueba de bombas, duración infinita y un diseño de niveles excelente.
- La Universidad de Trials. Por fin hay tutoriales de ayuda a expertos y recién llegados.
- El editor de niveles. Juego cruzado y contenido por años.
- El modo cooperativo local. Un rara avis original, innovador, variado y divertido.
- La playlist de la BSO, llena de grandes temas licenciados del mundo de la electrónica y el heavy metal.
Lo peor
- Los tiempos de carga.
- Algunos problemas técnicos. Ralentizaciones, tirones y congelaciones.
- El sistema para desbloquear nuevas pruebas es un dolor de muelas. A grindear...
- Las dichosas y pesadas lootboxes.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.