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Razer Phone, Análisis
Analizamos el Razer Phone, el teléfono más potente del momento con la increíble pantalla Ultramotion y sus 120Hz de refresco junto a unos impresionantes altavoces Dolby Atmos y una enorme batería. Conoce cómo se desempeña el primer terminal de la compañía y qué características lo hacen perfecto para jugones o para disfrutar de Netflix en todas partes.
Después de tocar casi todos los palos en el mundo de los accesorios para PC y consolas, y de incluso lanzarse a vender sus propios portátiles, Razer ha dado el paso de abrir otro mercado, uno muy competido: el de los teléfonos móviles. Eso sí, no han empezado de cero, pues hace aproximadamente un año adquirieron una pequeña startup llamada Nextbit, que acababa de lanzar su primer terminal a través de Kickstarter, el Robin. Unos meses después, y sobre la base de ese colorido dispositivo, nos llega un mucho más sobrio y mejorado Razer Phone, un teléfono Android pero diferente, alejado de tendencias actuales y dirigido a un público que busca el máximo rendimiento por encima de diseño o ligereza. De ahí su diseño con un cuerpo sólido de aluminio de una pieza, un grosor y peso superiores a la media (8mm y 197g) y, sobre todo, dos grandes altavoces frontales.
La principal carta de presentación del Razer Phone es sin duda su enorme pantalla de 5,7”. A priori se trata de un panel LCD no especialmente llamativo, con una diagonal no tan exagerada hoy en día, con un brillo un tanto bajo y que no cabría destacar si no fuera por una novedosa tecnología nipona que incorpora: IGZO. Estas siglas hacen mención a Óxido de Indio, Galio, y Zinc, los componentes que forman los transistores de la pantalla. La ventaja de ese material no va ligada a la calidad de imagen en sí, si no a la matriz TFT que permite actualizar todos y cada uno de los píxeles que vemos a una velocidad mucho mayor de lo que se consigue con los transistores de silicio más tradicionales. Gracias a ello, se pueden alcanzar tasas de refresco de 120Hz, el doble de lo que solemos ver en las pantallas de nuestros móviles, con un consumo menor de energía. Sharp es la principal impulsora de la tecnología, que también se puede aplicar a paneles OLED, y suyos han sido los primeros modelos en incorporarla, aunque la mayoría dirigidos a Japón. Meizu también los ha llevado a su gama Note, principalmente esta vez en China, y Apple lo incorporó en alguno de sus iPad. El Razer Phone es, por tanto, uno de los primeros teléfonos IGZO en llegarnos a occidente
El objetivo es lograr la mejor experiencia jugando a un mayor número de fotogramas por segundo. La principal ventaja, no obstante, se nota en cuanto nos ponemos a navegar por los menús de Android. La fluidez de las animaciones por ejemplo en las transiciones entre aplicaciones o al descender por una página web es significativa, y es difícil imaginársela acostumbrados a nuestras interacciones limitadas a 60Hz. La verdad es que al cabo de un tiempo de uso nos parece incluso natural y deja de sorprendernos, pero basta con coger otro terminal brevemente para volver a apreciar la experiencia. Por cierto, Razer ha apodado a la tecnología como Ultramotion, y es que hace algo más que funcionar a 120 Hz, ya que es capaz de adaptarse al contenido en pantalla de forma automática. Es decir, si estamos por ejemplo viendo fotos fijas, la tasa de refresco baja drásticamente para reducir el consumo, lo mismo que se puede ajustar a la velocidad de reproducción de un vídeo, ya sean 24fps, 30, 60 o incluso 120 si encontramos alguno.
