Análisis: Warhammer 40000: Inquisitor – Martyr

De los creadores de Incredible Adventures of Van Helsing llega Warhammer 40,000: Inquisitor – Martyr, se trata de un juego del género Acción RPG desarrollado por Neocore Games. Una desarrolladora que si bien, aún se mantienen dentro de los perfiles de lo indie, ya es bastante diestra a la hora de hacer este tipo de juegos. Para comenzar este análisis es necesario que demos un paso adelante pues, el juego nos sumerge dentro de un universo lleno de magia, viajes astrales, demonios, oscuridad, luz, caos, paz, misterio y un sinfín de elementos que realmente terminan por sumar demasiado, llegando a desbalancear los elementos interactivos.

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Warhammer 40K: Inquisitor – Martyr no es el juego que pensamos que sería cuando veíamos sus previews pues, en lugar de que todo se sitúe dentro de una sola nave, nos topamos con un universo entero a donde podremos ir sin problema a enfrentarnos a demonios de uno en uno, en equipos, en defensa por hordas y hasta peleas con lo que parecieran ser jefes finales. Esta cualidad viene de la mano a la capacidad que, como buen título del género Acción RPG nos ofrece al subir de nivel y potenciar ciertas habilidades de nuestro personaje, independientemente de su clase (Psyker, Crusader o Assasin, junto con todas las variantes de cada uno).

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Las dinámicas del juego nos permiten tener habilidades distintas y observar animaciones que, en definitiva, son más de lo que esperaríamos ver en un juego con tantas opciones para hacer. El objetivo por lo general es simple, avanzar a las zonas seleccionada e ir liberando de enemigos todos los stages que vayas encontrando, de sector en sector. Al principio el juego es bastante sencillo y cuesta creer que en algún momento uno o más de los enemigos que te encuentres te rindan una buena batalla con miedo a morir, pero, cuando los niveles avanzan y los requerimientos crecen deberás pedir ayuda de alguna manera y tomarte muy en serio todas las tácticas.

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Las mecánicas de personalización de las habilidades no hacen grandes mejoras superficialmente, se tratan meramente de mejoras en el combate que, hasta que no te veas en momentos de riesgo podrás notar. Las armas las puedes ir ganando, encontrando o comprando, de cualquier forma, las mejores siempre las encontrarás durante las batallas, pero, ojo, que una batalla que te represente un gran reto no es sinónima a que te devolverá grandes y gloriosas recompensas.

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