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Homo Machina

Homo Machina

Érase una vez el cuerpo humano y Fritz Kahn

Homo Machina, análisis

Aventura de puzles y exploración del estudio Darjeeling en la que descubrimos el funcionamiento del cuerpo humano a través de la óptica y el arte inspirado en Fritz Kahn

Homo Machina es una aventura de exploración para iOs y Android en la que conocemos el cuerpo humano a través de unos puzles cuya resolución descubriremos por prueba y error. El diseño de niveles y el apartado gráfico está inspirado por Fritz Kahn, divulgador científico que explicaba el funcionamiento del cuerpo humano como una fábrica. En un momento en el que los videojuegos vuelven a ser señalados como una actividad nociva, resulta acertada la llegada de un título educativo que demuestra el lado más saludable de este tipo de ocio. 

En Homo Machina, conoceremos el cuerpo de nuestro protagonista durante una jornada de su día a día, pero en el que un evento especial le sacará de su rutina: una cita con una mujer. En el cerebro se encuentra el despacho principal de la empresa que se dedica al funcionamiento vital. El director será la personificación de los sentimientos y pensamientos de nuestro personaje principal, y dará las órdenes a su secretaria Josiane, quien se encargará de coordinar los diferentes departamentos del cuerpo humano.

Darjeeling es el estudio francés creador de Homo Machina, con el que aspiran a demostrar que la ciencia es divertida, a la vez que promueven el trabajo de Fritz Kahn. En una trayectoria llena de documentales y series de animación, muestran un gran interés por las experiencias interactivas, como Palais de la Découverte, una exposición virtual científica en la que el usuario navega mientras un guía le conduce. No es de extrañar que los videojuegos también figuren en sus intereses: En el campo lúdico, hallamos Californium, una aventura narrativa y de exploración inspirada en la obra de Philip K. Dick, en la que un escritor busca la salida de su propia espiral de drogadicción, navegando por una realidad psicodélica. Speedfarming, de corte más educativo, es un título de gestión en el que descubrimos, mediante el mantenimiento de una granja vertical, cómo la tecnología hace la vida urbana posible. En una línea similar a la de impulsar la enseñanza a través del juego, nos presentan Homo Machina, producido por ARTE France y Feierabend!, con el respaldo del CNC (Centre National du Cinéma et de l’Image Animée) y Medienboard Berlin-Brandenburg. Esta aventura educativa de exploración y puzles ha sido nominado como el Mejor Juego para Móvil /Tablet en la Game Connection de San Francisco de 2018. 

Érase una vez el cuerpo humano y Fritz Kahn

Con Homo Machina, no sólo aprenderemos el funcionamiento del cuerpo humano, sino que nos acercaremos a la obra de Fritz Kahn, ginecólogo y cirujano alemán interesado en la accesibilidad del conocimiento. En sus ensayos mezclaba el placer visual con la divulgación científica. Kahn planteaba el funcionamiento del cuerpo humano como el interior de una fábrica, y así es como lo transmitía en su obra, redactada desde enfoque llano y no alejado del rigor. Su obra más conocida fue La vida del hombre, en la que a través de ilustraciones de un estilo preciosista que reflejaban el símil de Kahn de naturaleza y tecnología, junto con textos sencillos y elegantes, Kahn acercaba la ciencia al pueblo desde una óptica artística. Perseguido por el nazismo, sus obras fueron prohibidas y quemadas, e incluso plagiadas por Gerhard Venzmer, médico del régimen nacionalsocialista que utilizó las ilustraciones y estudios de Kahn para crear su propia obra, a la que añadió sus propios ensayos sobre las razas. En su exilio en Estados Unidos y en sus estancias posteriores en Dinamarca y Suiza, Fritz Kahn prosiguió con el estudio científico y la divulgación. Décadas más tarde, Darjeeling recupera el espíritu de Fritz Kahn a través de un videojuego inspirado en su obra, con el propósito de instruir mediante el entretenimiento.

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En Homo Machina emprenderemos el viaje educativo y lúdico, con algunos toques de humor, y que no nos llevará más de una hora de juego. Viviremos el día de un hombre al que le aguarda una cita con una mujer tras finalizar la jornada laboral, y descubriremos los sistemas que se activan durante las horas de trabajo y en las de ocio, así como en sus tareas cotidianas como tomarse el desayuno o limpiarse la nariz. La narrativa nos hará conectar con un protagonista que vive una situación con la que es fácil identificarse: los nervios previos a un encuentro romántico, los desastres torpes y la ilusión por la persona amada. En cuanto al contenido instructivo, éste resulta bastante ligero, puesto que el juego huye de la sobrecarga de información para permitir que el propio jugador llegue a sus propias conclusiones a lo largo de la partida. 

