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Bayonetta 1+2

  • PlataformaNSW8.5
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorPlatinum Games
  • Lanzamiento16/02/2018
  • TextoEspañol
  • VocesInglés
  • EditorNintendo

Bayonetta 1+2, análisis Switch

La Bruja de Umbra, reina del hack and slash, se estrena en Switch para hacer boca mientras esperamos la llegada de Bayonetta 3. La primera parte sigue siendo excelente y la segunda,  una obra maestra. Aunque la revisión para la consola de Nintendo no sea la más innovadora de todas.

Actualizado a

Bayonetta 1+2

Bayonetta cumplió ocho años desde su salida en occidente (casi nueve si contamos su estreno en Japón) el pasado mes de enero. Y lo hizo como una de esas estrellas para las que parece no pasar el tiempo. Su llegada de la mano de Platinum Games y SEGA marcaba un nuevo referente en el hack and slash, género dominado por nombres como Ninja Gaiden o Devil May Cry. Su toque autoparódico, la sencillez de los combos y el ritmo frenético de la aventura hicieron el resto.  Cuatro años después, en 2014, saldría la segunda parte. Obra Maestra del género.

Pero volviendo a la primera entrega, marcó más de lo que uno puede imaginarse. Fue el juego que le dijo a Platinum Games que sí, que ese era el camino (a los éxitos posteriores nos remitimos). Fue un empujón para un género que aun teniendo grandes representantes, había perdido fuelle (Ninja Gaiden 2 no era como Ninja Gaiden, Devil May Cry 4 no llegaba a Devil May Cry 3, Heavenly Sword no pasaba de notable y  Ninja Blade era irrelevante, entre otros). Y cuando el año pasado salió su port para PC –mejoras en resolución incluidas- la sensación de frescura se mantenía intacta. No han pasado los años para Bayonetta.


Decimos esto porque si se aplica a la primera entrega, más académica y menos desatada que la segunda parte, también vale para Bayonetta 2. Así que debe quedar claro desde un primer momento: Bayonetta era un juego excelente (9 en Meristation) y su secuela, una Obra Maestra de 10 en esta misma revista, capaz de reinar en el género (con permiso de Ryu Hayabusa). Esto se mantiene intacto ocho y cuatro años después, respectivamente. Y se mantiene vigente en su pack para Nintendo Switch. Eran brillantes y lo siguen siendo.

Pero aquí no estamos valorando solo los dos títulos que salen a la venta esta semana en la consola de Nintendo, sino también poniendo sobre la mesa qué tal es la versión de juegos que ya salieron en el pasado y que no aportan grandes novedades a quienes los disfrutaran en su momento. Y es ahí donde el pack queda algo desangelado. Está claro que salen para amenizar la espera hasta Bayonetta 3, que hacer una revisión de un juego previamente publicado en Wii U es bastante fácil y que la experiencia no se empeora. Pero tampoco se mejora de manera relevante.

Mejoras leves en lo visual

El gran atractivo del pack es Bayonetta 2, porque su rol de exclusividad en una consola de poco recorrido comercial como la anterior plataforma de Nintendo hizo que tal vez no llegara a todos los que desearan probarlo. Switch es un espacio con mucho mayor éxito y posibilidades de ser disfrutado. Esto es innegable. Pero si colocamos ambas versiones, la original y la nueva, frente a frente, vemos que el paso hacia delante es tímido. A nivel técnico, el juego luce a 720p y 60 frames por segundo en los dos formatos: portátil y dock.

