Impresiones "Adiós", Life is Strange: Before the Storm
“Farewell”, “Adiós”. El episodio bonus que Deck Nine ha creado para darnos a los fans una oportunidad de despedirnos de Max y Chloe, reviviendo un momento clave en la historia. Os contamos nuestras impresiones tras jugarlo.
Un último adiós
El primer plano de la cara de una Barbie aparece en pantalla. Zoom out, vemos que está acompañada y nos extraña, ya que conociendo a Chloe y Max como ya las conocemos sabemos que no son de las que juegan con muñecas. Enseguida se resuelve el misterio: tienen petardos atados al cuerpo y las dos amigas están a punto de detonarlos, estando en la conocida habitación de Chloe y sin temor a las consecuencias y broncas de sus padres.
Así empieza “Adiós”, el capítulo bonus que Deck Nine han desarrollado para darnos la oportunidad de despedirnos por última vez de quienes ya podríamos considerar como amigas nuestras: Max & Chloe. Tras los tres episodios que contiene Before the Storm, donde pudimos experimentar y vivir la época en la que Chloe conoce a Rachel y toda la historia que se deriva de ello, Deck Nine han querido cerrar volviendo al pasado. Un regreso incluso más allá del primer Life is strange de Dontnod, que nos lleva de vuelta a la temprana adolescencia de las jóvenes, cuando tenían trece y catorce años.
Como curiosidad, las actrices de doblaje que las interpretaron en el primer juego han vuelto especialmente para darles vida de nuevo en este “Adiós”. Ashly Burch, muy reconocida en el sector por ser la voz original de Chloe Price y de Aloy de Horizon entre muchas otras y la dulce Hannah Telle como Max Cauldfield. Notamos a Ashly le han bajado un tono su voz para agudizar las líneas de diálogo, ya que su tono habitual es más duro y casaría mejor con la Chloe madura.
El propio estudio de Deck Nine describen lo sentido al crear este último episodio como una mezcla de tristeza y emoción, para decirnos a todos los jugadores: “Gracias por jugar y adiós por ahora”. Este es un detalle importante, pero ya lo rescataremos al final. De momento, vamos a tratar de transmitir qué nos he hecho sentir esta despedida y como ha sido ejecutada.
En el baúl de los recuerdos
Tras volar a las Barbies en pedazos tomamos el control de Max y sentimos comodidad con ella. Esa sensación similar a encontrar una prenda de ropa en el armario que habíamos olvidado tener pero que nos estimamos mucho y que al ponerla no sentimos que haya pasado el tiempo. Chloe enseguida nos pide que la ayudemos a hacer limpieza en su habitación, ya que su madre le ha pedido que tire los trastos viejos que ya no usa, ¿os suena? Es algo muy de madres. Nos paseamos por ese espacio que tanto conocemos, aunque decorado entonces de una forma más inocente que la vista en Life is strange y Before the Storm, denotando como una habitación refleja el espíritu de su dueña y el progreso y madurez de la misma.
Encontramos un tiburón de peluche y al tratar de añadirlo a la caja de la basura Chloe nos reprende y dice que le tiene mucho cariño, que lo quiere conservar. Nos dirá lo mismo con el set de magia que no toca desde hace tres años, el juego de mesa al que le faltan piezas y asegura machacarnos siempre que jugamos e incluso un gran caramelo rancio que lleva en el fondo del baúl durante quién sabe cuánto. Aun así, podemos escoger seguirle el rollo a nuestra mejor amiga y mantener nuestra promesa de antaño basada en que “algún día nos lo acabaremos juntas”, al chuparlo ambas y entonces sí, tirarlo.
Tras la “limpieza” descubrimos la caja está casi vacía y que no hemos convencido a Chloe para tirar casi nada. Una situación que a muchos nos resultará familiar al recordar como nuestras madres nos pedían hacer lo mismo y el resultado era similar. Todo un sentimiento el querer mantener intacta la infancia, esos buenos recuerdos, creyendo que los objetos con que pasamos tan agradables momentos mantienen guardada esa magia y al tirarlos haríamos lo propio con nuestra infancia. Esa transición que todos debemos pasar, la adolescencia, es algo duro para la mayoría. El vernos obligados a dejar atrás la comodidad de la infancia y adentrarnos poco a poco en la oscuridad y las responsabilidades que vienen junto al papel de adultos. Todo ello se transcribe magistralmente y de forma indirecta en este capítulo jugado.
Tras la supuesta limpieza encontramos un viejo diario de cuando Max y Chloe tenían ocho y nueve años (hará unos cinco desde el momento de “Adiós”), donde jugaban constantemente a ser piratas. Disfraces, dibujos y juegos derivaron en esconder un tesoro en el jardín para sus “ellas futuras” y a dejarles pistas mediante un mapa y una cinta de audio. Nuestra misión será entonces seguir ese recorrido que dejamos y buscar un catalejo y un amuleto para hallar el tesoro.
