Hipotética nueva Nintendo Switch: ventajas y desventajas de pantallas OLED
Repasamos los factores que pueden llevar a la compañía a continuar apostando por las pantallas IPS o, por el contrario, dar el giro al OLED.
Uno de los principales temas de conversación de esta semana ha sido el hipotético nuevo modelo de Nintendo Switch que, según fuentes cercanas a Takashi Mochizuki, periodista en The Wall Street Journal, llegará en 2019 con una pantalla mejorada. Uno de los aspectos de esa breve y poco clara filtración es la negativa de Nintendo a lanzarse por el OLED, sino que continuarían apostando por el IPS actual solo que abaratando costes sin renunciar a la calidad.
La tradicional invita a pensar que la firma de Kioto, tarde o temprano, hará nuevos modelos de Nintendo Switch. Si nos fijamos en Nintendo 3DS, lanzada en 2011, hemos tenido un total de seis versiones distintas (3DS, 3DS XL, 2DS, New 3DS, New 3DS XL y New 2DS XL), mientras que con Nintendo DS hubo cuatro (DS, DS Lite, Dsi y DSi XL), solo por citar las dos últimas generaciones portátiles.
¿Implica esto necesariamente que vaya a suceder lo mismo con Switch? No, pero Nintendo es una compañía que —tal como reflejan sus informes financieros— experimenta picos de ventas muy pronunciados con cada rediseño o cambio en su hardware. El principal punto diferenciador de esa “Nintendo Switch 2019” sería la mejora de su pantalla, así que vamos a evaluar las ventajas e inconvenientes de los paneles IPS (LED) y los OLED, así como los motivos que llevarían a Nintendo a renunciar al OLED.
Ventajas del panel OLED
Pero comencemos por el principio, ¿qué es una pantalla OLED? A nivel técnico, se trata de diodos orgánicos de emisión de luz capaces de emitir imágenes de mejor calidad tanto en color (negros más negros al apagarse al interpretar este color) como en iluminación (blancos más brillantes) que un LCD en todas sus variantes. Poco a poco, desde hace algo más de cinco años esta nueva tecnología se ha ido asentando en diferentes focos de mercado: televisiones, tablets, smartphones… e incluso consolas, como el modelo original de PS Vita lanzado en 2012; un panel que, a día de hoy, se sigue viendo de forma espectacular.
La imagen que ofrece un OLED es mucho más atractiva a la vista que un LED IPS, ya no solo en televisores, donde la diferencia de precio tan grande impide que aún sea el estándar en los hogares de los principales mercados, sino también en smartphones, donde las gamas más altas (Samsung Galaxy S9, iPhone X, Huawei P20 Pro…) ya optan por este tipo de pantallas para poder optar a esos frontales sin marcos, modelos “Edge”, etc.
Pero yendo más allá, el OLED permite que las fabricantes puedan producir modelos más ligeros, más finos y con más porcentaje de pantalla propiamente dicha. Asimismo, ahorrar en consumo de batería, algo necesario en modelos tan potentes y tan finos donde físicamente no caben baterías de alto amperaje. Es decir, son —casi— todo ventajas.
Entonces, ¿por qué Nintendo renunciaría a un panel OLED en una nueva versión de Nintendo Switch? Ni más ni menos que por el precio y la resistencia. Actualmente, fabricar un OLED es mucho más barato que antes, pero ni los proveedores de dichas pantallas son tan numerosos para abastecer a buen precio un producto como éste a gran escala. Pero fijémonos también en la otra cara del OLED, la menos buena, la que realmente puede marcar la diferencia para la firma liderada por Shuntaro Furukawa.
Desventajas de los paneles OLED
Respecto a los inconvenientes que tienen los paneles OLED en la actualidad, a pesar de que con el paso de los años sean más asequibles de producir y más resistentes, es que su durabilidad sigue siendo muy inferior a la resistencia que presenta el LCD.
El primer elemento a tener en cuenta es la degradación, algo que choca con la naturaleza de un producto que seguramente vaya a sufrir más de una caída y se vaya a usar por todo tipo de públicos. Nintendo no ha producido nunca una consola sin considerar estos aspectos; por eso suele optar por plásticos resistentes y no materiales más premium como los que pudo tener en su día PlayStation Vita, que además de una pantalla OLED de impresionante calidad, también dispuso de acabados de gama más alta (…y alto precio).
Luego se encuentra el factor de la fabricación, mucho más compleja y costosa. Compleja porque para lograr su uniformidad —especialmente aquí que son 6.2 pulgadas de diagonal— se tarda mucho más y el precio, con todo ello, se incrementa.
Sería, por este motivo, demasiado arriesgado que Nintendo optase por una pantalla OLED en un rediseño de Nintendo Switch, tanto por los años de vida que esta podría garantizar estando expuesta a golpes al no quedar cubierta en sí misma (como en una DS o 3DS), como por la pérdida de nitidez por el patrón de subpíxeles que incorporan. Con el paso del tiempo, la tecnología LCD no pierde tanta calidad, aunque en su etapa inicial de vida la diferencia sea muy evidente en favor del OLED.
Más alla de la pantalla
En definitiva: parece poco probable que, a medio plazo, Nintendo vaya a dar el paso a la pantalla OLED por cuestiones logísticas y de durabilidad. Ahora bien, seguramente a los jugadores de la máquina de los Joy-Con acoplables les preocupen más otros aspectos mejorables del actual diseño de cara a un modelo en 2019, 2020 o cuandoquiera que se lance.
Y tú, ¿qué opinas?