Esto provoca algo que ya comentamos en la preview de hace algunos días. Por un lado,  Bayonetta 2 se ve especialmente bien en formato portátil. Vistoso, pulido y muy sólido en casi todo momento. Es una maravilla si lo comparamos –aunque no sea justo- en cómo se veía en el mando-tableta de Wii U. A nivel de framerate notamos algún bajón a lo largo de los 16 capítulos del juego sobre todo en espacios muy abiertos y en alguna batalla gigantesca, pero nada relevante ya que no son graves. Estos movimientos por debajo de los 60fps también están, pero menos, en el dock, donde eso sí el juego no brilla. Se sigue viendo bien en movimiento, pero es cierto que la ausencia de anti-aliasing hace que veamos más dientes de sierra de lo deseable, y a nivel general seguramente unos 900p si los 1080p eran inalcanzables habrían permitido un acabado mejor.

En el mismo camino se siente el primer Bayonetta, que luce muy bien en modo portátil pero menos en dock, con un framerate algo más estable de lo que lo recordábamos en su versión original para Xbox 360 pero sin grandes mejoras generales y con unos dientes de sierra más que evidentes. Que nadie espere algo nítido y pulido como la versión de PC de hace algunos meses en lo que efectos visuales y resolución se refiere. En definitiva, ambos juegos tienen un nivel visual mejor que el de Wii U, pero el salto no es relevante, ni marca una nueva experiencia que difiera de dichas versiones. Con el añadido que sabe muy a poco el acabado de, sobre todo, Bayonetta 2 en modo dock.

Si a esto le añadimos que las novedades jugables no existen, el resultado final es que seguramente el pack sea muy poco atractivo para quienes disfrutaron en su momento de sendos títulos. Sí, el concepto de “jugar Bayonetta donde sea” tiene más sentido que nunca con este 1+2, ya que donde mejor lucen los juegos es en modo portátil, pero la pregunta es si eso es realmente suficiente.


Bayonetta: la Bruja de Umbra

El cielo y el infierno, a la riña. Así se podría definir el argumento del primer Bayonetta, donde la Bruja de Umbra necesita recuperar sus recuerdos, saber qué antigua orden es aquella a la que un día perteneció y quién es su archirrival Jeanne, con quien libra batallas desde hace centenares de año. Con tópicos, pero también sorpresas y mucho humor, se cuenta una historia que vale la pena, sobre todo por los hilarantes personajes.

Esto se acompaña de un sistema de combate sencillo de aprender pero profundo de dominar. Dos botones para ataques principales, un tercero para disparar y otro para hacer evasivas. Aquí bailamos con los enemigos sin botón de bloqueo alguno. Es la gracia del juego: ofensivo desde un primer momento y con el dinamismo como principal arma. No la única, ya que tenemos una serie de mecánicas que son ya marca de la casa: desde el tiempo brujo, que nos permite ralentizar el ritmo de combate si esquivamos un ataque en el momento justo, hasta invocaciones demoníacas que sirven para hacer golpes definitivos, pasando por QTE en forma de ejecuciones de lo más variopintas. La variedad de armas que podemos conseguir afectan a nuestros combos, que son tan sencillos como enlazar secuencias de puñetazos y patadas, meterle una pequeña pausa entre medio, levantar al enemigo y seguir con combinaciones en el aire… hay una brutalidad de combinaciones disponibles.

El primer Bayonetta es un juego con un desarrollo hack and slash más clásico: escenarios más o menos limitados, oleadas de enemigos con patrones totalmente distintos, mid-bosses y jefes finales. Se van añadiendo mecánicas interesantes a nuestro paso (como poder caminar por las paredes), algunos pequeños puzles a solventar para superar ciertas barreras y una exploración que nos beneficia en objetos que luego podemos convertir en ítems útiles o extras de todo tipo. Más exigente en dificultad que el modo normal de Bayonetta 2 (aquí un golpe te quita media barra de magia que has estado cargando, por ejemplo), es un juego desafiante con el alma arcade de Platinum: a cada verso de cada capítulo nos puntúan según daño recibido, combos hechos y tiempo. Algo que invita a rejugar y mejorar nuestros marcadores.

Si queréis profundizar más sobre Bayonetta, aquí tenéis nuestro análisis original.

