Civilization VI, Impresiones

Pero esta dependencia de las expansiones, también presente en cierta medida en la cuarta parte, no deja de ser una debilidad en sí misma y eso es algo que los desarrolladores en Firaxis son conscientes. Sí, Civilization es un juego muy grande y con numerosas facetas por lo que resulta comprensible, pero quieren procurar que para esta sexta entrega no falten elementos claves que tengan que añadir a posteriores, tales como la religión, que se incorpora como una parte integral del juego desde el principio -y no como en la anterior entrega, que no apareció hasta God & Kings-.

Comentado esto, hemos estado estos días jugando a una versión previa de Civilization VI para comprobar in situ todas estas buenas intenciones más los cambios de diseño propios de la ocasión. Una de las cosas que queríamos comprobar era específicamente si ese mencionado énfasis en el desarrollo de nuestra civilización y ciudades era tal y como nos lo habían prometido. La respuesta preliminar es que parece que sí, ciertamente se notan los cambios a ese aspecto, especialmente gracias al nuevo concepto de distritos.

Los distritos son zonas especializadas dentro del área de influencia de una ciudad que podemos construir. No son simples mejoras como granjas o cultivos para conseguir que las casillas pertenecientes a la ciudad rindan más, sino que son zonas con entidad propia y que tienen una importancia geoestratégica importante, no sólo por las ventajas específicas que aportan sino por la flexibilidad que añaden al posicionamiento de ciudades. Por ejemplo, antes una ciudad que no estuviera estrictamente en el borde con el mar no podría construir puertos o recibir barcos. Pero ahora es posible desarrollar la ciudad de forma que un distrito sea portuario y por tanto convertir la ciudad en marítima aunque el núcleo urbano esté algunas casillas alejadas. Los distritos pueden además ofrecer diferentes extras según su posicionamiento, enriqueciendo esta faceta de construcción y desarrollo de urbe.

En nuestras primeras horas con el juego pudimos apreciar algunos elementos significativos. Por ejemplo, el comportamiento de los bárbaros es ahora más realista. Ya no son simples unidades o poblados situados aleatoriamente en el mapa, sino que tienen más intención. Primero mandan exploradores, una vez que esos exploradores localizan una ciudad -como las nuestras-, eso significa que ya las tienen localizadas y mandarán soldados para tratar de saquearlas. Si la primera ola es derrrotada, a la siguiente no mandarán simplemente más soldados al matadero, sino que tratarán de mandar unidades combinadas o específicas para intentar conseguir mejores resultados. Son más insidiosos y eso se nota incluso en el modo normal.

Hay otros cambios que hemos podido apreciar. En diplomacia por ejemplo es particularmente atractivo el sistema de “rumores”, por el que nuestros enviados a otros pueblos nos irán ofreciendo fragmentos de información de cosas que suceden allí, pero de una forma no concluyente. No tendremos información exacta de sus movimientos, pero sí oiremos cosas como que una cierta unidad suya ha despejado un asentamiento bárbaro, dándonos claves sobre lo avanzado de su tecnología militar. Junto a esto está el ya mencionado tema de las agendas ocultas, objetivos secundarios que tiene cada líder y que condiciona en cierta medida sus estrategias, gustos o antagonismos con el resto de pueblos.

Nos prometieron un juego más equilibrado y completo en todas sus facetas en cuanto a contenido, y al menos en estas primeras nos sentimos bastante satisfechos con la veracidad de esa promesa. Sin necesidad de expansiones específicas, el título base ofrece elementos como arqueología, turismo, espionaje , ciudades-estado, Grandes Trabajos y la ya mencionada religión. Nos gusta particularmente como se ha incorporado el sistema de rutas de comercio, por el que una vez que mandemos a un comerciante de una ciudad a otra, se generará automáticamente un camino sin necesidad de crearlos mediante constructores. Fusionar estos dos conceptos no sólo es históricamente correcto, sino que da elegancia a todo el sistema de comercio y comunicaciones.

Civilization VI tiene pinta de ser una entrega importante y muy prometedora. Firaxis ha creado un nuevo motor y generado sistemas desde cero, pero con la experiencia para solventar problemas que han surgido de experiencias anteriores en otros Civ. Nada es técnicamente deudor de los anteriores, y aspectos como la Inteligencia Artificial han sido también completamente reescritos desde cero. Tenemos todavía mucho por jugar y profundizar con los diversos sistemas, árboles de desarrollo, sistemas políticos (con algunos cambios muy interesantes de cara a mejorar la felixibilidad de nuestras políticas y apostar por diferentes microventajas, según el momento del juego). Además de por supuesto jugar con la versión final ya que la actual con la que contamos no cuenta con todas los elementos todavía; pero podemos decir sin género de dudas que nuestras primeras impresiones son ciertamente positivas de cara al título final.