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5 razones para no perderte Octopath Traveler

Square Enix ya tiene a punto de caramelo el que será con toda probabilidad su gran juego para este año y uno de los títulos más importantes de la primera etapa vital de Nintendo Switch. Lo hemos jugado más de 25 horas y os contamos cinco cosas que tenéis que tener en cuenta.

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Queda menos de una semana para que Octopath Traveler llegue a las tiendas y la sensación que se respira en el ambiente es la de que estamos frente a uno de los juegos del género más importantes de los últimos años. Square Enix ha apostado todas sus cartas a una propuesta diferente, un título que se aleja de los gráficos tridimensionales, las cinemáticas pomposas y la tecnología de última generación para dar la oportunidad a su equipo de sacar adelante algo que se mira, de tú a tú, con los clásicos de la compañía. Hemos jugado 25 horas a la versión final, pero antes de que publiquemos nuestro análisis queremos destacar cinco razones por las cuáles si tenéis una Switch y os gustan los JRPG, no deberíais perder de pista el juego.



Es como los de antes

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Se puede intuir por las imágenes y los vídeos, pero una vez nos ponemos a los mandos de Octopath Traveler es imposible no retroceder varios años atrás en el tiempo. Masashi Takahashi, productor del juego, y Yasunori Nishiki, su compositor, cuentan ahora mismo con 33 años y han crecieron en la edad de oro del JRPG, con los clásicos de Super Nintendo y MegaDrive. Y se nota. Aquí es más importante la puesta en escena que el aturdir al jugador con información, el cómo se presentan las situaciones, el detalle dedicado a cada elemento presente en pantalla, desde lo pasivo (fondos, diseños en sí) a lo activo (combates, interacciones). El ritmo de juego es pausado, así que preparaos para leer muchísimo texto incluso en algún caso, más de una hora de charlas antes de combatir con ciertos personajes, pero todo tiene su lógica. Como los JRPG que marcaron a toda una generación. Octopath Traveler sabe tocar las teclas adecuadas para devolvernos a ese tiempo y en algunos momentos incluso mimetizar los grandes recuerdos de Final Fantasy VI o Chrono Trigger. Por ahora no podemos decir mucho más, pero hacednos caso: es, y se siente, como los de antes. Pero de verdad, sin medias tintas.

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Ocho personajes, ocho historias

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Si bien no es raro que en un JRPG contemos con varios personajes controlables, lo que otorga a Octopath Traveler un cariz diferenciador es el hecho de que más que simples personajes, lo que se nos plantea son los puntos de vista. Nada más empezar la partida tendremos que elegir con cuál de ellos comenzar, y ya sea la bailarina Primrose, el caballero Olberic o el ladrón Therion; acabaremos conociéndolos a todos, porque todo se entrelaza y conecta de forma orgánica. Hay de esta forma ocho historias, divididas en capítulos en las cuáles el grupo va aumentando o disminuyendo según se de el caso. Así, no tengáis miedo de con quién empecéis, porque eso sólo afectará a una cosa: el miembro del grupo inicial no podrá quitarse del equipo, por lo que habrá que jugar con los otros tres espacios extra. Porque sí, hay ocho personajes pero el grupo activo en combate es de un máximo de cuatro, así que habrá que enviar al banquillo a la mitad. No temáis por ellos: sus historias no avanzan si no los tenéis en el grupo así que no váis a perderos absolutamente ningún detalle de la magnífica trama que ha diseñado Square Enix para el juego.

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Sistema de combate clásico

Si a Final Fantasy XV se le criticó el abandonar los combates por turnos en favor del tiempo real, y a otras franquicias con el paso del tiempo se les ha ido exigiendo menos a este respecto, no temáis: Octopath Traveler no va a caer en esos asuntos. Cada personaje de los ocho disponibles cuenta inicialmente con un trabajo específico que le abre acceso a varias habilidades de batalla al margen de las propias de su condición (y que tienen efecto en el mapamundi o las ciudades, como por ejemplo seducir a npcs o robarles), así pues, Ophilia es una curandera tradicional mientras que Olberic es un tanque que acaba con los enemigos a golpe limpio. Elegir a unos personajes u otros es clave en la mayoría de las situaciones, especialmente en estas primeras horas de partida, porque según avanzamos iremos encontrando santuarios que nos dan acceso a los trabajos secundarios. Es decir, que Olberic puede, además de repartir tortas, convertirse en un curandero. Todo esto es personalizable y hablaremos más sobre el tema en el análisis.