Descubriendo las funciones vitales a través de puzles

Cada fase representa una función vital de nuestro protagonista, y para llevarla a cabo deberemos resolver un puzle del que no obtenemos ni pistas ni tutoriales. Hallaremos la solución observando la pantalla, tratando de relacionar la actividad orgánica presentada con los mecanismos que se nos muestran. Y después, a través de la pantalla táctil, exploraremos mediante y prueba y error hasta dar con el resultado correcto: ¿Para qué sirve esta palanca? ¿Cómo hay que combinar estas válvulas? Por supuesto, la ciencia ha evolucionado mucho desde la obra de Kahn, y nuestros conocimientos de anatomía son mucho más amplios que el del ciudadano medio en los años 30. Asimismo, cabe recordar que los escenarios del juego no son realistas, si bien aspiran a plasmar el símil del cuerpo humano con una fábrica de los años 20-30. No obstante, con Homo Machina refrescaremos nuestros conocimientos desde una óptica mucho más divertida que la lectura de un libro de texto, a la vez que nos deleitamos con su apartado artístico.

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Cada rompecabezas será único y no habrá dos iguales, si bien en una ocasión habrá que visitar por segunda vez el aparato locomotor. Asimismo, la interacción deberemos descubrirlas por nosotros mismos, de la misma forma que comprobamos cómo funciona un juguete nuevo. Presionar un botón, deslizar el dedo sobre un émbolo, frotar un frasco para agitarlo… y después comprobar el resultado para ver cómo las piezas del puzle encajan. Los niveles ofrecen un desafío justo, si bien se requiere cierta capacidad de memoria a corto plazo, observación y lógica, así como rapidez de acción y sincronización en un par de fases.  

El fin del viaje será satisfactorio y emotivo, no sólo a nivel argumental, sino personal. La historia nos dejará con una sonrisa y el deseo de que la vida académica esté más conectada con un entretenimiento en el que no sólo aprendemos ciencia, sino también arte. Tal vez echemos en falta una posibilidad de rejugabilidad, si bien a veces es apreciable disponer de un título portátil, bello, cálido y breve. Cabe mencionar que no todos los sistemas del cuerpo humano están cubiertos en Homo Machina, lo cual podría abrir la puerta a futuras secuelas. 

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Un digno homenaje a Fritz Kahn

Fritz Kahn es el eje de inspiración de Homo Machina, y así lo refleja el apartado artístico del juego, dirigido por el ilustrador Olivier Bonhomme. Con un estilo gráfico que imita casi a la perfección la obra de Kahn, la aventura por el cuerpo humano resulta una delicia visual, subrayada por una paleta de colores en la que se combinan los colores vivos y los ocres, con un momento especial que rinde homenaje a la fotografía en blanco y negro. El vestuario de los personajes sigue la moda de los años 20-30, así como la arquitectura de la fábrica que sirve como alegoría del cuerpo humano, lo cual facilita la ambientación a una época que vemos con cierto romanticismo. Por otro lado, los operarios y dirigentes de la fábrica no poseen rasgos faciales, si bien su mayor expresividad reside en sus vivaces diálogos. La localización al castellano es digna de elogio, no sólo por haber cuidado la redacción y ortografía de cada texto, o por haber adaptado los carteles de la fábrica, sino por mantener la concordancia en los puzles que se basan en la construcción de una frase. 

El compositor Xavier Thiry ha creado una banda sonora de estilo jazz cuya base principal son el violín y clarinete, en un tono alegre que evoca la euforia típica del enamoramiento. También hay temas de base electrónica y ritmo relajado que nos acompañarán mientras nos enfrascamos en la resolución de un puzle. Cabe destacar que hay rompecabezas en los que el sonido es imprescindible, sobre todo en las fases que tienen que ver con el sistema auditivo. 

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Si algo puede manchar la experiencia de Homo Machina son los ocasionales fallos técnicos que nos impedirán resolver un mecanismo. Afortunadamente, la partida se guarda automáticamente tras cada puzle, con lo que no se perderá gran parte del progreso. Pese a ello, Darjeeling nos propone una breve aventura que merece la pena jugar y que nos emocionará, mientras nos enseña el funcionamiento del cuerpo humano y nos acerca a la obra de Fritz Kahn.

Este juego se ha analizado en su versión para Android.

Lo mejor

  • Una propuesta original, que combina el arte con la divulgación científica
  • La excelente integración de la parte instructiva en la partida
  • Un apartado artístico que homenajea a Kahn a la perfección
  • Una lograda ambientación en los años 30
  • Cada puzle es único, lo cual aporta mucha frescura a la partida
  • La exclusión de tutoriales que invita al jugador a explorar por sí mismo

Lo peor

  • Falta de rejugabilidad
  • Algunos fallos técnicos, aunque muy ocasionales, pueden impedir el progreso
8.7

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.