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Fire Emblem Warriors – Impresiones finales

Nintendo y Omega Force vuelven a colaborar en un musou que añade algunas de las mecánicas de Fire Emblem a su planteamiento. Os contamos nuestras impresiones tras probar durante dos horas el modo Historia y el modo Crónicas.

Fire Emblem Warriors - Impresiones finales

En los últimos años estamos asistiendo a un cambio de paradigma en cómo Nintendo trata a sus franquicias. Mientras que antes los grandes nombres de la marca rara vez salían de las oficinas de Kioto, ahora esas propiedades intelectuales se ceden a otros estudios para crear productos que puedan beneficiar a ambas empresas. Puede haber a quien le duela ver a Link en videojuegos que no casan con la propuesta de The Legend of Zelda, pero es innegable que la popularidad de los personajes y, por ende, de los títulos, aumenta entre los públicos que habitualmente no consumen la obra – que se lo digan si no a Pokémon GO.

Hace ya unos años que con Hyrule Warriors la Gran N confió en Koei Tecmo y en su estudio de “fast food” lúdico, Omega Force, y la jugada vuelve a repetirse con Fire Emblem Warriors. Estamos, de nuevo, frente a un musou, un juego cuyo objetivo es acabar con cientos de enemigos de un puñado de golpes mientras se cumplen diversos objetivos por el escenario – que suelen consistir en matar a otros más resistentes.

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La puerta de entrada a este FE: Warriors para el jugador de Fire Emblem es su historia y el “fan service” que la rodea. El punto de arranque no podría ser más típico, con una pareja de hermanos de una casa real que buscan ayuda tras la muerte de su madre. Por el camino se irán encontrando a los protagonistas de Awakening, Fates y otros títulos de la saga, como Chrom, Frederick, Cassandra, Marth, etc., con los que la trama reconstruirá de manera resumida momentos cumbre de los títulos mencionados. En total, 20 personajes, entre ellos 5 que se desbloquearán jugando y otros que irán lanzándose a través de DLC de pago.

Omega Force introduce en el planteamiento de este Warriors mecánicas que definen la franquicia de Intelligent Systems, pero si bien aportan a la obra, no se demuestran imprescindibles. Aparece el triángulo de armas – espadas vencen a hachas, hachas vencen a lanzas y lanzas vencen a espadas -, lo que hace el combate más ágil y variado. También tienen presencia las clases, como los versátiles caballeros, los jinetes de pegasos que permiten cruzar barrancos y moverse rápidamente o los magos con los que atacar a distancia; además, pueden ascender de clase como en los títulos principales de la saga. El inventario y el equipo que pongamos a los personajes hace acto de presencia, e incluso está la clásica tienda regentada por Anna – que es, asimismo, un personaje jugable.

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Siguiendo con los aspectos de Fire Emblem, tras completar las batallas se obtienen materiales que se pueden usar para crear potenciadores, habilidades, insignias y combos. A pesar de ser un Warriors, deja cierto espacio a la estrategia, permitiendo dar órdenes en medio de la batalla para que un aliado ataque a tal o cual personaje. También se las han ingeniado para trasladar el sistema de relaciones, de forma que al encontrarnos con un compañero podamos integrarlo en nuestro personaje para que colabore haciendo combos más poderosos, creándose así una afinidad entre ambos que se trasladará en ataques conjuntos más poderosos.

Por si todo esto fuera poco, se hace un guiño directo a la saga con el modo Crónicas, que desbloqueamos tras completar los cinco primeros capítulos de la historia. Aquí se nos presentan niveles como los de las batallas de Fire Emblem, pero cada enfrentamiento con un personaje se traduce en una misión del musou.

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Realmente, dicho modo simboliza lo que nos ha parecido Fire Emblem Warriors tras unas primeras dos horas de juego. Sí, tiene distintos toques de estrategia y RPG aquí y allá, pero sigue estando atado a un género que en sus bases no ha evolucionado desde el primer Dynasty Warriors. Musou procede de la palabra japonesa “muso”, algo sin igual, único, extraordinario. Comparando los 58 juegos que ha desarrollado Omega Force desde 1997, a pocos de ellos se les puede aplicar esos adjetivos.

El estudio japonés deja la variedad mecánica y, en definitiva, la diversión, en manos de las intenciones del jugador. No es una obligación, al menos en estas dos primeras horas de juego, usar todos esos sistemas procedentes de la saga de Nintendo. Puedes avanzar por los niveles, cuya variedad se resume en puertas cerradas o en tormentas de arena que dificultan la visión, esquivando a los cientos de minions para centrarte en los objetivos importantes, que puedes derrotar sin problemas pulsando alternativamente los botones de ataque fuerte y medio; preocuparse por usar el movimiento final de cada personaje, activar el aura para hacer más daño, mejorar las relaciones o cualquier otro sistema sirve para completar antes el objetivo y para la propia satisfacción del que juega, pero no es condición sin la cual no puedas superar la fase.

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Quizá la complejidad con la que usa sus sistemas y la exigencia que le pide al jugador aumente en los próximos compases del juego. Quizá los problemas que hemos visto en el apartado gráfico – bajadas considerables de framerate en el modo “calidad”, dientes de sierra enormes en el modo “rendimiento”, y ambas cosas jugando en cooperativo a pantalla partida – se vean resueltos en el título final. Quizá las impresiones tras este acercamiento a Fire Emblem Warriors cambien cuando el título salga en Nintendo Switch y New 3DS el próximo 20 de octubre.

Fire Emblem Warriors

  • 3DS
  • NSW
  • Acción

Fire Emblem Warriors, desarrollado por Omega Force y distribuido por Nintendo para Nintendo Switch y New Nintendo 3DS, es una entrega de acción de corte beat'em up similar a Dynasty Warriors y basado en la saga Fire Emblem.

Carátula de Fire Emblem Warriors
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