Aun así, antes de iniciar el juego que parece tener a Chloe muy emocionada Max tiene un debate interno y se pregunta si sería un buen momento para contarle a su mejor amiga que en tres días ella y su familia se mudarán a Seattle, derivando en no verse durante mucho tiempo. Es algo duro, ya que las dos están acostumbradas a pasar todo el tiempo la una con la otra desde que eran muy pequeñas. Por ello, Max no sabe cómo ni cuándo decírselo y queda en manos del jugador en hacerlo en ese momento o esperar para no fastidiar el día.
Decidamos lo que decidamos Chloe nos mandará al oscuro y misterioso desván a por el amuleto mientras ella va a por el catalejo al garaje. Podremos entonces darnos una vuelta libremente por el piso superior que tanto conocemos: el baño y la habitación de los padres de Chloe. Por cierto, en ese instante en el que tiene lugar “Adiós”, William todavía vive, por lo que encontraremos la casa y a todos las personajes en su forma más pura y feliz posible.
En ese momento podemos dirigirnos directamente al desván o merodear y descubrir algunos secretos. Deck Nine han sabido integrar detalles con doble sentido en el escenario, para que los jugadores los descubramos de forma independiente y saquemos nuestras propias conclusiones. Un ejemplo de ello es un libro en la mesita de noche de William en la que vemos la imagen de un coche y el título reza “Lo pagarás con tu vida”.
También podemos descubrir que Chloe se ha peleado con una compañera en sus primeros días en la Academia Blackwell y preguntarle luego por ello para descubrir el motivo. En ese entonces ella todavía era una alumna excelente que sacaba matrículas y podía entrar en la conocida academia obteniendo una de las cien plazas entre más de 1200 solicitudes presentadas.
De todas formas, tras encontrar ambas piezas del catalejo bajamos al jardín y encontramos a Chloe en el barco pirata (los columpios), desde donde deberemos encontrar el tesoro. Con tal de no alargarnos mucho más en la narrativa del capítulo, y dejando que cada uno lo descubráis vosotros mismos, decir que la mañana prosigue siendo una vuelta al pasado en toda regla. Ambas amigas recuerdan su más tierna infancia a través de recuerdos materiales e inmateriales y siempre con la sonrisa en el rostro que produce la añoranza de tiempos pasados.
Mientras tanto, la inquietud sigue rondando la mente de Max al no saber el momento ideal de sacar el tema de su mudanza que tanto la preocupa. Se repite a si misma frases como “¿Quién soy yo sin Chloe? Siempre es ella quién empieza las aventuras” mientras pasea por el salón descubriendo más secretos y guiños como la bola de nieve con el ciervo atrapado o la revista de manga a través de la cual Chloe se inspiró para su tinte de color azul futuro. Otro detalle que denota la voluntad de los desarrolladores de deja en todo momento en el aire y a anuestra interpretación si lo que había entre Max y Chloe era pura amistad o algo más viene cuando al escuchar juntas una cinta se deja la frase “El verdadero tesoro es…” y cada una responde algo distinto: “la amistad”, “el amor”.
Podremos distraernos todo lo que queramos, ya que el episodio invita a tomarnos las cosas con calma. Nos podemos sentar en el sofá y disfrutar de la fabulosa banda sonora que siempre ha caracterizado a la serie, esta vez compuesta por Mike Reagan, y dejar el tiempo pasar. Reflexionar sobre la historia de Life is Strange en la que ya nos sentimos totalmente integrados o simplemente acerca de nuestra propia vida, que probablemente también sintamos como extraña.
En los últimos compases del capítulo, de aproximada duración de un par de horas dependiendo de cuanto queramos merodear, el tono se volverá mucho más oscuro y viviremos un importante hecho en la historia que antes tan solo había sido mencionado de palabra. Sello de la casa el cerrar las temporadas y los capítulos con ese tono amargo que queda suspendido en nuestros corazones y a los que nos sintamos más apegados a la historia nos dejará un poso que tardará en eliminarse. Tal vez recordemos para siempre esta bonita pero dura historia de Chloe, Max, Rachel y todos los habitantes de Arcadia Bay.
A la espera de una posible segunda parte, que podríamos empezar a ver en la conferencia de Square Enix de este año, y sobre todo esperando que saquen un producto a la altura de tanto Life is Strange como Before the Storm, ya sea parte del mismo universo o bien una historia independiente.
Lo que sí que sabemos es que para muchos este ha sido un viaje inolvidable. Mucho más que una aventura narrativa expresada a través del medio de los videojuegos. Porque la vida se refleja de forma natural en cada minuto, personaje y escenario representado en las dos entregas. Una vida a veces bonita, otras muchas dura y sobre todo…extraña.
No un Adiós, sino un hasta pronto.
Life is Strange: Before the Storm
- Aventura
Life is Strange: Before the Storm es la precuela de la aventura Life is Strange a cargo de Deck Nine Games y Dontnod Entertainment para PC, PlayStation 4 y Xbox One, donde podremos conocer los acontecimientos previos al título original. Sigue a Chloe Price, una adolescente rebelde que entabla una inesperada amistad con Rachel Amber, una chica guapa y popular destinada al éxito. Cuando Rachel descubre un secreto en su familia que trastoca su mundo, esta nueva alianza será lo que les dé fuerzas a las dos para superar sus problemas.