La industria del Reino Unido teme el Brexit: posibles consecuencias
La posibilidad de dar marcha atrás arroja algo de luz entre las opiniones más pesimistas, pero las consecuencias aseguran ser inevitables en todo caso.
La primera ministra británica, Theresa May, anunciaba este pasado lunes que la votación final en el Parlamento de Reino Unido del acuerdo de salida de la Unión Europea tendrá lugar en la semana del 14 de enero. Como es lógico, la industria del videojuego es una más de las que miran con preocupación cómo puede traducirse esto para el sector del ocio electrónico, que es una fuente de ingresos de vital importancia en el país.
Son pocos quieren ven con optimismo la todavía incierta materialización de esta ruptura política; desde Games Industry han analizado la situación con las más que posibles consecuencias inmediatas si el Brexit finalmente tiene lugar.
“Miedo, preocupación y arrepentimiento”, es el sentir general para Rob Fahey, editor del portal, cuando pregunta a profesionales de la industria. Porque es cierto que no sabemos si Reino Unido va a facturar más o menos dinero a través de los videojuegos de aquí a un año pase lo que pase; sin embargo, sí sabemos que el impacto se traducirá desde el primer día en las oficinas de cientos de estudios sin importar su tamaño.
Costes, dificultades y trámites añadidos
En primer lugar, impuestos. Los costes arancelarios y demás importes añadidos a los costes de producción y tratos con empresas internacionales (ya no solo Estados Unidos sino ahora también el resto de potencias de Europa) se acrecentarían, como también el coste de las tarifas y los costes de pasar las fronteras. Asimismo, las dificultades para atraer talentos de otros países del mundo a trabajar en Reino Unido.
Las puertas se cerrarían en muchos sentidos. Desde las grandes empresas temen dificultades para contratar personal de perfiles muy específicos que quizá no estén en las islas británicas; asimismo, creen que será más complicado retener a aquellos talentos por los que otros grandes estudios con sede lejos del país anglosajón se quieran pelear. A nivel administrativo no será precisamente más fácil lidiar, con elementos como el acceso a según qué productos y servicios. Por el momento, todas las soluciones o posibles medidas compensatorias saben a poco al ser “poco atractivas y no competitivas”.
A esta incertidumbre se suma el cada vez más tambaleado valor de la libra esterlina, que fluctúa y puede tener consecuencias directas en las previsiones de facturación fiscal de estudios de videojuegos con proyección internacional. Pase lo que pase, la posibilidad de que Reino Unido recule en un segundo referéndum y no haya Brexit es lo que más desean algunos, aunque también reconocen que en cualquier caso las consecuencias se están notando desde hace meses, con un éxodo significativo de jóvenes cualificados con la intención de ganarse un futuro digno en la industria del ocio electrónico lejos de casa.