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Guacamelee! 2

Guacamelee! 2

  • PlataformaPC9PS49XBONSW
  • GéneroAcción, Plataformas
  • DesarrolladorDrinkbox Studios
  • Lanzamiento21/08/2018 (PC, PS4)10/12/2018 (NSW)18/01/2019 (XBO)
  • TextoEspañol
  • EditorDrinkbox Studios

Gran secuela

Guacamelee! 2, Análisis

Guacamelee!, uno de los indies más aclamados, vuelve con una secuela a la altura. Análisis de la nueva aventura de Juan Aguacate

Actualizado a

Cuando el primer Guacamelee! inició su recorrido hacia el éxito, la escena independiente era un animal algo diferente a la monstruosidad que ahora conocemos. Ya Exhibía, porque siempre lo ha hecho, el impulso de los grandes clásicos que iban generando ese renacido gusto bidimensional, pero el mundillo indie aún andaba necesitado de sus propios iconos, y aquí encontró uno. El juego del luchador mexicano, convertido ya en todo un mito independiente, fue sin duda una de las primeras obras maestras de esta tendencia, y su protagonista uno de los personajes más carismáticos de aquél momento. Su vuelta era cuestión de tiempo si se tienen en cuenta las ventas del primer juego, pero la nueva aventura de Juan Aguacate no se conforma con el simple corta-pega: quiere más, y para ello no vacila en probar cosas nuevas gracias a las nuevas influencias aprendidas por el camino. Profundiza en lo que ya hizo bien y lo hace con tesón y acierto, pero también se come un taco bien picante relleno de lo más sabroso de las últimas propuestas indie; sobre todo, de los plataformas exigentes tan de moda ahora mismo.

El regreso de un gran luchador

Es inevitable hablar de los juegos con los que compartió pantalla la primera entrega si queremos comprender por qué es tan esperado este regreso. La oleada de los Limbo, Super Meat Boy y Braid ya había dejado claro entonces que los juegos bidimensionales volvían a estar de moda, pero el primer Guacamelee! coincidió más o menos en el tiempo con nombres como Towerfall Ascension, Mark of the Ninja, Outland o incluso Rayman Legends, a los que hay mucho que agradecer si pensamos en cómo se han consolidado sus propuestas visuales (lo mismo que las de Guacamelee!) en las estéticas más actuales de la escena indie. Además de por su aspecto visual, la aventura por esta genial caricatura del folklore mexicano nos ganó por lo bien que gestionaba su elemento Metroidvania, pero sobre todo por cómo manejaba unas peleas divertidísimas gracias a un sistema de combos que nos ponía a los mandos de una especie de beat em up con plataformas. Una fusión casi perfecta en la que ambas tendencias se abrazaban como nunca lo habían hecho. El problema de nuestro luchador es que la cosa ha ido evolucionando a fuerza de bombazo bidimensional cada pocos meses desde el ya lejano 2013. Tanto, que hace pocos días presenciábamos otra auténtica obra maestra con Dead Cells, en un año que ya venía repleto de fenómenos con los también impresionantes Celeste e Iconoclasts. Expectativas máximas, por tanto, para el estudio Drinkbox. De esas con las que es más fácil defraudar.

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Han pasado siete años desde la derrota del malévolo Carlos Calaca a manos del luchador Juan Aguacate. La vida familiar ha pasado factura a nuestro héroe, algo acomodado y fuera de forma cuando de repente es llamado a filas por unos chivos capaces de abrir portales interdimensionales. Si el humor casi surrealista del primer Guacamelee! ya era desternillante por momentos, la secuela se afana desde el principio en dejar claro que nada ha cambiado en este mexiverso. Cambios de dimensión pulsando un botón que son mecánicas básicas del juego se citan con pollos Illuminati miembros de una antiquísima sociedad secreta y, cómo no, una nueva amenaza en forma de otro luchador mexicano al que una máscara ha convertido al reverso tenebroso. La primera escena, una simpática parodia del icónico diálogo entre Richter Belmont y Drácula, es el ejemplo perfecto de cómo el juego se cachondea de sí mismo, mofándose de paso de la historia de los videojuegos (Zelda, Street Fighter, Final Fantasy, Pac-Man…). Lo bueno es que el cachondeo termina con lo argumental, ya que estamos ante un juego que se pone extremadamente serio en todo lo que marca la diferencia.

