Cinco grandes juegos de PSX que no veremos en PlayStation Classic Mini
Recordamos algunos grandes títulos de la PlayStation original con menos popularidad que los clásicos más recordados de la consola.
El esperado -y en parte previsible- anuncio de PlayStation Classic Mini ha hecho, como no podía ser de otra manera, aflorar una buena cantidad de listas con los juegos que nos gustaría ver incluidos en ella. Evidentemente nosotros hablamos de esa hipotética lista, ya que por ahora solo hay cinco juegos confirmados y faltan nada menos que quince por saber. El catálogo de la primera consola de sobremesa de Sony es tan grande en cantidad y calidad que casi inevitablemente, veremos algunos de nuestros juegos favoritos fuera de la lista definitiva, pero lo que es seguro es que no estarán estos de los que os hablaremos a continuación.
Son todos ellos juegos fantásticos de la consola nacida en 1994 -en Japón, lo haría un año más tarde en Europa-, pero lejos de los focos de los Final Fantasy, Resident Evil, y otras grandes sagas que nacieron o se consolidaron en aquella generación. Sin embargo, no por ello deberíais dejar de jugarlos, aunque obviamente no sea algo sencillo a estas alturas.
Chase The Express
Conocido en EEUU con el más complejo título de Covert Ops: Nuclear Dawn, Chase The Express no es un juego excesivamente original, pero sí efectivo. Esa carencia de originalidad viene de la evidente influencia en cuanto a mecánicas -acción y puzles- y perspectiva -tercera persona con cámara fija- que que supuso Resident Evil, a lo que hubo que añadir la temática de espías antiterroristas que también pusieron de moda en la misma consola Syphon Filter y sobre todo, Metal Gear Solid. Un agente arquetípico, un terrorista ruso que amenaza con hacer explotar una bomba nuclear y un político secuestrado son ingredientes que firmaría el mismo Tom Clancy para cualquiera de sus novelas, con la peculiaridad de que el juego al completo se ambienta en un tren que recorre el este de Europa, y que completa uno de esos juegos de los que nadie habla nunca, pero que sin lugar a dudas, convence.
Parasite Eve 2
Difícilmente comprensible que Square Enix -entonces aún Squaresoft- nunca haya decidido continuar con la saga de Aya Brea tras The 3rd Birthday (PSP, 2011), pero más viendo lo excelente que fue esta segunda entrega. De hecho, se nota la especialidad de la desarrolladora nipona por aquel entonces, ya que la característica que hacía diferente a Parasite Eve II del resto de survival horror -género saturado en la segunda mitad de los 90- era el reparto de puntos de experiencia y dinero tras cada combate, amén de hacer gala de unas cinemáticas absolutamente espectaculares marca de la casa. Los puntos de experiencia, de hecho, hacían las veces de puntos de maná, ya que Aya disponía de poderes mitocondriacos basados en varios elementos -Fuego, Agua, Tierra y Viento- que se recargaban a través de esos puntos, contando con sendas barras de salud y poder. En definitiva, se trata de seguramente no el mejor, pero sí el survival horror más original que vio PlayStation.
Bloody Roar
Con Street Fighter pasando por un momento no demasiado bueno en consolas de sobremesa -PlayStation vería aquellos Ex de Arika-, fueron muchas las sagas o juegos que aprovecharon para darse a conocer. Soul Edge, Tekken, Rival Schools y el caso que nos ocupa, Bloody Roar. Desarrollado por Eighting/Raizing, un estudio semiolvidado desde el brillante Tatsunoko vs Capcom de Wii, su toque de distinción llegaba a partir de la capacidad de sus personajes de convertirse en criaturas mitad bestia, mitad humano, con solo pulsar un botón al llenar una barra de energía, dotando de complejidad a un sistema que tampoco era excesivamente profundo, ya que el combate se basaba en dos botones, uno para patada y otro para puñetazo. El juego original contaba con solo nueve personajes, pero gracias a los aparecidos en las sucesivas entregas, el total de luchadores de la saga alcanza casi los 30. Desgraciadamente, la competitividad del género y la mayor popularidad de otras franquicias dejaría Bloody Roar 4 como última entrega, allá por 2003.
Heart of Darkness
Si un estudio indie cualquiera hiciera hoy un videojuego como Heart of Darkness, medio mundo estaría rendido a él, pero la fórmula de niño busca a su mascota en un título de plataformas y puzles no tenía demasiado tirón en 1998. La desaparición del sabueso del protagonista, Andy, introduce los elementos sobrenaturales necesarios para hacer de este un juego aún más profundo, en el que tampoco faltaba cierto toque de acción aunque de manera secundaria. A pesar de ser un juego de aspecto sencillo y con apariencia incluso infantil, Andy podía llevar a cabo un buen puñado de acciones diferentes como bucear, escalar o mover objetos, además de poder morir de una gran cantidad de maneras, haciendo de él un juego mucho más profundo de lo que sugería su portada o temática.
Vandal Hearts
A Vandal Hearts le pasó lo mismo que a muchos otros JRPG, que vivieron en esta consola una segunda edad dorada tras la vista en SNES. Simplemente, hubo muchos otros bastante más populares, e incluso si pensamos en el mejor juego de rol nipón visto en PlayStation y creado por Konami, nunca pensaríamos en este, sino en Suikoden. A pesar de ello, podríamos estar hablando del otro gran JRPG táctico de la generación -tras FF Tactics-, ya que presentaba en las batallas un mapa distribuido en casillas en las que mover a nuestros personajes, y siguiendo un sistema de combate, por supuesto, por turnos, aunque las condiciones de victoria en cada batalla variaban completamente. La complejidad del juego era sorprendente para la época, ya que contaba demás con siete clases diferentes para los personajes, los cuales podían ir uniéndose al grupo a medida que transcurría la aventura, y los cuales conformaban una trama claramente a recordar dentro del género. Hablar de él como imprescindible tal vez sea exagerado en una época de tanta calidad en el JRPG, pero… casi.
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