The Elder Scrolls Online, el largo camino hasta Elsweyr

Esta semana hemos podido celebrar finalmente el anuncio de la nueva expansión de The Elder Scrolls Online, Elsweyr, dejando claro que a pesar del claro descenso de popularidad del género, el MMO de Bethesda se encuentra en un estado de forma envidiable. La proliferación de los esports y los juegos competitivos online ha dejado a los MMORPG en una situación muy lejos de ser la de hace 15 años aproximadamente, cuando World of Warcraft era el juego del momento y surgían decenas de títulos que ansiaban con hacerse con un trozo del pastel. Sin embargo, pocos han sobrevivido a la decadencia, y en consolas de hecho, tan solo Final Fantasy XIV y nuestro protagonista aguantan el tipo. ¿Cómo lo han conseguido? Empecemos por el principio, que ni mucho menos fue plácido.

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Un proyecto abocado al ostracismo

The Elder Scrolls Online se lanzó originalmente en 2014, una época donde las editoras pensaban que el jugador estaría dispuesto a pagar una cuota mensual para jugar a un MMO, cuando realmente no era así a no ser que ese juego se llamara WOW. Con esa política nació el título de Zenimax Online, y evidentemente eso hizo que sus comienzos no fueran ni mucho menos los deseados, llegando a reconocer Bethesda que se trató de un error que estuvieron a punto de pagar caro, pero que sin embargo, supieron corregir a tiempo. TESO nació además con algunos defectos casi inherentes al género, como un farmeo excesivo o algunas misiones completamente insulsas, pero tenía virtudes inéditas, como ser muy apropiado, por su diseño, para el jugador solitario, además de, porqué no decirlo, el carisma del mundo de The Elder Scrolls.

Todo cambió en marzo de 2015, cuando Bethesda decidió lanzar la actualización TESO: Tamriel Unlimited, que básicamente eliminaba la necesidad de pagar esas cuotas mensuales para poder jugarlo. Mantenia, eso sí, una opción de suscripción llamada TESO Plus, que otorgaba Coronas -la moneda del juego- cada mes, además de acceso inmediato a todo el contenido adicional, además de aumentar un 10% la velocidad a la que el jugador podía hacer progresar a su personaje, pero ni mucho menos se sentía como una ventaja definitiva, o al menos, necesaria para disfrutarlo.Tal cual el juego estaba en esta situación, suponía sin lugar a dudas la mejor alternativa para el jugador en consolas, ofreciendo ya de base una cantidad de contenido completamente salvaje y casi inabarcable. Pero aún habría más...

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Compromiso a largo plazo

Con el paso del tiempo, Zenimax y Bethesda demostrarían que el apoyo a TESO no sería flor de un día, y que estaban muy lejos de abandonarlo tras el lanzamiento de esta versión Tamriel Unlimited. De hecho, no tardarían en llegar dos nuevos contenidos con Imperial City, que sumaba la mazmorra más grande hasta el momento en el juego, y Orsinium, que sumaba a Wrothgar, la tierra de los orcos, como nueva zona a explorar. Los gremios también harían acto de presencia, con Thieves Guild y Dark Brotherhood, pero lo mejor aún estaba por llegar.

Si hay una entrega querida entre los fans clásicos de The Elder Scrolls esa es la tercera, TES III: Morrowind, lanzada en 2002 en PC y por primera vez, en consolas, concretamente a Xbox. ZeniMax aprovecharía sabiamente la coyuntura para ofrecer a los jugadores la posibilidad de explorar Vvardenfell, el emblemático entorno en el que vivir aventuras con el semidios Vivec como protagonista de una nueva e inusualmente interesante trama completamente independiente de la principal. Bien es cierto que no introdujo nuevas mecánicas aparte de una nueva clase y un nuevo modo PVP, Battlegrounds, pero Morrowind seguía haciendo hincapie en uno de los puntos fuertes de The Elder Scrolls Online que no es sino la capacidad de hacer disfrutar al jugador que no quiere hacerlo en compañía.

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Todavía durante el año pasado llegaría también Summerset, una zona inexplorada por los jugadores desde hace nada menos que 24 años, o lo que es lo mismo, desde la primera entrega de la franquicia, The Elder Scrolls Arena. Al igual que Morrowind, esta no es una expansión que pueda adquirirse a cambio de coronas -algo que sí puede hacerse con otras menores como Clockwork City o Shadows of the Hist-, sino que requiere de un pago aparte, algo que se justifica con la cantidad de contenido añadidad, de nuevo, abrumadora. Como venía siendo habitual, Summerset no suponía ninguna revolución jugable, pero Estivalia ofrecía un escenario suficientemente diferente y atractivo para que el jugador quisiera sumergirse en él, con un componente narrativo de nuevo potente, pero en el que el jugador no tenía mucha repercusión, como es frecuente en el MMO. La comunidad, de hecho, considera esta como la mejor expansión lanzada hasta ahora para TESO, ya que no solo es una puerta de entrada amable para nuevos jugadores, sino que ofrece actividades altamente exigentes para los más veteranos.

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De esta manera llegamos a Elsweyr, otra zona inédita desde TES: Arena, que no olvidemos, era un juego extraordinariamente grande para la época en que fue lanzado. Esta expansión supone una nueva manera de dotar de contenido para The Elder Scrolls Online, ya que por primera vez, no lo hará en una sola vez, sino que irá llegando de forma paulatina, en algo que Bethesda ha tenido a bien llamar el Año del Dragón. recibiendo más contenido en cada trimestre de 2019. TESO hace acto de presencia practicamente en cada evento de Bethesda durante los últimos años, y la lejanía del lanzamiento de The Elder Scrolls VI hace pensar que aún le queda cuerda para rato, y probablemente, sea la mejor opción para quienes busquen más aventuras en las lejanas tierras de Tamriel.