Yakuza: Kiwami
Análisis Yakuza Kiwami
Tras los locos 80 la burbuja ha estallado, el mundo ha cambiado y Kamurocho también. Tras el excepcional Yakuza 0 Sega nos propone volver a los orígenes de la franquicia Yakuza para vivir el episodio inicial puesto al día en gráficos y jugabilidad. Es momento de volver a luchar.
Revisitar un lugar conocido cada cierto tiempo es siempre una sensación curiosa. Por una parte parece que retornas al momento en que te fuiste, por otra notas que las cosas ya no son igual. Y entre visita y visita, ese lugar va mutado y cambiando su significado en nuestra percepción. De eso precisamente, de revisitar un lugar ofreciendo siempre algo conocido, pero nuevo, sabe mucho la saga Yakuza y su icónico Kamurocho.
Pero por primera vez, en Kiwami volvemos al Kamurocho inicial. A aquel de la primera entrega de la saga que nos introdujo en este barrio gemelo del Kabukicho de Shinjuku. De repente dejamos atrás todo lo que hemos aprendido sobre este lugar en todos estos años y volvemos a conocer los eventos del magnífico guion de esta entrega, sobre los que se cimentó toda la historia posterior de Kiryu.
En una saga donde la historia narrada tiene tanta importancia como Yakuza, esto es un arma de doble filo. Por una parte, es una delicia volver a sumergirse en este Tokio noventero postburbuja con un motor que deja atrás las cámaras estáticas de PS2.
Por otra parte, quienes tengan la historia aún fresca no podrán disfrutar como la primera vez de los interesantes giros de guion y de la evolución de los personajes, ya que, como es por otra parte normal, salvo por algunos añadidos que explican mejor la historia, estamos ante prácticamente el mismo juego en lo narrativo.
Yakuza 0 se siente en el ambiente
No tienen este problema quienes hayan comenzado con la saga hace unos pocos meses con el sobresaliente Yakuza 0, pues nos encontramos ante la secuela de los eventos narrados en dicho título, y por tanto no deberían perdérselo.
Sí encontraran estos jugadores, sin embargo, claras similitudes entre esta y aquella entrega. Desde el motor gráfico hasta el funcionamiento de las subhistorias, Yakuza Kiwami bebe directamente de 0.
Vuelve también la posibilidad de elegir estilo de lucha, con cuatro opciones a elegir en esta ocasión: Rush (rápido y débil), Brawler (equilibrado), Beast (lento y fuerte) y uno nuevo, Dragon, cuyas mejoras solo podremos conseguir enfrentándonos a Goro Majima.
Majima (o mejor dicho, su omnipresencia) es una de las novedades más destacadas de esta nueva entrega. Sea con la excusa que sea, no avanzaremos mucho sin que nos encontremos con alguna encerrona con la que enfrentarse a nosotros para ponernos en forma. Si le ganamos, mejoraremos el estilo dragón hasta pasar de ser una opción un tanto limitada de combate a la más efectiva.
El resto de estilos dejan atrás el sistema de dinero como forma de mejora para volver a un sistema de esferas con las que se nos recompensa al alcanzar ciertos grados de experiencia con las que podemos desbloquear nuevas mejoras en un árbol de habilidades al estilo de entradas anteriores de la saga.
Minijuegos: hay, pero menos
No se ha olvidado Sega de algo tan importante y característico de la saga como son los minijuegos, encargados de dar un nivel extra de profundidad al mundo de Kamurocho y a hacer que este mundo abierto un lugar en el que disfrutar simplemente pasando el tiempo. Una de ellas nos permitirá además conocer algo más del pasado de Kiryu, como es su afición infantil a los scalextric, (de los cuales podremos convertirnos en administrador de un centro dedicado a esta actividad).
Otras, como las batallas de mujeres insecto, simplemente pasar un rato con un minijuego poco convencional; todo sin olvidarnos por supuesto de los imprescindibles UFO Catcher, centro de bateo, bolera, billar, dardos, karaoke, kyabakura o incluso simplemente hacernos fotos Purikura.
Pero todo ello no maquilla la sensación de que en general en este aspecto estamos ante un paso atrás claro respecto a las últimas entregas principales (algo por otra parte entendible al tratarse de un spin off). No hay arcades conocidos que jugar en los recreativos, ni enormes juegos de gestión en los que echar horas.
Por suerte se ha incorporado desde Yakuza 0 el sistema de submisiones que tanto ayudaba a sumergirnos en este siempre sorprendente universo de los Yakuza. Así, podremos encontrarnos desde con estafadores de medio pelo a estrellas del deporte con los que salir de fiesta, haciendo que cada partida pueda deparar una situación inesperada.
Gráficos totalmente nuevos
Si decíamos que la historia, salvo ligeros añadidos, es fiel a lo que vimos en PS2, no se puede decir lo mismo de los gráficos, que, aunque reciclan una vez más el motor gráfico de la 3ª entrega, siguen lo visto en Yakuza 0 para mostrar Kamurocho a 1080P y 60 fps con un gran acabado. Se nota, como ya destacó Sega, que frente al remasterizado HD de hace tres años, en esta ocasión todos los elementos gráficos han sido rehechos de cero. Pero como en el caso de Yakuza 0, se nota que se queda corto ante los estándares de esta generación, salto que dará por fin la sexta entrega.
Eso sí, por alguna razón en los momentos diurnos hay un cierto poping en algunos puntos que curiosamente no se produce por la noche y que quizá deja entrever que este proyecto (que se simultaneó con el desarrollo de 0) no recibió todo el mimo posible. Pero esto no es óbice para que en general el conjunto se pueda calificar al mismo alto nivel artístico que el resto de la franquicia hasta la fecha.
Como es ya común en la saga, y a pesar de que la primera entrega sí recibió traducción al español, el título nos llega en inglés con voces en japonés.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.