Polémica con la nueva política de distribución de beneficios de Steam
Los grandes éxitos percibirán un porcentaje de ingresos mayor, mientras que los que tienen menos posibilidades se sienten relegados a un segundo plano.
Valve ha emitido un comunicado donde anuncian una nueva política de distribución de beneficios a través de Steam donde las grandes compañías se verán beneficiadas respecto a los pequeños estudios independientes, que tendrán menos posibilidades para obtener ingresos de mayor cuantía.
Hasta la fecha, los juegos vendidos en Steam dividían los ingresos en un 70% para la desarrolladora y un 30% para Valve. Sin embargo, a partir de ahora cambia esta variable al ofrecer un 75% para el editor y un 25% para los de Gabe Newell siempre y cuando el videojuego en ciernes logra superar los 10 millones de dólares. Si el éxito es todavía mayor, con 50 millones de dólares, Valve percibirá el 20% y el editor el 80% restante.
Los estudios independientes no se callan
La polémica llega en el momento en que no hay cambios ni mención a los pequeños estudios, esos para los que vender esas cifras millonarias es un sueño inalcanzable al no contar con el capital necesario como para invertir en publicidad, marketing y demás métodos para hacerse oír. De este modo, los estudios independientes han elevado la voz al considerar desmesurado tener que alcanzar una decena de millones de dólares en facturación para optar a ese porcentaje mayor de beneficios.
Uno de os casos que mayor repercusión ha tenido en redes es el de Rami Ismail, autor del exitoso Nuclear Throne, que considera desproporcionado que se esté beneficiando solo a aquellos que ya de por sí tienen más posibilidades y, por el contrario, no abrir las puertas a quienes necesitan más esos ingresos para sobrevivir.
Brian Bucklew, padre de Caves of Qud, decía con un tono más irónico que estaba “alegre” de ver a juegos como el suyo facilitar la financiación de obras de mayor calado como Fallout 76 y Red Dead Redemption 2. El punto de vista mayoritario es de desafección con esta medida, que según manifiestan se está olvidando de dar voz y recompensar a los videojuegos que conforman una inmensa mayoría de las obras del catálogo de Steam en la actualidad.