Sushi Striker: The Way of Sushido, Análisis para Switch

Nintendo no acostumbra a desperdiciar ideas. Los de Kioto demostraron con Super Mario Run que era posible adaptar un título de plataformas de la vieja escuela a una interfaz táctil pensada para jugarse con una sola mano. El resultado fue jugablemente llamativo, aunque quizá era demasiado ambicioso en su propuesta como para encajar en esa plataforma. Con Sushi Striker: The Way of Sushido todo hacía indicar que iban por el camino correcto en Nintendo 3DS allá por el E3 2017, que es cuando se reveló esta nueva IP, solo que de un tiempo a esta parte las cosas y la percepción para con el título ha cambiado radicalmente.

Para empezar, ahora se presenta como un título disponible tanto en 3DS como en Nintendo Switch, siendo esta última la que hemos podido analizar todos los medios especializados, y no os vamos a engañar: llegamos con cierto escepticismo. La estructura de agarre de la híbrida e horizontal, como también lo es la posición de la pantalla de la misma. En la portátil se paliaba este problema al tener dos pantallas de forma independientes, disponiendo así la información del rival independientemente de la nuestra en la táctil. Pero tal como os contamos después de haber jugado las primeras horas de la historia, las sensaciones iniciales con este juego de puzles arcade y un notable toque RPG se consiguió adaptar notablemente a los sticks de la pantalla.

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Un menú amplio de ideas sobre la mesa

Sigue sin ser su entorno natural, sigue sin ser la forma ideal de enfrentarse a un título como éste –nos preguntamos cuánto se tardará en adaptar a iOS y Android–, pero logra destacar. Lo hace porque no es un título simplón y sin profundidad; estamos ante una propuesta ágil, decidida con su propuesta y que se toma muy en serio a sí misma desde el primer minuto No había necesidad de apostar por unos valores de producción tan elevados a la hora de recrear escenas de animación como si de una serie nipona se tratase, pero la cantidad de pequeños fragmentos por el estilo es una constante en la medida en que avanzamos en la historia.

Sushi Striker: The Way of Sushido tiene además una curva de aprendizaje de los controles muy bien medida, dejando aproximadamente tres o cuatro horas para canalizar todas sus posibilidades sin por ello sentir que estamos hacienda un tutorial. Porque realmente no es así. Su estética entra por los ojos, facilitando que aunque los personajes no tengan mucha profundidad ni desarrollo en la historia, sí logremos conectar con ellos por sus diseños y expresividad. Es como un manga en movimiento tanto en las partidas propiamente dichas como en el avance por el mapa, que tiene forma de tablero en cada uno de los mapas del mundo para dividir sus niveles en casillas. Durante esos compases de avance encontraremos personajes con los que mantendremos conversaciones como si de una novela visual se tratase; la cantidad de texto a leer es elevada, pero por suerte Nintendo ha vuelto a hacer de las suyas con una localización excelente de arriba abajo. Decenas de juegos de palabras, chistes propios de la lengua castellana, guiños y referencias al mundo del manganime son una constante.

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El título es agradable de jugar; si bien la historia no termina de arrancar (esperábamos algo más de enjundia en su historia por la forma que tiene de comenzar) al final de la misma termina en un punto que no da la sensación de ser un clímax. Por suerte la trama argumental no tiene un peso ni mucho menos definitorio o decisivo de cara a la compra del juego. La mayor parte del tiempo la invertiremos jugando y descubriendo hasta dónde es capaz de llegar el título con una idea aparentemente sin mucha complejidad.

Mucho más profundo de lo que parecía

Creemos que es justo hacer una analogía con Puzzle & Dragons Z y lo bien que se construyó una historia propia de un shonen con toques RPG. Aquí pasa algo parecido, porque no deja de ser un título de puzles con decenas de coleccionables, crianza de criaturas con habilidades que repercuten directamente al devenir de las partidas o el rol impregnado en las mismas. Entonces, ¿qué hay que hacer en Sushi Striker? A resumidas cuentas, estamos en un mundo donde el pescado se ha terminado y la gente recurre al sushi para calmar las ansias. Esto deriva en un conflicto bélico arma en mano, la “Guerra del Sushi”, donde cada bando presenta sus intereses –para cuál más egoísta–. El protagonista, que ha perdido a su familia, termina encaminando su vida a la formación como Sushi Striker, habilidades que le permitirán lanzar platos de sushi dejándolos literalmente vacíos al tener que comerse lo que hay en dichas escudillas.