Evolucionando lo justo, profundizando lo necesario

Las primeras peleas y saltos con Guacamelee! 2 pueden llevar a una impresión equivocada si lo que vamos buscando es un cambio radical o la evolución a ultranza sin importar la base de la que se partía. Tengámoslo claro: el juego no revoluciona en ningún momento la fórmula marcada por su antecesor, y habrá de hecho quien lo considere demasiado continuista. Es más: los veteranos reconocerán de inmediato los sitios por los que aún no van a poder pasar, sabiendo exactamente cuál es la habilidad necesaria para conseguirlo, ya que el núcleo del juego vuelve a ser prácticamente idéntico en cuanto a las habilidades del personaje. Por lo demás, el juego nos vuelve a plantear una aventura metroidvania en la que la exploración del mapeado no tiene la importancia de títulos como Hollow Knight, ya que lo que prima aquí es el rock and roll más inmediato. Una flecha nos señala siempre el siguiente objetivo principal, que puede estar bastante lejos aunque el juego pone complicado que lleguemos a no saber por dónde ir. Esto no significa que no podamos pararnos a observar el campo o dialogar con los habitantes de las ciudades, que siguen planteando las consabidas misiones secundarias. Por lo que respecta al backtracking, todo está muy bien estudiado para no resultar pesado: tanto es así que, bien entrada la aventura, esos puntos a los que antes no podíamos acceder se convierten en atajos o desafíos secundarios que demuestran que Drinkbox se ha tomado muy en serio el diseño de todo este mundo. Lo mismo sucede cuando nos damos cuenta de lo bien que funcionan algunos sectores si los recorremos al revés con una nueva habilidad recién adquirida (algo en lo que parece haberse tomado buena nota del gran Ori and the Blind Forest). En definitiva, si bien es cierto que se trata de un mapeado mucho más concreto que el de los grandes Metroidvania, lo cierto es que su tamaño resulta ideal para sacar partido a las virtudes que el juego pretende poner en valor.

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Cambiando el paradigma

Las peleas y las plataformas son las guitarras y la batería de ese rock and roll mexicano que es la jugabilidad de Guacamelee! 2. Ambas cosas, saltar y no dejar descanso a los puños, son dos mecánicas de toda la vida de las que se ha usado y abusado hasta la saciedad, por lo que el éxito o fracaso de un videojuego que se centre en ellas se mide por lo bien que se haya conseguido insuflarles aire fresco. Continuando la racha virtuosa de este 2017, Guacamelee! 2 consigue no inventarse nada esencialmente nuevo, pero reviste al mismo tiempo sus logros de una compacta sensación de novedad en muchos momentos. Más que su modo cooperativo (que puede llegar a ser muy caótico y no funciona en muchas partes del juego) o el mejorado sistema de desbloqueo de nuevas habilidades (que tampoco lo pone muy complicado para llegar al final con casi todas las posibilidades en nuestro poder), está muy claro que lo que más ha preocupado en Drinkbox ha sido diseñar una tremenda cantidad de situaciones que explotan a la perfección el control del protagonista. Recordemos, llegados a este punto, que Juan es un personaje que ya gozaba de unos movimientos que se adaptaban como un guante a todo lo que sabía hacer, fuese pelear o saltar. Aquí es donde Guacamelee! 2 muestra de nuevo su mejor cara. La integración entre peleas y plataformas no es nueva; sí lo es el nivel de profundidad y posibilidades contrastantes que se han alcanzado esta vez, que llevan a plantearse si se podrá hacer algo aún más profundo con este universo. Así de bien hecho está.

