Las 10 claves del primer Red Dead Redemption, un clásico moderno del western
Revisitamos Red Dead Redemption, el título de Rockstar que revolucionó el género western en videojuegos, para dar con las claves que lo hicieron único
Quedan algo más de dos meses para poder tener Red Dead Redemption II en nuestras consolas. La campaña de marketing de Rockstar empieza a hacerse muy presente y las ganas de cabalgar por el salvaje Oeste americano se empiezan a incrementar exponencialmente. A modo retrospectivo y para matar un poco ese insistente gusanillo, en Meristation hemos decidido revisitar el juego original y extraer las claves que hicieron del título de Rockstar el referente indiscutible del género, y uno de los juegos de mundo abierto más celebrados de los últimos años.
El Salvaje Oeste como nunca antes lo habíamos visto
En los videojuegos hemos visto un poco de todo ya, ciudades post-apocalípticas, urbes metropolitanas, el espacio exterior… pero un género bastante pendiente siempre ha sido el western. Cierto es que hay juegos como Gun, Call of Juarez o el propio Red Dead Revolver, predecesor espiritual de Redemption, que han puesto su granito de arena en ello, pero nada comparado con el coloso que Rockstar lanzó en 2010. Red Dead Redemption es un juego enorme y ambicioso, y hacía de su mundo una representación del Salvaje Oeste insólita hasta el momento.
El juego de Rockstar respira western de principio a fin, desde sus vastos parajes rurales, con desiertos y montañas hasta las arenosas calles de las diferentes aldeas, asentamientos y ciudades. Es una época sin ley, llena de forajidos que cabalgan a sus anchas. La tecnología, la arquitectura, y todo el imaginario y los tópicos de la época están ahí. Salones donde emborracharnos, caballos que cabalgar, Winchesters que disparar, criminales de los que vengarnos... hasta pequeños detallitos como escuchar el famoso grito Wilhelm cuando disparamos a ciertos enemigos o el matojo rodante que cruza por delante de nosotros forman parte del mundo del juego.
Un mundo abierto con el sello Rockstar
El mundo de Red Dead Redemption no es excesivamente grande ni denso comparado con los estándares actuales, tampoco tan variado como el de futuros juegos de la compañía como GTA V, pero es icónico, exótico, y a menudo impredecible. Cholla Springs, Armadillo, Escalera, o la ciudad de Blackwater son algunos de los lugares más emblemáticos del juego que, años más tarde, aún resultan fáciles de recordar. Acompañados de una extraordinaria banda sonora de Bill Elm y Woody Jackson, que reúne composiciones originales y temas conocidos, cabalgamos este entorno rural con zonas bien diferenciadas y lleno de actividades por hacer.
La historia principal sirve a modo de hilo conductor y está fragmentada en misiones que nos encargan diferentes personajes principales en zonas características del mapa, lo que nos aleja de los famosos (o infames, según como se mire) iconos de exclamación que estaba poniendo Ubisoft de moda en ese momento para darnos una estructura menos rígida. Las misiones secundarias tampoco se quedan atrás, su narrativa está muy cuidada y las aventuras que vivimos con ellas son de lo más variopintas. Para terminar de redondear nuestra visita al Oeste, hay un buen número de actividades a las que podemos acceder en las ciudades, como jugar al póker, ir al cine o batirnos en duelos contra lugareños.
Una historia de redención
En Red Dead Redemption nos ponemos en la piel de John Marston, un ex forajido que ahora se ve obligado a dar caza a sus viejos compañeros para saldar la deuda de sus crímenes con el gobierno. La trama del juego nos emplaza al año 1911 para hacernos vivir una historia que es puro western. Venganza, traiciones, y aventuras en ambos lados de la ley nos esperan en esta representación del Oeste americano que, como podemos esperar de Rockstar, es oscura, adulta y cruel, pero también a ratos irónica, satírica y llena de comentarios políticos. El espíritu del juego viene representado por un elenco de personajes verdaderamente memorable, entre los cuales destacan el embaucador West Dickens, el loco Seth o el revolucionario Abraham Reyes. Todos ellos terminan de dar forma a un argumento muy redondo que concluye con uno de los finales más icónicos de su generación.
John Marston, un protagonista a la altura
A pesar de lo que pudiera parecer a primera vista, Marston se aleja de los granujas habituales de Rockstar y desde luego es mucho más que un arma. Uno de los grandes aciertos del estudio con Red Dead Redemption fue ponernos a los mandos de un individuo lleno de matices, lo que lo convierte en un personaje interesante para hacer del típico rol videojueguil del “recadero”. Marston es gruñón, misterioso y está atormentado por su pasado, pero también puede ser bondadoso y muy ingenuo. Sus deseos por ser mejor persona son genuinos, como también lo son los remordimientos contra todo aquel que quiera poner en peligro a aquellos que quiere. La magnífica interpretación de Rob Wiethoff, al que por cierto apenas se le volvió a ver el pelo en la industria tras ese trabajo, elevó aún más el que es hasta el momento uno de los personajes más tridimensionales del estudio, con un conflicto personal creíble que hacía que nos preocupásemos por él.
