Crash N’sane trilogy, una carta de amor para los fans

Llegó una segunda parte el año siguiente (1997) y una tercera poco después (1998), mostrando que la trilogía tenía mucho potencial y sus creadores, Naughty Dog, muchas ideas que plasmar en forma de niveles. Incluso pudimos disfrutar de otros juegos relacionados como el de carreras: CTR: Crash Team Racing y el divertido Crash Bash, donde podíamos jugar a diversos minijuegos en modo multijugador. Además de para la primera Playstation también llegó adaptado a Game Boy Advance en 2002 y cinco años después tuvimos “Crash Lucha de titanes” también para la portátil.

Pero desde hace varios años el nombre de nuestra “mascota” preferida había quedado en el olvido y lo único que se escuchaban eran rumores. El pasado E3 trajo una gran sorpresa para los fans de la saga, quienes llevábamos pidiendo una remasterización mucho tiempo: la trilogía vuelve con un lavado de cara para adaptarse a la nueva generación de PlayStation de la mano de Vicarious Visions, quienes desarrollaron los mencionados juegos de GBA además de otros como la conocida saga Skylanders.

 Durante los pasados meses hemos estado viendo imágenes y vídeos de esta nueva adaptación a cuentagotas, aunque de la tercera entrega, Warped, todavía no habíamos podido ver casi nada. Este hecho ha cambiado, ya que hemos estado probándolo en exclusiva en Londres, donde tuvimos acceso a la versión completa del juego, si bien solo nos dejaron jugar a tres de sus niveles: 15, 21 y 22: Gone Tomorrow, Double Header y Orange Asphalt. 

Una carta de amor para los fans. Así lo describe Kara Massie, productora de Vicarious Visions y con quién pudimos hablar antes de probar el juego. Asegura que Crash Bandicoot N’sane trilogy hará sentir a los jugadores clásicos una nostalgia y recuerdos muy buscados por los diseñadores en el momento de ponerse a adaptar los niveles con el nuevo motor gráfico. Massie explica que tuvieron la suerte de contar con los diseños de Naughty Dog originales para trabajar encima y crear N'sane trilogy. Además, se ha buscado llegar a la nueva generación de niños y niñas, los que de bien seguro conocerán Crash, a través de un estilo colorido y atractivo.

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Esto, el arte y diseño de niveles y personajes, fue un punto bastante discutido y hubieron diversas ideas hasta dar con la definitiva. A los fans nos chocó en un inicio, aunque ahora al verlo en movimiento y habernos acostumbrado al nuevo aspecto de Crash, sienta bien recorrer los escenarios con tantas mejoras en modelos, colores y animaciones. Se puede observar claramente al fijarnos en detalles como la lluvia y el césped. Hay otros detalles, como las animaciones al morir, recordadas como algo característico y especial de la saga, que se han mantenido e incluso se han añadido nuevas. Un ejemplo de ello, en este nivel 15 que vemos en la imagen (Double Header, "el medieval") es ser transformados en rana al ser besados por uno de los príncipes que merodea por las zonas encharcadas.

No han añadido nuevos niveles, pero podremos disfrutar de todos los vividos hace años con su espíritu intacto. En la tercera entrega jugada: Warped, hay 5 mundos con niveles diferentes en los que tendremos que bucear, pilotar avionetas, conducir motos, montar en nuestro oso polar y acabar con bosses finales, los cuales nos proporcionarán armas como el lanzacohetes o habilidades como el doble salto. Todo ello, y teniendo en cuenta que no es un solo juego si no tres los que incluirá la remasterización, hacen que tengamos Crash para rato.

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Como punto negativo podemos apuntar que los controles a veces se sienten un tanto toscos, como si no hubieran evolucionado con los años, hecho que a algunos les puede parecer algo nostálgico pero a otros se les hará pesado. Se puede comprobar en el nivel 22 (el de la moto), donde la conducción del vehículo se hace extraña, sobretodo si tenemos reciente la sensación de jugar a títulos como Mario Kart donde la fluidez y derrapes lo convierten en un muy buen juego de carreras. Aquí se observa el que tal vez se han pasado de nostálgicos y adaptando el código original de los juegos han mantenido los controles, que llevados a la generación actual de consolas se sienten antiguos.  Además de otros detalles como el no poder calcular bien la potencia de salto por haber disminuído la zona de sombra que Crash tiene a los pies y acabar cayendo al vacío. En cuanto a FPS, lo visto en los niveles jugados se movía fluidamente y los tiempos de carga no eran muy largos, aunque para este tipo de juego tampoco se requiere gran potencia de maquinaria.

La dificultad de los juegos no es muy elevada, aunque algunos niveles nos complicarán las cosas si nuestro objetivo es conseguir todas las cajas o manzanas, hacerlo en tiempo límite (con un contador de tiempos que aparece al final de las pantallas) o cumplir cualquiera de los retos que nos otorguen los trofeos y cada uno de los tres platinos habidos en PS4. Es probable que esos tiempos que tardamos en pasarnos cada nivel se compartan entre nuestros amigos de Playstation, aunque no está confirmado. Al preguntar a Massie por un posible modo multijugador nos contesta con un enigmático "esperad al lanzamiento para comprobarlo", aunque dudamos que el juego incluya un cooperativo revolucionario. Para ello sería muy interesante tener de vuelta el mencionado CTR (Team Racing) de carreras, aunque no tenemos nada confirmado y tan solo queda subirnos a un nuevo tren del hype y esperar.

Nos llegará doblado al castellano aunque con voces diferentes de las originales y a un precio aceptable de 35-40€. Sabemos que cuenta con exclusividad en PS4 por un año, pero al preguntar por posibles nuevas plataformas nos dejan con la incógnita. Realmente sería un título muy interesante para jugar en Nintendo Switch, pero debemos esperar para confirmarlo.

En un mes escaso volveremos a tener a Crash en nuestras casas, el 30 de junio, ya sea para darle la bienvenida de nuevo o para acogerlo por primera vez. Un título que marcó a una generación y que vuelve con la fuerza y el humor de siempre. Una carta de amor a los fans, que al tener el mando en mano, volveremos a ser niños una vez más.  

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