El reconocido desarrollador independiente Locomalito nos plantea un shoot em up que mejora en muchos aspectos relevantes a sus gloriosos modelos. Viajamos por la galaxia para enfrentarnos a los alienígenas de turno en uno de los mejores ejemplares del género en años. No por su evolución técnica, sino por su interior, pulido con detalle.
Super Hydorah, un auténtico juego de 1996-1998 lanzado en 2017, hace pocas concesiones al jugador. Superar la campaña es un reto mayúsculo de por sí, por más que tengamos continuaciones infinitas. Craso error, como siempre que hablamos de un arcade, cometerá el que piense que el juego está diseñado con una finalidad tan modesta. El diseño de niveles, marca de la casa, vuelve a ser de élite, y entre ellos encontramos momentos de puro genio que tocan casi todos los palos de los juegos en los que se basa, denotando un conocimiento del género realmente increible. Superar el juego tiene mucho que ver con mantener las mejoras y power ups que vamos cosechando, los cuales vamos perdiendo poco a poco a medida que perdemos vidas. Es evidente que esto no es casual, y lo que pretende es ir cancelando el ego del jugador de manera insistente para que, una vez conoce muy a fondo los niveles y su y armamento ideal (tras bastantes horas de juego, quede esto claro) intente la proeza de superar la aventura sin apenas continuaciones, pudiendo así sacar verdadero partido a las escasas bombas, escudos y mejoras de velocidad que van apareciendo por los escenarios. Algo similar sucedía, posiblemente a menor escala, en la saga Gradius. Era posible en sus diversas entregas llegar a niveles muy avanzados sin perder una vida, gracias a las mejoras y a la práctica, pero todo se volvía casi imposible si perdíamos la primera vida y con ella nuestro armamento avanzado. La rejugabilidad de Super Hydorah es, gracias a este desafío que propone y a las bifurcaciones de su mapeado, impresionante…para los que estén dispuestos a aceptar un reto mayúsculo en un estilo totalmente retro.
Lo nuevo de Locomalito es un juego fantásticamente diseñado, pulido hasta extremos que no se aprecian hasta que hemos jugado varias horas. Muchos de sus niveles son, sencillamente, mejores que los de los grandes clásicos del género, y el desafío que plantean es extremo pero justo gracias a un control soberbio, que también mejora a los viejos Gradius. La recompensa por superar un nivel difícil no es más que la de sorprendernos con el siguiente escenario o la de ver de qué es capaz un arma que no conocíamos, pero así eran los juegos en lo que se inspira, y quienes vivieron esas sensaciones gozarán de lo lindo reviviéndolas. Mención aparte hay que hacer a la fantástica banda sonora obra del socio de Locomalito, un Gryzor87 que ha realizado un verdadero monumento a la música de los videojuegos retro, con temas tan impresionantes como los niveles a los que acompañan y momentos tan desconcertantes como el nivel titulado Verminest, donde la música rezuma influencias de Igor Stravinsky y Super Metroid. Un trabajo musical de altura para un shoot em up redondo, del que solo podemos lamentar que el descomunal desafío que plantea y sus gráficos en un estilo tan antiguo harán que su público sea más reducido de lo que ya es habitual para un género de nicho. Una lástima, porque Locomalito está poniendo en Steam y consolas algunos de los mejores juegos neo-retro que hemos visto, y no son pocos. Super Hydorah es el juego que su creador siempre quiso programar, pero también un grandioso shoot em up a todos los niveles, y quienes quieran aproximarse al género o ya no tengan nada por hacer con sus antiguos exponentes tienen aquí parada obligatoria.
8.5
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.