Mario + Rabbids: Donkey Kong Adventure, Impresiones

"Cuando comenzamos a trabajar por primera vez con Donkey Kong como un nuevo personaje para la historia de Mario + Rabbids Kingdom Battle, empezamos a pensar en qué impacto tendría en el sistema de batallas", relataba Davide Soliani, director creativo en Ubisoft Milan. Y es cierto. Nuestra toma de contacto de dos horas con este DLC para el título exclusivo de la compañía francesa en Nintendo Switch ha dejado clara una cosa desde el primer momento, y es que más allá de la utilización de un personaje icónico para la marca, lo que verdaderamente han logrado es volver a dar un soplo de aire fresco a la fórmula jugable. Las posibilidades han aumentado todavía más.

No nos vamos a engañar: Mario + Rabbids Kingdom Battle fue una sorpresa. Se rumoreó, se filtró y luego se confirmó. En ese orden de acontecimientos el escepticismo fue disminuyendo poco a poco hasta el punto que nos topamos en medio del verano con un profundo, divertido e inteligente título de estrategia donde más allá de la gracieta y el choque de dos licencias que venden por sí solas, el trabajo fue cercano al sobresaliente. Sorprendente.

Ya lo hemos probado: el simio se encara con las mascotas de Ubisoft 

Si a eso sumamos las buenas ventas cosechadas tras este pacto –una oportunidad histórica y pocas veces vista al ceder al bigotudo a una compañía europea–, se antojaba lógico que exprimieran más esta aventura. El simio con corbata ha sido elegido con acierto, cuidando de nuevo incluso lo artístico al tener de vuelta a Grant Kirkhope.

En la presentación, los miembros de Ubisoft Milán nos comentaron que Battle Donkey Kong Adventure, que es el nombre del DLC, se había creado con el objetivo de ampliar los horizontes del crossover, pero lejos de intentar ofrecer simplemente más, su objetivo era hacerlo de manera diferente. Esta pericia, que constará de 4 fases con una historia que se ambientará justo después de terminar el Capítulo 1 de la aventura principal, se podrá iniciar al haber finalizado dicho episodio. Por ello, tanto los que vengan de nuevas como los que ya hubiesen comprado antes el juego, deberán cumplir estos requisitos. Para no entrar en spoilers, simplemente diremos que tiene sentido y coherencia con la historia.

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Un concierto salvaje

Tras una presentación cinemática en la que se introduce el conflicto, tomaremos el control de Donkey Kong y del Rabbid Anciano, otro de los protagonistas y que aprovecha para introducir nuevas mecánicas en la batalla. Hay cosas que no cambian: seguiremos desplazándonos con cierta libertad por los escenarios del mundo para completar pequeños puzles que nos permitan avanzar; recogeremos esta vez plátanos en vez de monedas; se esconderán piezas de puzle como en los juegos de DK tradicionales… Es sorprendente que se sienta tan Nintendo. Pero así es.

Porque al igual que Mario o Luigi se sintieron como tales en la obra lanzada el pasado mes de agosto, aquí el gorila sigue siendo igual de agresivo, leal a los suyos y capaz de actuar a veces antes de pensar. Esto da pie a situaciones desternillantes que chocan con la extravagancia de los conejos, creando un lenguaje no verbal donde sobras las palabras. Así, los de Soliani han querido que todas esas escenas fuesen solo la guinda del pastel; que lo verdaderamente jugoso lo encontrásemos en medio de las partidas.

Durante nuestra sesión pudimos completar el primero de esos mundos, suficiente para interiorizar las novedades jugables. Lo primero y más importante es la banana bumerán. Al contrario que un golpe cuerpo a cuerpo (físico) o las pistolas (a distancia), este ítem hace un poco de ambas. Tal como podemos ver en el avance en vídeo que pudimos grabar, la cobertura que nos ofrece esta fruta tropical se salta algunas de las leyes vistas con anterioridad al no tener un recorrido en línea recta. Gracias a esa versatilidad –no creemos que esté rota, no obstante, al tener también sus limitaciones– se podrá atacar a personajes que estén situados en la distancia sin necesidad de hacerlo en línea recta. El avance curvo de los lanzamientos es clave. Para equilibrar esa ventaja hace menos daño que algunas pistolas, así que dependerá de cada cuál elegir cuándo y cómo usarlo.

