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ABZÛ

ABZÛ

Explorando los océanos

ABZÛ, belleza submarina en Switch

Nos sumergimos de nuevo en Abzû para, de forma paradójica, hacerlo al aire libre gracias a las virtudes portátiles de Nintendo Switch. Acompáñanos, una vez más, hasta las desconocidas profundidades de este fascinante viaje con mensaje ecologista.

La estampa inicial de Abzû, que nos sitúa en la superficie de un mar infinito adornado por el reflejo de un nuboso cielo, transmite calma, paz y sosiego. Es una de las pocas veces que no estaremos sumergidos en el abrumador océano; el buceo, para los que habéis coqueteado con tan fascinante hobby, transmite respeto, emociona por su belleza, asusta por no controlar un medio que nos envuelve —e incluso oprime— mermando nuestros sentidos, y para muchos es lo más parecido a viajar fuera del planeta.

En el discurso interactivo de Matt Nava sentiremos fascinación, pero no opresión: los bellos parajes que visitaremos durante nuestro viaje reúnen belleza por medio del epítome visual. Muchas veces nos dará la sensación de que viajamos al espacio exterior: las especies marinas de diversas escalas —increíble bucear al lado de enormes cetáceos— se combinan con milenarias ruinas, dejando también evidencia de una civilización muy avanzada —y tal vez venida a menos— en los artefactos y escenarios tecnológicos que parecen ser nuestro principal antagonista. Más bien, la amenaza de la vida submarina a nivel global.

El peso tempestuoso del océano

Abzû, como puedes ver en nuestro detallado análisis principal, es un videojuego que concede grandes privilegios al plano artístico, definiéndose como un viaje jugable sensorial, donde se lleva a un extremo ­ —incluso peligroso— su carácter sustractivo para no ofrecer obstáculos. Sus sencillísimos puzles son escasos y limitados, el movimiento del personaje responde muy bien a nuestros comandos y lo hace con el timming justo, con lo que logra darnos la sensación de estar realmente debajo del agua. Sigue siendo una experiencia realmente fascinante, y sumergirnos en medio de un banco de decenas de peces llega incluso a abrumar.

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Al interactuar con el mundo contamos con un botón para activar diversos artefactos, mover elementos y conectar pequeños robots que nos ayudarán a seguir avanzando, y otro para agarrarnos a las especies marinas. La excelente música marca el tempo de cada localización, enaltece los momentos más espectaculares (mientras la cámara se aleja y alcanzamos velocidades de vértigo) y ensalza la poética experiencia que nos brinda el juego. Pero no llega a las cotas de Journey, no alcanza la variedad y longitud de RiME (Abzû dura entre 2 y 3 horas), ni adquiere identidad propia en el plano jugable como sucede en los títulos de Fumito Ueda.

El mar, condenado al eterno movimiento

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Matt Nava está especialmente emocionado con la llegada del juego a Switch, como ha manifestado en su Twitter oficial, y sospechamos que es porque, al fin, puede disfrutar del videojuego en cualquier parte. Uno de los elementos que más nos ha aportado en este nuevo viaje es tener la oportunidad de jugar a Abzû cerca del mar, bajo un brillante cielo y acompañados por los sonidos reales de olas, gaviotas y demás elementos característicos. Porque, más allá de su portabilidad, Abzû no ofrece nada particularmente destacable en su versión para la consola de Nintendo.

Se ha perdido la oportunidad de investigar concienzudamente un —opcional— sistema de control por movimiento, no se ha prestado especial atención a la vibración HD y, pese a que el juego luce a nivel visual muy bien, no alcanza la limpieza y nitidez de otras versiones. Los 30fps estables a los que se mueve el título tanto en dock como en modo portátil (con algunas bajadas en momentos de mucho estrés visual) sufren de una pérdida de resolución por debajo de los 720p en este último caso, pese a que los 1080p los mantiene jugando en la TV.

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Embriagados por el arte Andalusí

Definitivamente, queda lejos de las versiones 4K del juego disponibles a día de hoy, donde es apabullante apartado artístico dirigido por Nava nos trasporta a parajes de ensueño; donde la naturaleza se ve asaltada por elementos y localizaciones futuristas, ruinas de clara inspiración egipcia, y enormes salas que destacan por su detallado estilo arquitectónico hispanomusulmán. Como si estuviésemos visitando un Patio de los Leones situado en lo más profundo del mediterráneo.

Y es que el juego que nos ocupa se eleva en las sensaciones que produce, seduce por transmitir relajación y paz, y nos transporta a los escasos momentos donde el buceo ha sido el tema central dentro del mundo del videojuego, como sucede en sagas a la altura de Endless Ocean o Ecco The Dolphin. Esperemos no tardar mucho en volver a viajar a las inmensidades del fascinante océano. Y el pequeño (aunque inspirado) fragmento de Uncharted 4 no cuenta.

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Conclusión

Abzû para Nintendo Switch nos sigue fascinando a través de su inspirado y relajante apartado audiovisual. De una jugabilidad sustractiva que no pone trabas al jugador, el título de Nava queda lejos de las cotas de solemnidad de otros títulos del género —como el propio Journey de Chen, Santiago y Nava— , mientras que decide restar protagonismo a los puzles (como tan brillantemente consigue la saga Monument Valley). Su conversión a Nintendo Switch nos permite jugar en cualquier parte, embriagándonos de ese particular aroma de paz que describe el juego. Pese a ello, las nulas novedades (hubiese sido genial contar con un sistema opcional de control por movimiento) y el hecho de que visualmente queda por debajo de otras versiones, hacen que el videojuego que nos ocupa no desate su potencial.

Lo mejor

  • Su apartado artístico sigue siendo fascinante
  • La portabilidad le sienta de maravilla
  • La banda sonora del título es excelente

Lo peor

  • No hay novedades de peso en Switch
  • A nivel técnico queda por debajo de otras versiones
7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.