Centrándonos en lo que seguramente busquen los lectores de este artículo, sí, también se nota en juegos. Especialmente en juegos de carreras es donde más se agradece la mayor fluidez de movimiento, haciendo que el fondo se vuelva menos borroso. Desgraciadamente no hay muchos a día de hoy que tengan desbloqueados los fotogramas por segundo, pero algunos de los más modernos sí están soportados. De hecho, tres se nos instalan automáticamente nada más encender el móvil por primera vez: World of Tanks, Titanfall: Assault y Arena of Valor. Otros que se les conoce soporte son Gear Club, Real Racing 3 o Injustice 2, además de la futura versión Pocket de Final Fantasy XV. Por desgracia, no hay un listado oficial y las listas que se pueden encontrar por la red se han labrado por las pruebas que han hecho los usuarios. Aquí quizá Razer podría aprender de NVIDIA con su "tienda" Shield, que no es más que un portal a la Play Store donde organizan los juegos que mejor aprovechan sus chips Tegra.
En cualquier caso, el rendimiento no viene dado sólo por la pantalla sino también por la CPU Snapdragon 835 con la gráfica Adreno 540 y unos espléndidos 8 GB de RAM que colocan al teléfono como el más potente a día de hoy según PassMark. El dispositivo nos permite ajustar algunos parámetros a nivel global para optimizar la experiencia y primar, según nos interese, rendimiento o ahorro de batería. En primer lugar podemos configurar el nivel de refresco máximo entre 60, 90 y 120Hz y, de hecho, la segunda opción es la que viene por defecto. También podemos cambiar la resolución entre 720p, 1080p y 1440p. Si queremos ir más al detalle, nos encontramos con una muy útil aplicación denominada "Potenciador de juego". Esta herramienta nos permite definir valores diferentes en estos apartados y otros, como la velocidad de la CPU, para cada juego, que se activan cuando los tenemos en primer plano. De este modo, a los títulos más exigentes podemos darle el máximo, a costa de la duración de la batería, claro está, y a otros, tipo Candy Crush, bajarle los distintos niveles. También cuenta con modos predefinidos de ahorro o de rendimiento para cambiar al vuelo según en la situación que nos encontremos, además de una cómoda opción de “No Molestar” mientras estamos jundo.
En cuanto al resto del software incluido, lo cierto es que estamos ante una versión de Android realmente pura. En este caso hablamos de la versión 7.1 (Nougat), aunque Razer ha prometido una actualización a Oreo en el primer trimestre del año. El cambio más significativo que nos encontraremos es el lanzador de aplicaciones, ya que se ha optado por Nova Launcher en lugar del de Google. Cabe decir que no resultará extraño a ningún usuario ya que éste se comporta muy parecido al nativo con algunas mejoras, como soporte de iconos y mayor nivel de personalización. De hecho, la única aplicación propia de Razer incluida, además del potenciador de juego, es una pequeña tienda de temas para cambiar el aspecto del terminal, con algunos ambientados en juegos como Tiny Metal o Dying Light. No hay muchos más extras que mencionar, salvo un par de gestos incluidos, el ya típico doble toque para activar la pantalla y también que ésta se encienda cuando cogemos el teléfono para mostrarnos las notificaciones.
El otro elemento que encandilará a los amantes de los juegos y el contenido multimedia en general son los altavoces Dolby Atmos que incorpora. Normalmente si queremos recurrir a escuchar música en alto con nuestro teléfono terminamos utilizando un altavoz Bluetooth ya que las bocinas de nuestros delgados aparatos distorsionan en volúmenes altos. Eso no es así con el Razer Phone, que monta seguramente el mejor par de altavoces vistos en un móvil a fecha de hoy, sin incluir añadidos como los Mods de Motorola. Hay una demo incluida en la propia aplicación de Dolby Atmos donde nos muestra todo el potencial, el cual se podrá aprovechar especialmente cuando se actualice Netflix en las próximas semanas. Según anunciaron en el pasado CES, la aplicación de vídeo dará soporte a HDR y Dolby Digital, esto último tanto por los altavoces como con auriculares. A este respecto hay que remarcar que no se ha incluido un puerto para auriculares, sino un adaptador/amplificador a través de la conexión USB-C, el cual también soporta virtualización de Dolby Atmos para audífonos. La carencia de jack es una pega importante para algunos usuarios y quizá con el tamaño del aparato deberían haber considerado incluirlo.
