Jump Force, el manga toma el relevo

Durante el pasado E3 2018, Bandai Namco anunció ante todo el público el lanzamiento de Jump Force, una producción que aglutinaba a las figuras más importantes del manga y las juntaba para darse mamporros. Un crossover de lucha de los de toda la vida, en otras palabras.

Con motivo de la Gamescom celebrada esta pasada semana, en Meristation hemos podido jugarlo por primera vez y las impresiones que sacamos son que ni estamos ante el producto tan malo que se habla en los foros ni ante el juego de lucha definitivo. Un punto medio que pasamos a comentar.

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Bandai Namco cuenta en casa con su principal enemigo. Dejando de lado Street Fighter, los japoneses tienen ahora mismo más que dominado el género de la lucha gracias a Soul Calibur, Tekken y Dragon Ball. Para colmo, Dragon Ball FighterZ, la última entrega de la popular serie, se ha convertido en el mejor videojuego de toda la historia de Dragon Ball tanto para crítica como público, y buena prueba de ello son los casi dos millones de copias vendidas en medio año y el buen hacer que están teniendo los torneos internacionales.

Si hacemos esta introducción es porque las comparaciones son odias, y Jump Force va a estar siempre en paralelo a algunas de estas producciones anteriormente citadas, sobre todo FighterZ. Y sí, va a salir perdiendo, ya que este desarrollo juega en otra liga.

Para empezar, el diseño. Pasamos de una estética anime a una completamente en 3D y cierto estilo realista. No luce mal en pantalla, por supuesto, pero no deja de ser algo diferente, más cuando se está tratando un videojuego que tiene como protagonistas a los principales personajes de la revista Shonen Jump. Los referentes son personajes de viñetas, algo que siempre choca cuando se lleva a las 3D.

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Lo jugado en esta demo de agosto está más pulido que lo presenciado durante el mes de junio en el E3. No obstante, sigue estando por detrás de lo esperado en un juego de estas dimensiones, tanto a nivel de modelado de personajes como del propio escenario, que se ve vacío y carente de objetos.

El plano jugable, por su parte, que es el verdaderamente importante, no nos ha defraudado tanto. Jump Force apuesta por combates alocados en un entorno tridimensional. La celeridad como nota predominante. La velocidad de los combos realizados para causar en el jugador la sensación de no saber qué se está haciendo, pero sí interiorizarlo de manera inconsciente. El juego mecánico como llave para todo.

En este sentido, Jump Force cumple con las expectativas y lo que tenemos es una rápida asimilación de botones entremezclados con ataques especiales. En este último punto en particular, cabe recalcar que todos los personajes que pudimos probar en la demo tenían sus ataques más importantes. De esta manera, y tomando a Goku como referencia, podíamos lanzar Kame Hame Ha o nuestra querida bola gigante.

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Si hubiera que ponerle un pero al respecto, el único que sacaríamos tiene que ver con la recreación final de estos ataques. Volviendo a FighterZ, si algo hace bien este título de lucha es apostar por la espectacularidad en los movimientos finales, de manera que el jugador sepa en pantalla que está ante un ataque devastador. Jump Force debe aprender (copiar) este elemento para que los propios combates ganen más dinamismo.

Como decíamos al comienzo, Jump Force nos ha dado una de cal y otra de arena. El apartado gráfico lo hemos visto algo más flojo de lo que esperábamos, aunque mejor que lo vivido en el E3. En cambio, el combate sí avanza por muy buen puerto y si saben conectar bien golpes normales con los especiales, la dinámica de peleas puede gustar a los amantes del género de fighting.

Lo positivo de todo este desarrollo es que el juego está previsto para 2019 -y nos da que más para finales de año que para comienzos del mismo-. Hay tiempo suficiente para recoger todo este feedback y que no se convierta en otro juego de lucha más de los que abundan en las tiendas.

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