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Lo importante, por ende, es lanzar pilas de platos iguales o similares para infligir más daño al enemigo. Al principio las combinaciones únicamente afectarán al ingrediente principal, mientras que más adelante podremos mezclar colores e incluso impidiendo que el rival pueda jugar con normalidad. Esa insistencia en que estemos pendientes de tanto nuestro equipo y nuestra mesa de sushi giratorio como de lo que está tramando el rival es lo que hace divertido jugar a la obra, que termine haciéndose ameno ver lo que se muestra en pantalla por mucho que el control no sea ideal.

El ganador del enfrentamiento será quien termine dejando sin puntos de vida antes al rival. El límite para hacer una cadena son siete segundos, los dos últimos aderezados por efectos sonoros que acompañan a la perfección con lo agobiante del momento. Además, como la fila del medio está compartida con la del rival, merece la pena tenerla en nuestra lista principal de prioridades.

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En un rincón de la pantalla tendremos en todo momento a los Genios del Sushi (los peculiares animales) que hayamos recibido o elegido, ya que en ocasiones aparecerán algunas que no tendremos por qué añadir a nuestra alineación. Al mismo modo, se pueden configurar equipos dependiendo de nuestro estilo de juego. Este apartado no es ni mucho menos baladí, porque si bien algunos de estos pequeños monstruos son claramente ofensivos, otros priorizarán que por ejemplo algunos platos se conviertan en golosinas y recuperemos algo de vida. Hay cierta sinergia entre ellos y hay por ello sentido cuando se plantea la decisión de hacer nuestro tío inicial. Los objetos también guardan cierto peso, como por ejemplo el soplete que soasa el sushi para que sea más nutritivo y haga más daño. Activar las ayudas en las batallas es fácil desde la pantalla táctil, pero de nuevo sigue sin ser del todo natural y a veces adoptamos posturas algo extrañas con las manos.

Los amantes de la gestión de recursos previo combate tienen aquí un motivo más para echarle un vistazo a Sushi Striker: The Way of Sushido, pues en la guía que se despliega en el menú se habla de cada tipo de maki y otros platos para ver qué categoría tienen y cómo se pueden combinar con una estrategia eficaz. Es al mismo tiempo una enciclopedia que respeta fidedignamente la figura del sushi, cuya representación en el país nipón no necesita explicación.

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La Isla del Tiempo: una segunda vuelta

En cierto punto de la aventura tendremos acceso a la llamada Isla del Tiempo, donde tenemos desafíos adicionales para no tener que repetir niveles si lo único que queremos es seguir jugando de forma más arcade; el coliseo para jugar multijugador tanto local como en línea; o también un lugar donde se mide nuestro rango de Lanzadiscos. Como podréis imaginar, el que más interés suscita es el referente al multijugador, que alarga eternamente las horas de juego si así lo queremos.

Durante el periodo de análisis del título hemos tenido un par de actualizaciones de firmware, así que suponemos que Nintendo habrá aplicado mejoras que se verán repercutidas en la versión comercial una vez se ponga a la venta. En cualquier caso, ni antes ni ahora hemos tenido caídas de FPS o problemas de rendimiento: todo funciona como debe, con animaciones que no interrumpen la acción del juego ni con lag a la hora de realizar el matchmaking de las partidas. Eso sí, al ser solo medios nacionales e internacionales ha sido complicado jugar en línea en ciertas franjas horarias. Ya avisamos que el nivel puede ser elevadísimo cuando se tiene práctica, así que nos queda la duda sobre cómo se va a calibrar para que no haya emparejamientos sin sentido (entendemos que se realizará acorde al rango de Lanzadiscos).

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Por lo demás, el apartado artístico del juego cuida cada mínimo detalle. Desde el diseño de la interfaz a la tipografía pasando por el modelado de los personajes, diseño de los platos de sushi, animaciones de las invocaciones… Para nada es un título típico de móviles; aunque también es verdad que nos parece algo elevado que se ponga a la venta a precio completo. Se venderá tanto en formato físico como en digital; pesa poco, así que quizá los que vayan a dar el paso prefieran tenerlo siempre a mano en su tarjeta de memoria. El sabor de boca final es notable, pero no termina de llenarnos como otras propuestas de puzle y rol ya conocidas.