10 años de Patapon: una década al ritmo del tambor

Una coreografía de esbirros monoculares

Hiroyuki Kotani tenía muy claro lo que quería hacer cuando desde Sony le dieron luz verde para trabajar en un juego rítmico donde un ejército de pequeñas criaturas monoculares con extremidades, lanzas y tambores. ¿Qué podía salir mal? Una de las diferencias que hizo de Patapon algo tan especial como LocoRoco, joyas de PSP ahora también en PS4, es que gran parte de sus mecánicas, su jugabilidad y su leitmotiv giraba en torno al apartado artístico.

Después de propuestas del género musical donde parecía estar todo dicho, Nintendo apostó por la pantalla táctil y se sacó de la chistera propuestas como Osu! Tatakae Ouendan! (aquí nos llegó Elite Beat Agents), Sony le dio una vuelta al género y puso el foco en lo que entraba por los ojos, nunca mejor dicho.

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Pata, pón, don y chaka

En Patapon las partidas parecen una sucesión de quick time events, una coreografía en la que cada cual asumía un rol pero donde todos tenían un objetivo común, pero lo que es mejor es que tú mismo, como jugador, eras el ser supremo: Kami. Ser partícipes de la casi inexistente narrativa que propuso Patapon dio todavía más motivos para sumergirse en esta simpática trilogía que cumple ahora nada menos que diez años.

Pyramid y SCE Japan Studio volvieron a dar con la tecla correcta, una vez más pasándose por alto cuestiones técnicas; la potencia daba igual, porque si apostaban por una jugabilidad y estilo artístico que no entendiese de edades, en diez años se seguiría jugando igual de bien. Y llevaban razón. Ahora que el primer juego de la saga está disponible con mejoras en PS4, sigue siendo igual de placentero reunir a ese grupo de esbirros tenaces y decididos.

Eso sí, la gracia de jugarlo con auriculares en una consola portátil es algo que no puede conseguir la resolución 4k. Mientras tanto, el lenguaje de la saga continúa… Pata, Pata, Pata, Pon!

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