El futuro de God of War: Jörmundgander y el destino de los dioses

La mitología nórdica ofrece pistas sobre el futuro de God of War

Este artículo contiene spoilers.

“Tenemos una gran diversidad de momentos memorables […] Estos momentos van de una línea de diálogo calmada pero muy poderosa, a un momento épico y explosivo”, decía Cory Barlog en una de las múltiples entrevistas concedidas antes del lanzamiento de God of War.

Y no es casualidad. Ahora que hemos podido jugar a fondo la nueva pericia de Santa Monica Studios nos damos cuenta de que el proceso narrativo del título es en realidad una construcción de hechos que, en efecto, tratan con mimo y acierto la mitología nórdica. Barlog no quiso quedarse en lo fácil, que hubiese sido ambientar el título a partir de la Era Vikinga (tras el ataque a Lindisfarne en el 793), sino que fueron aún más atrás, cuando había mucha menos documentación. La inicial aparición de la gigante serpiente marina Jörmundgander es un indicio sobre lo que está por llegar.

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El Ragnarök está cerca: es una cuestión de tiempo

Después se va descubriendo más. Son muchas las leyendas que rodean a los nueve mundos de la mitología nórdica, pero son solo unos pocos los momentos clave de la aventura en los que se deja entrever por dónde se dirigirá el juego en una más que evidente secuela si visteis el final verdadero. Las referencias a Thor no se quedan simplemente en eso, sino que su fortuita aparición plantea el conflicto principal de la hipotética segunda parte: el enfrentamiento entre el dios del trueno y la serpiente mundial; la confrontación entre Thor y Jörmundgander. El Ragnarök.

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Lo mejor de todo es la forma que Santa Monica ha elegido para narrar esos hechos. Desde el principio, el jugador tiene un conocimiento del contexto similar al de Atreus, quien va aprendiendo poco a poco tanto el pasado de su padre como el pasado de sí mismo.

Esa búsqueda de la identidad culmina en la recta final, yendo en todo momento de menos a más aunque asimilando en el proceso que su papel como dioses tiene siempre un destino, un final escrito. Ese final queda plasmado antes de rociar las cenizas de madre en el epílogo: Atreus descubre quién es, mientras que Kratos evidencia detrás de las mantas el final de su propia vida.

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Es por ello inevitable el choque entre Jörmundgander, hijo del dios Loki y Angrboda, y Thor. La responsabilidad de Atreus en ese encuentro se deduce por sí misma. Cuánto tardaremos en verlo es ya otra historia…