Bayonetta (2) desatada

Por su parte, Bayonetta 2 es el gran reclamo de este pack por haber salido solo anteriormente en Wii U y por ser uno de los mejores hack and slash de la historia. Un título que mantiene la base de la entrega original pero que lo amplía todo a una escala impresionante. El sistema de combate mantiene las directrices de la primera parte, pero añade mucho más dinamismo sin torturas tan presentes (y más ágiles), con el Clímax que permite hacer finishers de manera más veloz y sin romper tanto el ritmo de combate y varios elementos más a nivel jugable que lo hacen un auténtico espectáculo a todos niveles.

Las evasivas son básicas, también el tiempo brujo. Pero tan importante son estos elementos como las armas equipadas, cambiarlas a medio de un combo con tan solo un botón, hacer combinaciones hacia un enemigo y acabar el golpe final hacia otro, saber cuándo gestionar los ataques especiales y, claro está, aprender los patrones de todos los enemigos que aparecen en pantalla. El listado de ataques  y la velocidad a lo que se sucede todo hacen el resto. Como pasaba en el primer juego, también se nos permite equipar armas de los enemigos aunque con una disposición que permite guardarla para cuando queramos (en el 1, hay que usarla con los botones de ataque principal mientras que aquí no). En definitiva, más ágil, más frenético y más variado... Pero igualmente profundo. Tanto la primera como la segunda entrega tienen el sistema Dodge Offset, que traducido significa el poder introducir un movimiento evasivo en medio de un combo y acto seguido, seguir con dicho combo. Dejas pulsado el botón de ataque, haces la esquiva y sueltas el botón. Esto te permite profundizar de manera extrema en posibilidades que no están a simple vista y que en niveles de dificultad altos es extremadamente necesario.

La variedad de situaciones es lo que hace tan atractivo a Bayonetta 2. Sí, tiene secuencias de acabar con enemigos y avanzar a otra parte, pero ese desarrollo tan típico del género se rompe rápidamente con jefes y mid-bosses cada dos por tres, encuentros gigantescos en el aire, secuencias que son más típicas de una carrera que de un juego de lucha, combates de lo más variopintos, como uno en una esfera donde vamos acabando con enemigos girando en dicho artilugio como si fuera un planeta de Mario Galaxy, combates contra cierto personaje que parecen más un juego de lucha 2D que otra cosa… es tan diverso todo lo que hacemos que es difícil sentir repetición en ningún momento.

Si a esto le añadimos los desafíos Muspelheim que encontramos escondidos por el mundo, los extras que vale la pena coleccionar por distintas razones, la gran cantidad de armas, combos y accesorios que podemos comprar en la tienda de Rodin y el modo multijugador Clímax Múltiple (local y online) que nos permite disfrutar de oleadas de enemigos y jefes con amigos, el resultado es un juego de acción para disfrutar semanas. Porque sí, aquí el reto no es terminarlo, sino rejugarlo y mejorar registros verso a verso, probar nuevas dificultades y explotar al máximo su experiencia. Como en las recreativas de antaño. Como en los juegos de Platinum Games. No falta el sentido del humor marca de la casa, la parodia constante y la extravagancia de los personajes en una trama donde Bayonetta emprende un camino personal en el que conocerá, entre otros, a Loki, un misterioso jovenzuelo que tiene mucho que ver en el objetivo final de la bruja. Consulta aquí el análisis original de Bayonetta 2.

Ambos juegos llegan con algunos de los elementos que ya vimos en su momento en la versión de Wii U. Por un lado, un sistema de control táctil para jugar en modo portátil donde uasmos trazos con nuestro dedo y marcamos enemigos pulsando sobre ellos para atacarlos sin botones ni analógicos. Por el otro, algunos trajes ambientados en personajes de Nintendo (Link, Samus Aran, Fox, Peach, Daisy) que son bastante curiosos de ver y algunos añaden mecánicas jugables propias, como el blaster de Samus o una especie de counter con la espada de Link.

8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.