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theHunter: Call of the Wild

theHunter: Call of the Wild

El monte en tu casa

Análisis: theHunter: Call of the Wild 2019 Retail Edition

Analizamos uno de los simuladores de caza más resultones y te contamos porque es mejor simulando paseos

Actualizado a

La desarrolladora sueca Avalanche se ha ganado indisputablemente el respeto de los jugadores con sus espectaculares juegos de acción en mundos abiertos. Con la saga Just Cause (que muy pronto recibirá su cuarta entrega) y el bien recibido Mad Max se han sabido posicionar como los reyes de las explosiones, siendo la mayoría de sus juegos un auténtico festival de las mismas. Mientras tanto, otro equipo dentro de la compañía lleva ya ocho años trabajando en algo que representa la antítesis más absoluta del resto del estruendoso catalogo de la compañía: theHunter. Este simulador de caza aun cuenta con su variante free2play, theHunter, que fue revitalizada con un modelo de monetización más tradicional en theHunter: Call of the Wild. Un año más tarde, este título y todo el contenido descargable lanzado posteriormente se recopilan en una 2019 Retail Edition.

Con este amplio paquete se solventan muchos de los problemas que pudiera tener Call of the Wild durante su lanzamiento, pero está gran cantidad de contenido no significa necesariamente que lo que tenemos entre manos sea de la calidad que debería. Problemas de diseño y una enorme cantidad de errores y problemas de optimización hacen que este ambicioso simulador no llegue a alcanzar la promesa de su premisa. Ello no quita que tengamos aquí una experiencia única y cautivadora y por ello theHunter: Call of the Wild es uno de los títulos más difíciles de valorar con los que nos hemos topado todavía. Conflicto y maravilla en casi todos los aspectos de su diseño lo convierten en una obra singular, pero defectuosa.

Un mundo entero donde cazar

Comenzamos nuestras andaduras escogiendo un destino inicial entre cuatro posibles escenarios donde cazar. Cada uno de ellos es masivo y ofrece distintas especies animales que perseguir, pero realmente dependerá de nuestro gusto donde prefiramos empezar. Una vez escogido podemos cambiar de escenario en cualquier momento sin consecuencia negativa alguna salvo la perdida del contenido no guardado. Esta gran variedad de contenido que proveen los diversos escenarios hace que la compra de esta nueva edición parezca casi esencial, pues cada uno de los mapas es francamente enorme y están repletos de contenido.

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Una vez realizada esta primera elección una voz con acento estereotípico del lugar escogido nos dará la bienvenida. Nuestra primera misión será siempre una toma de contacto con los sistemas y mecánicas de caza del juego, proponiéndonos identificar, seguir la pista y cazar a un animal cualquiera. Será aquí donde probablemente descubramos si este es un juego para nosotros o no, pues la rigidez en la simulación de theHunter es aparente desde estos comienzos.

Resulta que en theHunter:Call of the Wild, quizás para emular la sensación de caza que podamos tener en el mundo real donde la cantidad de animales es limitada, cuenta con un número extraordinariamente bajo de habitantes en su fauna. Quien esté buscando un juego donde cazar un buen número de animales en unas horas para desquitarse de los infortunios de su día a día se topará con una experiencia más centrada en pasear que cazar. Los animales son inteligentísimos y cuentan con tres sentidos que utilizan a la perfección: vista, oído y olfato. Así, deberemos andar constantemente en dirección contraria al viento para no ser olidos, agachados para no hacer ruido entre la maleza y escondidos para no ser detectados.

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Estos dos factores, la falta de abundancia de animales y lo difícil que es no ser detectado por los pocos que hay hacen que theHunter sea algo más parecido a un juego de sigilo en un mundo abierto que a una experiencia de caza virtual tradicional. Es natural que en un juego que se autodenomina como un simulador de caza no sea una estrategia viable recorrer el mapa corriendo, pues en el monte real los corzos estarían ya en el monte siguiente tras un buen trote por arbustos y ramas maltrechas, pero el jugador tiene que ser consciente de a lo que se enfrenta. Es común en este título estar periodos de tiempo cercanos a la hora andando agachado por el bosque sin encontrar ni rastro de vida o pista sobre donde se puede hallar.

El monte, en tu ordenador

Afortunadamente, el mundo de theHunter: Call of the Wild es uno de los más preciosistas del mercado. Cada uno de sus cuatro escenarios cuenta con un mapa expansivo hasta la saciedad, donde la vegetación es siempre la protagonista. Los montes de Oregón, una gran reserva alemana, la estepa siberiana o la sabana africana son los cuatro destinos a los que tendremos acceso y cada uno de ellos está perfectamente cautivado, transportándonos de manera perfecta a lo que sería una buena caminata por estos paradisíacos destinos. Que sea tan buen juego para dar un simple paseo es necesario, pues como ya hemos dicho se trata de la actividad que más tiempo nos ocupará, pero basta pasar cinco minutos disfrutando de la lluvia y abundante vegetación para darse cuenta de que aquí se ha conseguido algo excepcional con el diseño de terrenos y la creación de entornos creíbles.

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Insistimos mucho en la vegetación del título, pues se nota que es algo en lo que los desarrolladores han puesto mucho empeño y cariño. Cada animal del juego deja claramente marcado su rastro al pasar por un campo de rosas, por ejemplo, lo cual no solo crea el efecto de estar viviendo en un mundo poblado (aunque raramente vivamos a quienes lo pueblan) sino que nos ayuda a rastrear a nuestras presas. En ocasiones las huellas que dejen no serán lo suficientemente claras para estar seguros de su dirección, así que deberemos fijarnos en estos trazados para saber hacia donde se han dirigido. Brillante uso de un detalle tecnológico que podría ser trivial para ayudar a la jugabilidad.

