El equilibrio de Forza Motorsport 7 medio año después

Forza Motorsport 7 y su adaptación a todo tipo de jugadores

Si hay algo que aprendió Turn 10 Studios de la saga Forza Horizon Playground Games con Forza Motorsport 7 fue la habilidad de saber adaptarse a todo tipo de públicos. La obra cumple medio año y lo hace repleta de actualizaciones, una comunidad online activa y normalmente limpia que, salvo por algunos bugs, no suele dar problemas para participar. El poso que deja esta entrega es de equilibrio, de que ninguna de las dos partes de la balanza terminan descompensadas.

¿Simulador o arcade?

Mejor las dos cosas. Solo hace falta echar un vistazo a su menú de opciones, donde tenemos tanto cambios en la configuración del vehículo –que repercute en nuestra experiencia a los mandos– como la configuración del drivatar rival ­–que afecta al comportamiento de la CPU–. Aunque pueda parecer algo banal el último punto, en realidad es determinante para calibrar el grado de agresividad de unos vehículos que pueden marcar la diferencia entre una experiencia gratificante y una que denota la artificialidad de su comportamiento.

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Forza Motorsport 7 está repleto de contenido para un solo jugador; tanto es así que ahora que cumple medio año –actualizaciones gratuitas y de pago de por medio– se sigue sintiendo fresco. La gran diferencia que presenta con Gran Turismo Sport, que parece otro gracias a sus continuas mejoras, es que a pesar de todas ellas continúa estando muy por detrás su competidor de la casa de Microsoft en lo que a vehículos y circuitos se refiere.

El sabor de la experiencia competitiva en el mundo automovilístico se siente desde el primer minuto, sabiendo cambiar de registro en cualquier momento al pasar de conducir en camiones de varias toneladas de peso a dar vueltas en la NASCAR pasando por un Formula Mazda en el sacacorchos de Laguna Seca. Forza 7 invita a mejorar conduciendo e ir haciendo que la experiencia sea más simulador que antes. Y lo hace tanto implícita como explícitamente:

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Por un lado, si ganamos muchas carreras de forma consecutiva en un nivel de dificultad, nos sugiere que aumentemos la complejidad de la CPU; por otro, te muestra en pantalla el multiplicador de recompensas que recibirás cuando más difícil sea el reto. La moraleja del asunto es que si quieres optar a ese coche de varios millones de créditos, o te esfuerzas o no tienes nada que hacer.

Escuchando a la comunidad: fundamental para su integridad

Otros punto elemental para la vigencia de Forza Motorsport 7 ha sido su marcha atrás a las cajas de botín de pago. No nos vamos a engañar, es incómodo tener tantas cajas de premios, cartas y demás elementos aleatorios en los que invertir los códigos. Turn 10 ya tuvo polémica con el Pase VIP de la edición de cien euros del juego, como también pudieron leer miles de comentarios criticando el diseño del título, claramente enfocado a la integración de micropagos con dinero real.

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Pero a día de hoy no hay ni rastro de esas loot boxes, no hay un solo micropago con dinero real, sino que todo ha de obtenerse en el asfalto, ganando premios en carreras y otras competiciones. Además, si sois de aquellos que no queréis tener acumuladas esas cartas sin abrir, se pueden vender desde su menú correspondiente.

El mal recibimiento de este modelo de negocio y la controversia que ha generado al repercutir tanto en la experiencia jugable, han hecho que Microsoft no se haya atrevido al menos por ahora a introducirlo de lleno con dinero real.

Sus más de 700 vehículos (y sumando) junto a su espectacularidad visual en Xbox One X gracias a la resolución 4K con 60 imágenes por segundo, son el plato principal para seguir jugando por lo bien diferenciados que están entre sí. Agradable con mando, el poso que sigue dejando el título es de celebración, encumbrando una generación de consolas repleta de buenos referentes en el género de la conducción.

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