Paga con la huella con las nuevas tarjetas de crédito biométricas de Mastercard
Los tiempos de recordar el número PIN pasaron.
Desde que empezaron a montarse en los móviles de gama alta y a estandarizarse luego en la gama media, los lectores de huellas han constituido uno de los más efectivos métodos de seguridad biométrica, y en casos como los métodos de pago digitales usando el smartphone, la huella ha sustituido a las anticuadas claves y patrones de seguridad. Curiosamente lo mismo que puede suceder con las tarjetas de crédito, que han empezado a copiar de los smartphones como nos demuestra la compañía MasterCard.
Nuevas tarjetas de crédito biométricas de Mastercard
La marca de tarjetas de crédito y débito ha decidido actualizar el vetusto concepto de pago con tarjeta y darle un toque de tecnología actual a la par que aumentar la seguridad. Y por ello ha creado la primera tarjeta de crédito biométrica de la historia, una que usa la huella del usuario, y en vez de tener que pasarla por un TPV e introducir un número PIN / firmar un papel, ahora basta con colocar el dedo pulgar en la zona biométrica de la tarjeta para autorizar en el acto el pago probando que se es el dueño de la tarjeta y de la cuenta.
Pero, ¿cómo funciona su tecnología exactamente? Lo de antes es sólo el paso final, previamente el banco te informará de que hay una tarjeta biométrica disponible, y que si estás interesado en usarla, debes pasarte antes por una de sus sucursales. ¿Para qué? Para que te escaneen los dedos y la réplica digital de tus huellas dactilares sea introducida en el chip EMV de la nueva tarjeta. A diferencia de los smartphones, el lector de la tarjeta sólo permite almacenar las huellas de dos dedos, y ambos deben ser tuyos, por lo que queda descartado como vemos que puedas ponerte tu y alguien más a quien autorices. Y ya está, una vez introducidas en el chip, la tarjeta ya está lista.
De prueba en África
Como vemos en la imagen, el lector está situado en una esquina, lejos del chip, para que sea más sencillo meter la tarjeta y a la vez mantener el dedo sobre este. Y el grosor de la tarjeta es similar al de una normal. Al poner el dedo, el TPV se comunica con el banco y solicita verificar tu identidad pidiendo comprobar las huellas, de lo que se encargan el sensor y el chip de la tarjeta. Con ello se consigue agilizar el a veces tedioso proceso de pago con tarjeta.
Si tenéis ganas de usar una, la podréis solicitar antes de lo que creéis, puesto que MasterCard ya las está probando en Sudáfrica y espera tenerlas distribuidas por el resto del mundo a finales de este mismo 2017. Eso sí, que estén disponibles no significa que podamos correr al banco, ya que son estos los que deben actualizar sus equipos para implementarlas. Así que si La Caixa, Santander o el BBVA aún no se han actualizado para cuando MasterCard anuncie que las tarjetas están disponibles, tocará esperar.