Una vez encontremos a nuestra presa comienza la caza. Con nuestros prismáticos podremos marcarlas para que no se nos escape, aunque bastará que se escondan detrás de un arbusto para que esto sea completamente inútil. Por ello, desde que avistemos a una posible victima hasta que la acertemos con nuestro fusil nunca debe pasar mucho tiempo, pues a veces apenas medio segundo es suficiente para perder ese tiro seguro para siempre. Si a esto le sumamos que probablemente llevemos veinte o treinta minutos buscando un animal que disparar y que después de un tiro fallido en la zona circundante será aun más difícil de cazar, la tensión que hay detrás de cada disparo es mayúscula y hace que merezca la pena el duro proceso de encontrar animales.

Acertar a nuestra presa no siempre es garantía de ir a poder recolectar el trofeo y de hecho en nuestra experiencia la gran mayoría de las veces estas huían, sangrando, pero huían. Esto suele solucionarse con una corta persecución que suele acabar encontrando el cadáver de la criatura a pocos metros de donde le disparamos, pero en una excepcional ocasión seguimos a un alce durante más de tres horas, lesionado ya por tres tiros sin conseguir acabar con él. Durante esta extraordinaria persecución si encontramos y abatimos a un oso negro, haciendo que no fuera completamente en balde, pero admitimos soltar una carcajada cuando obtuvimos un logro por seguir más de cien rastros del mismo animal.

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Caza como quieras

Además de la caza tradicional el juego cuenta con la posibilidad de cazar con arco o emplear trampas y reclamos para atraer a nuestra presa. El arco nos pareció una muy atractiva alternativa a la caza tradicional con fusil, sacrificando precisión y rango a cambio de ser más permisiva con el jugador, que podrá disparar varias veces sin convertir toda la región en un páramo inhóspito por el ruido de su rifle. La caza por reclamo, sin embargo, sufre aun más de la lacra de animales. En cuarenta minutos de espera no encontramos un solo ciervo, a pesar de haber en teoría usado todo lo necesario para atraer a la madre de Bambi de la tumba si hiciera falta. En general, la jugabilidad de theHunter ronda entre lo excepcional y lo aburrido (o pacífico), reflejo quizás de la naturaleza del deporte que lo inspira. Mencionar también que aquellos que no gusten de matar a otro ser vivo podrán jugar del juego como si de un sucesor de Pokemon Snap se tratase, disparando con el objetivo de su cámara en lugar de un cañón.

El apartado tanto visual como sonoro es más que aceptable, si bien no perfecto. Los animales podrían estar mejor recreados, con conejos que parecen más bien poligonales y tecnología de pelaje muy por debajo de otros juegos contemporáneos. Los escenarios, como ya hemos mencionado, son espectaculares con una iluminación que resalta siempre a la perfección la belleza de los entornos. Pajaros, el viento y la poca fauna ambientan la jugabilidad con sus dulces sonidos, haciendo de este el juego perfecto para dejar de fondo mientras te echas una siesta. Quizás estemos frente a una de las mejores representaciones de la montaña idílica, un gran ejemplo de como no es necesario tener un entorno repleto de mazmorras o estructuras humanas para que sea interesante.

Por desgracia, theHunter tiene problemas serios que le impiden llevarse nuestra recomendación incondicional. Independientemente de que su lenta jugabilidad sea nuestro estilo o no, hay una gran cantidad de problemas técnicos algunos de los cuales hemos tenido la mala suerte de experimentar. Nuestra primera cazería, por ejemplo, finalizó cuando en nuestro intento de cazar un conejo “resbalamos” en una roca cercana. Nuestro personaje salió volando cientos de metros, precipitándose hacia una muerte severa que borró un par de horas de progreso explorando y buscando dicho conejo. En otra ocasión nuestro ordenador sencillamente se apagó, quizás abrumado por la excesiva cantidad de vegetación y partículas en el entorno, pero el caso es que no se trata de un ordenador modesto ni de algo que haya ocurrido con ningún otro juego, lo cual nos lleva a pensar que theHunter sencillamente no está muy bien optimizado.

Conclusión

Avalanche hizo un gran trabajo con el lanzamiento de theHunter y desde entonces ha sabido lanzar una gran cantidad de contenido para el mismo que ahora podemos conseguir a un precio algo más asequible. Pero eso no quita que problemas que el juego tiene desde el lanzamiento, que infinidad de errores técnicos sigan estando ahí, empañando la experiencia y haciendo que nunca llegue a alcanzar su claro potencial. Quizás si Avalanche pusiera algo de empeño en pulir theHunter:Call of the Wild estaríamos ante un simulador de caza capaz de trascender el nicho de los aficionados al deporte, pero mientras tanto seguimos teniendo uno de los referentes del género, un título que si bien no es perfecto ofrece una experiencia inigualable e inexistente en el mercado.

Lo mejor

  • La vegetación, de las mejores de nuestro medio
  • La tensión cuando encontramos un animal
  • Espectaculares entornos y calidad visual
  • Repleto de contenido en esta nueva edición

Lo peor

  • No incluye el último DLC
  • Para ser un juego de caza es casi imposible encontrar animales
  • Problemas técnicos, muchos y graves
7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.