El diseño de los niveles gana en verticalidad, un punto que quizá falló en la primera parte cuyos mapeados eran más planos. Aquí tendremos desde el principio una suerte de tableros de ajedrez donde ciertas áreas se situarán por encima de otras. La interconexión a través de tuberías (o troncos huecos) se mantiene, también se añaden las plataformas de saltos por las que solo Donkey puede avanzar. Igual con las lianas. Se antoja por ende imprescindible que éste no caiga debilitado en los combates si no queremos estar vendidos. Cuando analicemos el DLC al completo calibraremos hasta qué punto su importancia y papel en la jugabilidad se superponen al del resto de protagonistas, pero por ahora todo invita a pensar que él será el más listo de la clase. El héroe.

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Las alevosas bananas renegadas

Con todo, se hace enteramente divertido tomar el control de las nuevas fases. Es íntegro. Algunas de las misiones girarán en acabar con las superficies de Bananas Malvadas para lograr la victoria independientemente de cuántos enemigos queden en pie. Estos bancos de plátanos se identificarán por su color y tamaño, tentativamente pensadas para atacarse tanto a distancia como cuerpo a cuerpo, aunque también en entornos más diáfanos. Llegar ahí no será muy difícil, pero en medio de nuestras envestidas quedaremos totalmente vendidos al no poder cubrirnos con prácticamente nada. En más de un intento perdimos más vida de la cuenta por intentar acabar con precipitación de estas Bananas Malvadas sin haber terminado con la mayoría de enemigos.

Lo gracioso es la incredulidad de Donkey, que siente la total deslealtad que se produce al sentirse atacado por su mayor fuente de energía. Nos gustó mucho también que en este tipo de batallas fuesen tres los agentes interventores a pesar de seguir siendo solo dos equipos: por un lado, nuestro trío de héroes; por otro, los conejos enemigos sumados a estas Bananas Malvadas. El orden de los factores sí altera al producto, porque intentar acabar con ellas antes de la cuenta puede jugarnos una mala pasada. O más de una…

No podemos olvidarnos del Rabbid Anciano, que como se suele decir es «otro que tal baila». Su arma principal será una ballesta, y como tal irá ampliando su rango como si fuese una pirámide invertida. A mayor distancia, más abarcará, pero tiene sus límites. Está claramente pensada para eliminar elementos que se topen frente a nosotros; un fenomenal personaje de apoyo. Por lo demás, la esencia se mantiene. En la medida en que vayamos avanzando desbloquearemos más habilidades, abriendo nuevas ramas en nuestro árbol de mejoras; todo muy intuitivo y fácil para todo tipo de públicos. Tanto que se pueden automatizar esas mejoras si es necesario. A su vez, el aprovechamiento de las habilidades será fundamental para exprimir los turnos al máximo: atacar y activar habilidades. Esa es la tónica a seguir siempre que podamos para que cada personaje asuma mejor su rol, bien sea ofensivo, de apoyo o más defensivo. El reto está ahí, sigue sin ser un juego fácil siempre que no activemos las ayudas.

A falta de conocer el precio que tendrá este Battle Donkey Kong Adventure, la duración que promete –aproximadamente cinco horas–, las novedades jugables tanto en los propios personajes como lo que encontramos en el escenario, y lo cuidado que está a nivel artístico, no nos hecho más que salir satisfechos de la sesión, convencidos de que esta elección ha sido un acierto. Queda por ver si se mantiene el listón a este nivel y si el resto de jefes finales son tan originales. Con un lanzamiento planeado para primavera, no esperábamos tener esta sorpresa para el que fuera posiblemente uno de los sleepers de 2017. Si dispones de Mario+ Rabbids: Kingdom Battle, ten al simio en tu radar.

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