No Man's Sky: Impresiones post Atlas Rises
Volvemos al universo de No Man's Sky para hablar de su tercera y hasta ahora más importante expansión: Atlas Rises, y reflexionamos sobre la evolución del juego de Hello Games, que ha pasado por un importante renacimiento a lo largo de este año.
No Man’s Sky aterrizó en nuestro planeta hace algo más de un año. Para decepción de unos y sorpresa de otros, era un juego imperfecto, con mecánicas limitadas puestas al servicio de un universo aparentemente infinito. El gran hit que Sony anunciaba a bombo y platillo resultó ser una experiencia más contemplativa y vacía de lo que muchos esperaban. En Meristation hablamos de esta aventura espacial en su momento, pero la realidad es que en este tiempo y tres grandes expansiones más tarde, el juego que pudimos jugar en aquel momento es solo una fracción de lo que No Man’s Sky ofrece actualmente. ¿Pero cuánto sigue estando ahí? ¿Cómo ha evolucionado la experiencia?
Atlas Rises celebra el aniversario del juego con su expansión más importante hasta la fecha, continuando la tarea que comenzaron Foundation y Pathfinder hace unos meses. Si las anteriores expansiones se encargaban de añadir contenido tangente al núcleo de la experiencia, para dotar a la aventura de mayor variedad, esta nueva expansión reformula los pilares centrales del juego a través de tanto pequeños ajustes como grandes cambios. Ser explorador es más ágil que en el pasado gracias a una movilidad mejorada y una gestión de menús más cómoda. Ser guerrero es más emocionante debido a un refinamiento de las mecánicas y a nuevas opciones que mejoran el combate espacial. Ser comerciante ha ganado peso, gracias a nuevos set de misiones que fomentan ese rol y a las cambiantes economías propias de cada sistema. A pie o en nuestra nave, luchando o recolectando, emprendiendo el camino hacia el centro del universo o creando nuestra base en un remoto planeta… todas las mecánicas del juego han sido mejoradas en mayor o menor medida en este último año.
Con esto, los roles que podíamos tomar en el juego han sido mejorados, pero también han nacido nuevos. Para equilibrar la filosofía predominantemente nómada inherente a la experiencia, se han introducido mecánicas que fomentan una actitud más sedentaria. Como la creación de una base propia, los sistemas de agricultura o la manipulación del terreno, para crear entornos que se sientan más nuestros. Con los puntos de control ahora es más fácil revisitar lugares en los que ya hemos estado, animándonos a sacar lo máximo de cada planeta y consiguiendo que ciertos lugares se asemejen a un hogar, y no tanto a un lugar de paso. Con los gremios, cada tarea que realizamos nos hace sentir más parte de una comunidad y recompensa nuestro estilo de juego. Aquello que transmitía Hello Games de que cada jugador se ve recompensado por sus propios objetivos es ahora un concepto más tangible.
El trabajo de estas tres expansiones juntas ha llenado al juego de una gran cantidad de contenido ajeno a la historia principal con el que podemos ocupar nuestro tiempo desinteresadamente. ¿Pero qué hay del contenido con “chicha”? ¿Qué hay de aquella pregunta vaga de “¿qué se hace en No Man’s Sky?” que muchos se hacían? Pues es muy posible que esta última expansión también la responda.
Por una parte contamos con las llamadas “30 horas de nuevo contenido narrativo”, o dicho de otra forma, una reformulación de las historias principales que ya existían en el juego, y que son ahora más largas y jugosas en contenido y en lore, además de introducirnos nuevos arquetipos de misiones basadas en mecánicas añadidas post-lanzamiento como la construcción. A las preguntas sobre el camino de Atlas o el centro del universo que se nos formulaban originalmente se suman ahora más elementos en juego, como la llegada de una nueva y extraña raza, nuestra propia existencia en el universo y nuestro propósito en el viaje. Esto es un arma de doble filo, en realidad. El componente narrativo está más presente y le da un mayor valor a nuestras acciones, pero también evidencia más que las interacciones siguen siendo limitadas. Ese aspecto casi de novela visual que tenía la narrativa del juego es ahora aún más obvio, con mucho texto expositivo que leer y poca acción en la pantalla. Al menos esto se compensa con una mayor agencia del jugador a través de una nueva narrativa ramificada. El impacto real de esta misma está todavía sujeto a escrutinio, pero es una adición bienvenida que enriquece nuestra experiencia de juego.
Si el contenido narrativo añadido le da un nuevo sentido a nuestro viaje, el sistema de misiones hace lo propio con el universo a nuestro alrededor. Estas misiones hacen del juego una experiencia más todoterreno, eliminan en gran medida los tiempos muertos y nos permiten compaginar nuestros objetivos propios con los impuestos por el juego. Además aceleran la progresión, abriendo nuevas puertas a la hora de conseguir dinero, nueva tecnología o materiales. Gracias a ellas tenemos una buena razón para visitar planetas y quedarnos en ellos más allá de la patrulla obligatoria buscando recursos para sobrevivir. Estas misiones nos invitan a explorar diferentes entornos cumpliendo mini objetivos, como cazar predadores o derrotar centinelas. Son además muy flexibles y sus objetivos pueden cumplirse en un amplio abanico de planetas y sistemas, por lo que no nos estorban en nuestro viaje y nos permiten estar constantemente avanzando.