El punto más flojo del conjunto es, sin duda alguna, la cámara. Contamos con una configuración de doble sensor trasero (12 MP) que en este caso nos sirve para lograr un zoom óptico de doble aumento. El problema no es tanto el hardware, pues hablamos de la misma tecnología que vestía el Samsung Galaxy S7, es decir, buena sin ser hoy en día puntera, sino de software. La aplicación de Razer es espartana a más no poder, sin modos especiales como retrato y lenta cuando activamos el HDR. Pese a que ha habido algunas mejoras desde el lanzamiento (como un botón dedicado al zoom en lugar de ampliar con dos dedos), aún se queda corta y fallan algunos detalles como los colores, más apagados de lo que debieran. La compañía ha prometido estar trabajando en ella, pero quizá sea mejor opción de momento tirar por algún programa alternativo de las disponibles en la Play Store.
Ya sólo para cerrar nos queda hablar del resto de pequeños elementos que terminan de dar forma al primer teléfono de Razer. El diseño es ciertamente voluminoso pero nos ha resultado sorprendentemente cómodo en la mano, gracias en buena parte a esas esquinas suavizadas. El peso tampoco nos ha llamado la atención y es de agradecer esa enorme batería de 4000Mah que nos permite extender nuestras sesiones de juego por encima de las 5 horas. Con un uso más normal no hemos tenido problema en superar las 6 horas de pantalla encendida y llegar al final del día no será difícil. Contamos con nada menos que 64 GB de almacenamiento y soporte de tarjetas microSD de hasta 2 TB, perfecto ahora que acaba de salir la primera de 512 GB.
El sensor de huellas se queda sin hueco en el frontal debido a los altavoces, con lo que queda desplazado al lateral, embebido en el botón de encendido. El desbloqueo resulta bastante natural al pulsar dicho botón a la vez que se nos lee la huella, pero no es lo más cómodo cuando lo situamos sobre una mesa. En el lado opuesto se hayan los botones de volumen en un formato simétrico agradable a la vista, aunque con un pequeño inconveniente: los típicos mandos Bluetooth con pinza, incluido el de la propia Razer, dejan pulsados esos botones, así que tenemos que poner la pinza un poco más arriba o abajo desequilibrando ligeramente el peso. No es una pega insalvable, pero llama la atención en un terminal orientado a los jugones. En la parte de atrás la cámara sobresale casi imperceptiblemente y ocupando una buena parte se haya el clásico logo de las tres serpientes, esta vez sin iluminación.
Conclusión
Es una gran primera aproximación de Razer al competido mundo de la telefonía móvil. Su mayor reclamo, la pantalla, nos ha impresionado tanto jugando como haciendo un uso normal del terminal, aunque peca de poco brillo en exteriores. Sin embargo, el elemento más diferenciador y el que más ha impactado el diseño del terminal, es con certeza el que más argumentos da para adquirirlo: sus dos increíbles altavoces Dolby Atmos. Es lo más difícil de mostrar en un análisis, pero su potencia y su efecto envolvente nos han encandilado. Perfectos para disfrutar de contenido multimedia, a lo que ayuda la gran batería en un tiempo donde ésta se compromete en demasía por una búsqueda de la delgadez infinita en otros modelos. ¿Es un teléfono para todo el mundo? Está claro que no, hay gente que no le sacaría todo el jugo y se sentiría más cómoda con un dispositivo más pequeño con quizá mejor cámara. Ahora bien, si eres un ávido seguidor de Netflix y aprovechas cualquier momento para echarte unas partidas en cualquier lugar, es una buena alternativa a las tendencias del mercado.
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