Pero lo que nos importa aquí es destacar el sistema de combate. Por turnos, riguroso, con una barrita que indica la posición de nuestras acciones al estilo Final Fantasy X y que se modifica en tiempo real en base a habilidades que aumenten o disminuyan la velocidad, o si rompemos la guardia de los enemigos. Porque una de las funciones básicas de Octopath Traveler es que todos los monstruos, humanos o jefes a los que nos enfrentaremos tienen una serie de debilidades que tendremos que ir descubiendo y, una vez les rompamos toda su defensa, quedarán un turno atontados (con las convencionales estrellitas sobre su cabeza) y además de no atacarnos recibirán mucho más daño. Las debilidades atienden al tipo de arma utilizada con la que les golpeamos o el elemento mágico, así que hay un componente de estrategia que se multiplica con el uso del Impulso (para atacar más veces en un turno) o las cadenas de ataques. ¿Suena complicado? No demasiado, porque el juego hace un buen trabajo explicándolo sin abusar de tutoriales. Desde la práctica, como debe hacerse. Y es una delicia con una dificultad equilibrada y nada machacona, sin convertirse tampoco en un juego fácil. Al menos, en sus primeras 25 horas.

Diseño artístico excepcional

Si algo llama la atención de Octopath Traveler es su aspecto visual. Es mirar una captura y darnos cuenta de que hay un híbrido entre lo de antes y lo de ahora, es decir, que contamos con un sprite art deudor de las 16bits y Final Fantasy VI como referente absoluto, pero que o lleva un poco más lejos, dándole un toque de libro de cuentos con relieve, con fondos animados, con algún elemento tridimensional, animaciones y en general recursos que una Super Nintendo jamás habría soñado con poder ejecutar. Pero toda esta tecnología no luciría si artísticamente no hablásemos de un juego en el que lo excepcional se convierte en la norma; por contradictorio que pueda sonar. Todas las ciudades y localizaciones que hemos visitado tienen su propio universo a nivel de paletas cromáticas, detalles específicos, cómo se mueve la gente y cómo visten y hablan. Los diseños de los enemigos, en algunos casos, son dignos de figurar en alguna pesadilla y el uso de los colores y sobre todo, la luz, Unreal Engine mediante, deja algunas de las imágenes más preciosas que se hayan visto en JRPG alguno. Octopath Traveler va a sorprender a mucha gente que cree que es incapaz de conectar "con un juego 2D". Y lo va a hacer a través del diseño y del arte del pixel.

Yasunori Nishiki

Square (Soft o Enix, lo mismo da) siempre ha sido cantera de algunos de los mejores trabajadores de la industria. Cuesta encontrar una compañía que haya sido casa de tantas y tan buenas mentes en distintas disciplinas artísticas (diseño, ilustración, programación, narrativa, etc) pero la música ha sido una de las que más gente destacada ha podido salir. Como ejemplos tendríamos a la maravillosa Yoko Shimomura, compositora de la franquicia Mana y sobre todo, Kingdom Hearts (y no olvidemos, claro, Street Fighter II); o Nobuo Uematsu, para el un servidor el mejor compositor de la historia de los videojuegos. Pero apuntad este nombre porque no va a olvidarse con facilidad: Yasunori Nishiki. Tiene 33 años, había colaborado en algunos juegos menores para móviles pero lo que hace en Octopath Traveler es un trabajo digno de una mente privilegiada para la composición. No sólo por cómo suena, sino por cómo se integra en la narración de la historia, por los leit motiv utilizados para cada uno de los personajes o entornos del título. Si habéis jugado a las demos seguramente estés de acuerdo con esta afirmación, pero para los que no: afinad bien el oído, porque si esto no le convierte en el nuevo músico de cabecera de Square Enix nada lo hará.

De momento esto es todo lo que vamos a decir de Octopath Traveler. Seguiremos jugando hasta completarlo, disfrutando tanto o más de que las horas ya acumuladas y esperando poder contaros con pelos y señales qué nos ha parecido la nueva obra de Square Enix. Pero se atisba algo grande, un juego que marcará el camino a seguir tras varios intentos no muy redondos de recuperar el JRPG de antaño por parte de la compañía. Estad atentos, porque el espíritu de los grandes títulos del estudio está más vivo que nunca.

Octopath Traveler

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  • RPG

Octopath Traveler es un RPG a cargo de Square Enix para Switch, PC, Stadia, Xbox One, Xbox Series, PlayStation 4 y PlayStation 5. Comienza tu viaje como uno de los ocho protagonistas, cada uno con un talento, un origen y un objetivo propios. ¿Dónde comenzará el viaje? ¿Quién se unirá al equipo? ¿Y adónde irás a continuación? Todas estas decisiones y muchas otras están completamente en manos del jugador.

Carátula de Octopath Traveler
9.5