Porque si hay algo que seguimos siendo en No Man’s Sky es un viajero. Ante la promesa de un universo infinito, nuestro instinto es salir ahí afuera y visitar todo lo que podamos. Explorar planetas es ahora una tarea menos tediosa. Nuestra movilidad se ha visto aumentada gracias a diferentes factores: a los vehículos introducidos en pasadas expansiones se ha añadido un control más eficiente de la nave. Han eliminado las frustrantes barreras invisibles que impedían volar muy bajo, lo que abre interesantes posibilidades de exploración y extracción de recursos sin tener que pisar el suelo, y han añadido la que es probablemente una de las mejores mecánicas desde el lanzamiento del juego: poder llamar a la nave desde cualquier lugar. Esta función hace que perdernos por el entorno y explorar a ciegas sea ahora una tarea menos arriesgada y más satisfactoria.
El viaje espacial ha recibido también una mejora importante. Cuando abrimos por primera vez el mapa galáctico hace un año, la sensación era sobrecogedora, pero éste era quizás menos práctico de lo que cabría desear. Con el rediseño del mapa galáctico podemos seguir nuestro camino por las estrellas teniendo un mayor control de a dónde nos dirigimos. Podemos aplicar filtros que nos revelarán información interesante como la economía del sistema o su nivel de conflicto, y podemos seguir diferentes rutas más allá de las dos principales que había hasta ahora, permitiéndonos así dirigirnos con facilidad a sistemas que tienen misiones para completar o a otros que ya hayamos visitado. Y por supuesto, si así lo queremos, podemos desactivar cualquier ruta prefijada y perdernos por la galaxia, en busca de nuevos horizontes.
Estos horizontes, por cierto, cuentan con un remodelado visual importante. El juego ha introducido texturas con mayor definición, ofreciendo un acabado más pulido a los vibrantes escenarios. La sensación general, no obstante, sigue en la línea de lo que ofrecía el juego en sus inicios: con esos paisajes super saturados a menudo caóticos, ocasionalmente hermosos. Lo que sí es cierto es que se aprecia una mayor coherencia y variedad en los escenarios. Los propios planetas tienen ahora zonas muy diferenciadas entre sí, y es posible encontrar unos ecosistemas más complejos, algunos verdaderamente exóticos y distintivos, que desafían a la imaginación. El trabajo que se ha hecho en el algoritmo para crear entornos no pasa desapercibido, pero esa sensación de repetición visual sigue siendo un estigma que acompaña a la aventura, y cuando tras viajar a través de varios sistemas tan diferentes sigues viendo formas tan similares, la sensación de estar ante un universo de infinitas posibilidades se pierde.
No es el único aspecto que sigue chirriando. Las limitaciones de espacio siguen siendo un problema difícil de solucionar a corto plazo y frustrante en nuestras primeras horas de juego. Por muchas nuevas posibilidades que tenga la aventura, lo cierto es que buena parte de nuestro tiempo consistirá en luchar contra el propio inventario. Hay ante nosotros un gran número de recursos disponibles que simplemente tendremos que dejar pasar porque no tenemos espacio para guardarlos, y que más adelante frenarán nuestro progreso. El jugador veterano al menos tiene la ventaja de conocer qué materiales y teconologías son los extremadamente necesarios para sacarnos adelante en estos primeros compases, pero de cara al jugador recién llegado no han facilitado las cosas.
Un último aspecto que comentar, casi obligatorio debido a la polémica que le rodeó de lanzamiento, es el del multijugador. Atlas Rises zanja la discusión confirmando la presencia del mismo, si bien ésta no es especialmente emocionante. Se encuentra actualmente en un estado muy primitivo y sus posibilidades no pasan de lo anecdótico. Hello Games promete mejoras en este aspecto, pero hasta entonces no hay mucho más que se pueda comentar.
Atlas Rises es la culminación del trabajo de Hello Games tras un año puliendo el juego. Con su última actualización, No Man’s Sky es más complejo y completo, y ofrece ya múltiples razones para volver a aquellos curiosos que alguna vez dedicaron su tiempo a él, por breve que fuera. Para los indecisos, este es también un buen momento para subirse al carro. Es una recomendación con reservas, aún así. Debido a su obvio loop de juego con las onmipresentes mecánicas de comercio y recolección, el juego es aún una experiencia algo frustrante a cortas distancias y en sus interacciones más básicas, que demanda mucho más tiempo para ser disfrutado del que el jugador puede estar dispuesto a dar. Pero el viajero paciente se verá recompensado con una aventura espacial bastante única, que meses más tarde sigue fascinándonos por varias razones, y en la que viejas y nuevas mecánicas y opciones se complementan para crear a día de hoy una experiencia significativamente más versátil y satisfactoria.
- Aventura
No Man's Sky, desarrollado por Hello Games para PC, PlayStation 4, Xbox One y Switch, es una aventura de ciencia ficción y en primera persona de la mano de los creadores de Joe Danger en la que exploraremos planetas y galaxias generados de manera procedural. Inspirado en las aventuras y la imaginación que adoramos de la ciencia ficción clásica, No Man's Sky te presenta toda una galaxia para que la explores, llena de singulares planetas y formas de vida, junto a peligro y acción constantes.