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Por la vertiente de las peleas, resulta admirable comprobar el ingenio que se ha puesto a la hora de generar combates con condiciones demenciales, que dejan muy atrás las que ya vimos en el primer juego. Un buen ejemplo puede ser una pantalla en la que nos enfrentamos a unos globos a los que podemos destruir usando nuestros puños…o el cambio entre dimensiones para activar unas plataformas de lava. El nivel de dificultad es nuevo, pero todo funciona a la perfección y, sobre todo, aprovecha con un talento impresionante una de esas ideas que el juego va enseñándonos poco a poco a lo largo de la campaña. Lo mismo puede decirse de las secciones más puramente plataformeras, que han asimilado a la perfección las lecciones de títulos como Rayman Legends o el más reciente Celeste, en un ejercicio de diseño a la altura de los mejores que tampoco deja de sorprendernos hasta el final. Destacan en este sentido los dos últimos templos, pero lo cierto es que el nivel de fantasía resulta tan espectacular como bien repartido a lo largo de todo el juego. No importa dónde pongamos el foco: peleas, desafíos adicionales ultra difíciles, secciones de plataformas, momentos a lo bullet hell o esos pequeños templos en los que entramos convertidos…en pollo luchador. Un montón de ideas que, sin embargo, sobrecargan el control en exceso a base de combos, habilidades a combinar y cambios de dimensión con timings extremadamente estrictos. Puede llegar a ser agobiante, y a buen seguro nos tragaremos alguna que otra muerte como consecuencia del número de acciones a memorizar.

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Un mexiverso más brillante

Aceptada la premisa de que todo en Guacamelee! 2 es una ampliación de lo que funcionó bien en el primer juego, nos hacemos también una idea de lo que ha sucedido a nivel visual y sonoro en el mexiverso. Tampoco se puede decir que haya una revolución a nivel tecnológico, pero los años transcurridos también han sentado bien en este frente. El nuevo engine de Drinkbox se demuestra más solvente en cuanto a la cantidad de elementos en pantalla, pero sobre todo amplifica el nivel de detalle de los escenarios, que llega a ser excelente. En cualquier caso, lo que más entra por los ojos en Guacamelee! 2 es su paleta de colores y lo bien que se ha trabajado este aspecto para crear un estilo artístico poderoso. También hay que hablar bien de su banda sonora, con ecos que van del chill-out al folklore mexicano, y algunos temas francamente bien compuestos. Nada que no esperásemos, ya que hablamos de un juego independiente de la categoría más alta. Se agradece, como también alegra comprobar que la duración, uno de los aspectos más criticados del anterior juego, ha aumentado; sobre todo si nos planteamos patearnos la totalidad del mexiverso o superar la dificultad difícil: esto último es un reto para virtuosos.

Conclusión

Peleas con toneladas de posibilidades contrastantes integradas con mano experta. Plataformas que recorren la práctica totalidad de la historia del género. Backtracking bien medido a lo largo de una campaña que nos enseña ideas nuevas hasta el final, junto con un nuevo sistema de progresión y un pollo luchador que no deja de sorprendernos. Todo lo que hizo grande al primer Guacamelee! vuelve tan amplificado como esperábamos. En pleno año dorado para los juegos bidimensionales, Guacamelee! 2 es una gran noticia para quienes aman los desafíos a la antigua: una gran secuela que pondrá complicado hacer algo aún más profundo con este mexiverso.

Lo mejor

  • Profundiza hasta lo más insospechado en las buenas ideas del original
  • Su aspecto visual y artístico
  • Duración y dificultad a la altura. Una apuesta hardcore
  • Las posibilidades del pollo luchador

Lo peor

  • Algún momento de caos al final de la campaña, a base de acumular enemigos
  • Existen problemas de imprecisión a la hora de saltar entre plataformas mientras cambiamos entre el mundo de los muertos y el de los vivos
9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.