Tu caballo y tú
En Red Dead Redemption, como en tantos otros mundos abiertos, la movilidad por el mundo es uno de los pilares principales. En este caso cabalgar a caballo se convierte en un aspecto clave, casi omnipresente, del juego. Cabalgar en RDR no es solo necesario para movernos por el mundo, es además tremendamente satisfactorio. El caballo es responsivo, cómodo y preciso. Rockstar usó tecnología de captura de movimiento para los animales con el fin de crear caballos con movimientos, tics y anatomías realistas y el resultado, varios años más tarde, sigue siendo bastante impresionante. El juego crea una mitología alrededor de estos animales y los convierte en mucho más que un mero medio de transporte, con diferentes razas que conocer y domar, o actividades como el ganado. La relación con nuestro caballo es también un aspecto fundamental del juego, y nuestra familiaridad con el animal se recompensa con mejoras en la barra de resistencia o en su movilidad.
Cuando llueven las balas
Quizás por el gran trabajo sonoro del juego, quizás por las animaciones, quizás por el control y las mecánicas de cobertura, o quizás por una mezcla de todo, la acción en RDR es rápida y estimulante, con armas variadas que se van desbloqueando conforme el juego avanza. El apuntado semiatomático sigue siendo aún hoy razón de debate para muchos jugadores, que opinan que facilita en demasía la tarea de disparar, pero lo cierto es que por otra parte convierten al juego en una satisfactoria fantasía de poder protagonizada por un pistolero hábil como pocos. Para reforzar esta sensación cobra especial presencia la mecánica del Dead Eye, heredada directamente de su predecesor, y uno de los pilares principales de la acción del juego. Con el Dead Eye activamos una suerte de slow motion que nos permite marcar varios enemigos para luego acabar con ellos en un suspiro. Ni Clint Eastwood podría hacerlo mejor.
¿Ser respetado o temido?
Con Red Dead Redemption Rockstar coqueteó con un sistema de karma para su mundo abierto (sistema, por cierto, confirmado para la secuela). El sistema de honor nos permite hacer de Marston un indispensable brazo derecho de la ley o un temible forajido. La balanza se decanta para un lado o para otro según hacemos misiones e interactuamos en el mundo del juego. Ciertas misiones pueden completarse de un modo pacífico u otro más violento, asimismo, acciones como capturar a forajidos con el lazo en lugar de acabar con ellos nos hacen personas más honorables.
Era un sistema con implicaciones no extremadamente notables, pero sí generosas dentro del mundo del juego. Según el nivel de honor de Marston, las tiendas podían hacernos descuentos en sus productos o, por el otro lado, con un nivel de honor muy bajo los lugareños estarían atemorizados de nosotros y no se chivarían de nuestros actos delictivos a la policía. De forma complementaria, el juego cuenta con el sistema de Fama, un medidor que mide nuestro progreso en el juego, y que nos permite convertirnos de un don nadie a una leyenda.
Eventos aleatorios, un entorno impredecible
Personas en apuros, ladrones que se dan a la fuga, tiroteos improvisados entre bandas… Además de las misiones y las actividades del juego, Red Dead Redemption cuenta con un sistema de eventos aleatorios que añaden variedad al juego y hacen que su mundo parezca un espacio más vivo y orgánico. Además de fomentar que estuviésemos siempre alerta a nuestro alrededor. Estos eventos aparecían sin previo aviso en el mundo cerca de nosotros y podíamos tomar parte en su resolución. El sistema fue muy bien recibido y Rockstar volvió a introducirlo en GTA V. Con ellos, cada viaje en caballo a un nuevo destino puede ser una oportunidad para vivir todo tipo de situaciones.
El Multijugador, cabalgando en compañía
Antes de hacer el cabra por Los Santos, los jugadores de RDR podían cabalgar juntos por el Oeste americano, cazar animales, atrapar forajidos o enfrentarse a otros jugadores. Un multijugador que, por cierto, sigue activo a día de hoy para todos aquellos vaqueros que prefieren montar en compañía. Hasta 16 personas pueden entrar en un servidor e interactuar entre sí, formando bandas o yendo en plan lobo solitario. Aunque también cabe la posibilidad de entrar en partidas más clásicas como Todos contra todos o Duelo por Equipos, el principal atractivo de este multijugador es el llamado Modo Libre, que pone el mundo abierto del juego principal a nuestra disposición para realizar actividades con otros jugadores. Las misiones cooperativas es otro de los elementos más interesantes de este modo: una pequeña campaña que traslada la experiencia del modo un jugador a un grupo de amigos (o desconocidos) conectados a través de la red.
Undead Nightmare, una de vaqueros y zombis
En una época en la que la palabra DLC era fuente de odio más que de alegrías, y el mercado estaba saturado de contenido zombi, Rockstar lanzó Undead Nightmare, una expansión tanto para el modo individual como multijugador de Red Dead Redemption que reunía ambas. Undead Nightmare lleva el apocalipsis zombi al mundo del juego, y cuenta una historia que apuesta por completo por el tono satírico y de serie B, pero que se toma en serio a sí misma y a los personajes que introdujo el juego original. Se trata de una expansión con contenido de sobra para entretenernos durante horas, con añadidos tan interesantes como poder domar a los Caballos del Apocalipsis, y una experiencia casi tan divertida y memorable como la que ofrecía el juego original ¿Volverá de algún modo en la secuela?
- Acción
- Aventura
Red Dead Redemption es un western épico que se desarrolla a comienzos del siglo XX cuando no rige la ley y las tierras no productivas comenzaron a dar paso a la ampliación del alcance del gobierno y a la difusión de la era industrial. La historia del antiguo forajido, John Marston, Red Dead Redemption lleva a los jugadores a una gran aventura a lo largo de la frontera americana.